Parte III. Lectoescritura inicial - Vocabulario

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Se ha demostrado que el vocabulario esta relacionado con el aprendizaje en general y facilita la comprensión de textos. En otras palabras, a mayor vocabulario (oral o escrito) mejor comprensión del texto[1]. El conocimiento del vocabulario favorece la comprensión lectora de los estudiantes y la lectura favorece la adquisición del vocabulario.

Para desarrollar el vocabulario, los niños y las niñas necesitan ampliar sus conocimientos de las palabras escritas y habladas, el significado de estas, y cómo se usan. El vocabulario se aprende en la medida en que se habla y se lee porque está implícito en estas actividades. Como indican Vaughn y Linan-Thompson[2], los estudiantes que leen más tiempo están expuestos a más cantidad de palabras y, con ello, incrementan su vocabulario. Cuanto mayor sean las interacciones de calidad –a partir de lecturas de libros, anécdotas y situaciones de vida– entre los niños y las personas adultas, mayor será la cantidad de palabras nuevas aprendidas.

Tipos de vocabulario[editar | editar código]

Un estudiante debe tener la habilidad de producir una palabra específica para un significado particular y entender palabras habladas o escritas. De allí que podemos encontrar cuatro tipos de vocabulario que se explican y grafican más abajo.

  • Vocabulario de escucha: corresponde al lenguaje de la escucha; este se desarrolla antes de poder hablar.
  • Vocabulario de habla: se desarrolla cuando el niño aprende a hablar y desarrolla un vocabulario expresivo para comunicarse.
  • Vocabulario de lectura: se desarrolla cuando el niño aprende a leer.
  • Vocabulario escrito: el cual hace referencia a las palabras que se utilizan en la comunicación escrita.
Figura 13. Tipos de vocabulario

Es importante considerar que en el vocabulario de escucha y de habla recurre con mucha frecuencia al vocabulario coloquial, es decir, el propio de una conversación informal; por ejemplo: chucho, chompipe, chamba, chance, etc. Mientras que en el vocabulario de lectoescritura es usual el vocabulario más formal, por ejemplo: perro, pavo, trabajo, posibilidad, etc. Los estudiantes deben poder diferenciar el uso de uno y otro. La escuela debe propiciar este aprendizaje al insistir en el dominio del lenguaje formal que probablemente el estudiante no ha adquirido en casa.

El vocabulario oral se forma con las palabras que los niños aprenden al escuchar a otros hablar; cuando los niños aprenden a leer aportan su vocabulario oral para comprender el escrito. Los maestros deben enseñar vocabulario de forma explícita porque cuando los estudiantes se enfrentan a nuevas palabras escritas, no las entienden fácilmente. En esta enseñanza es especialmente útil la lectura de libros infantiles, porque según los estudios de Hayes y Ahrens (1988) estos usan un 50% de palabras poco frecuentes, diferentes a las que pueden utilizarse en una conversación espontánea entre adultos y en los programas televisivos.

Cómo desarrollar el vocabulario[editar | editar código]

Según Dale[3] hay cuatro etapas en el conocimiento de las palabras:

a. Las palabras que nunca se han oído antes,
b. Las palabras que se han escuchado, pero que no se sabe lo que significan,
c. Las palabras cuyo significado general se conoce, pero no se puede definir de una manera específica y
d. Las palabras que se conocen bien y cuyo significado se entiende y que se pueden utilizar en diferentes contextos.

Es necesario planificar y brindar a los niños diversas oportunidades para aprender los significados de las palabras. Existen dos formas de desarrollar vocabulario, que se complementan entre sí:

  • Implícitamente, a través de conversar y de leer textos a los niños.
  • Explícitamente, a través de enseñar palabras, partes de palabras (prefijos, sufijos, raíz), claves de contexto u otorgando definiciones.

Los maestros deben tomar en cuenta que los estudiantes adquieren vocabulario fácilmente cuando participan activamente en las actividades de aprendizaje; además, no todas las palabras nuevas que presenta un texto pueden ser abordadas con estrategias específicas, ya que el vocabulario es muy extenso.

De ahí la importancia de la selección y la priorización de palabras nuevas: debe cuidarse que la comprensión de su significado favorezca la comprensión del texto o tema. Esto permitirá trabajar ciertas palabras con instrucción específica, mientras que para entender otras, el estudiante comprenderá su significado a través del contexto o relacionando prefijos o sufijos incluidos en la palabra, por ejemplo.

La enseñanza directa del vocabulario es muy importante porque algunas palabras no pueden llegar a ser parte del vocabulario sin instrucción directa; esta requiere de estrategias sistemáticas y específicas adecuadas a la edad y a la capacidad del lector.

Linan-Thompson[2] sugiere las siguientes estrategias de enseñanza de vocabulario:

  • Introducir palabras nuevas, previo a y durante una clase o lectura.
  • Enseñar vocabulario nuevo sistemáticamente.
  • Dar oportunidades al niño de interactuar con el texto.
  • Proveer del significado de palabras a través de distintos canales de aprendizaje.
  • Revisar sistemáticamente el significado de palabras (uso del diccionario).

A esto hay que agregar la importancia de enseñar a los niños algunas estrategias que permiten comprender y ampliar el vocabulario. Estas son:

  • Enseñar prefijos, sufijos y raíces e identificarlos en las palabras nuevas.
  • Usar claves de contexto para identificar el significado de palabras (inferirlo por las palabras que están alrededor).
  • Usar sinónimos y antónimos como una forma de comprender las palabras.
  • Usar mapas semánticos, que ofrecen la posibilidad de comprender las características clave de una palabra o concepto.

Banco de Actividades[editar | editar código]

Para practicar[editar | editar código]

Notas[editar | editar código]

  1. Jiménez, et al. (2008)
  2. 2,0 2,1 Linan-Thompson (2004:11)
  3. Dale (1965).

Aplicar estrategias para entender y recordar. Implica estar en capacidad de comunicar lo que se ha leído y escuchado.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Capacidad de producir una palabra específica para un significado o la habilidad de comprender palabras.

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Pistas o señales del texto que ayudan al lector a inferir el significado de palabras o conceptos que estas denotan.

Vocablo o expresión que tiene una misma o muy parecida significación que otro.