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DescriptorEditar

En pleno siglo XXI es impensable que los estudiantes puedan aprender todos los conocimientos de que dispone la humanidad y estos puedan ser sufi cientes en un mundo tan complejo y cambiante como el actual. La enorme cantidad de conocimientos que aparece cada día, enfatiza que los estudiantes más que aprender determinados contenidos, aprendan a buscar, seleccionar, analizar críticamente y sobre todo, a integrar en sus esquemas cognitivos la información que necesitan para desenvolverse con éxito en sus actividades académicas y profesionales. En tal sentido, aprender estrategias para aprender se convierte en una urgente necesidad.

Esta subárea tiene como propósito que el estudiante adquiera las habilidades para actuar con autonomía e iniciativa para aprender. Adquirir información e incorporarla a sus esquemas cognitivos debe convertirse en un proceso de criterio propio, de autorregulación y autonomía. Esto quiere decir que el estudiante debe aprender a ser refl exivo y responsable para que, además de iniciarse en el aprendizaje, sea «capaz de continuar aprendiendo de manera cada vez más efi caz y autónoma, de acuerdo a los propios objetivos y necesidades, ya sea individualmente o en grupo». (Segura, y otros, 2009)

El estudiante debe, por tanto, adquirir conciencia de sus propios procesos de aprendizaje y de cómo se aprende, de los requerimientos de cada tarea, sentirse motivado y gustoso por aprender a partir de sus habilidades y difi cultades personales; identifi car las oportunidades disponibles, los obstáculos y cómo superarlos; dónde, cómo y para qué obtener información, asimilar nuevos conocimientos y habilidades. El estudiante aprenderá a aprender, se convertirá en un aprendiz estratégico.

Para ello, debe aprender estrategias y procedimientos que le permitan comprometerse y tomar control deliberado de su aprendizaje, no solo para la ejecución de tareas escolares sino para aplicar esta habilidad en diferentes contextos, en forma individual o cooperativa. Al autoevaluarse y tomar conciencia de su propio proceso de aprendizaje puede establecer y priorizar metas y objetivos, así como las estrategias que puede utilizar para organizar el trabajo, los recursos y el logro de sus metas.

El aprendizaje estratégico abarca tres aspectos: cognitivo, afectivo y metacognitivo. Al aspecto metacognitivo, Nisbet, citado por Gargallo López & Ferreras Remesal (1997) lo llama «séptimo sentido»; cuando existen carencias metacognitivas, estas se traducen en estrategias inadecuadas y por lo mismo, estudiantes que a pesar del esfuerzo no logran los resultados deseados porque no son capaces de organizar sus habilidades estratégicamente, «adaptándolo a las exigencias, muchas veces diferentes, de las diversas tareas». (Gargallo López & Ferreras Remesal, 1997) Por esa razón no basta con poseer estrategias de aprendizaje sino se debe manejarlas adecuadamente, para el logro efi ciente del apendizaje.

Los estilos de aprendizaje están defi nidos de acuerdo a las características psicológicas y cognitivas personales, que suelen expresarse conjuntamente cuando se debe enfrentar una situación de aprendizaje; es decir, las distintas maneras en que un individuo puede aprender. Los estilos de aprendizaje, sostienen Keefel y Ferrel (1990), están íntimamente ligados con las estructuras afectiva, temperamental y motivacional de la personalidad humana total. Situación que se manifi esta en la manera de adquirir, procesar y retener información.

La inteligencia, de acuerdo a Armstrong (2006), Howard Gardner la defi ne como: la capacidad de resolver problemas o elaborar productos que sean valiosos en una o más culturas, lo sustantivo de su teoría es reconocer la existencia de ocho inteligencias diferentes e independientes que pueden interactuar y potenciarse recíprocamente, la existencia de una de ellas, sin embargo, no es predictiva de la existencia de alguna de las otras. En términos de Leslie Hart (1999) se trataría de “ajustar los escenarios y la instrucción a la naturaleza del cerebro”.

ComponentesEditar

  1. Estrategias de procesamiento de la información: en el proceso de aprendizaje es importante el fortalecimiento de estrategias cognitivas que permitan organizar, elaborar, integrar y recuperar la información de acuerdo al idioma materno. Se deben manejar estrategias para activar y usar los conocimientos previos, generar expectativas e integrarlos constructivamente en la estructura cognitiva para que el aprendizaje resulte signifi cativo. Asimismo, tomar conciencia de los hábitos de estudio y de la forma en que se organiza la información para generar estrategias de aprendizaje apropiadas, desde mantener la atención y el control de la tarea, hasta la organización y la integración en conocimientos, por medio de organizadores mentales, diseño y redacción de textos académicos o el uso de habilidades como el subrayado y epigrafiado. Además, se fortalece el pensamiento crítico y la presentación de propuestas creativas, sin que se deje de lado las estrategias de repetición y almacenamiento a través de recursos mnemotécnicos y conexiones signifi cativas, que permitan, no solo la retención y la recuperación de la información sino que ayuden al control del recuerdo. Asimismo, es importante que los conocimientos adquiridos puedan utilizarse efi cazmente en las tareas académicas y la vida cotidiana.
  2. Estrategias afectivo-motivacionales y de apoyo: se hace referencia a factores como la autoestima y autonomía, al valorarse reconociendo su propia identidad, intereses, fortalezas y debilidades, analizando las posibilidades y limitaciones, con motivación por el aprendizaje para superar el temor al fracaso y aprender de los propios errores. Estas estrategias ponen en marcha la autoconciencia emocional para llevar a cabo el proceso de aprendizaje y ayudar al estudiante a perseverar. Se aprende a integrar procesos motivacionales, actitudes adecuadas, autoconcepto y autoestima, relajación, control de la ansiedad y el estrés, manejo de la comprensión y resolución de problemas en el trabajo en equipo. También conlleva controlar el contexto: crear condiciones ambientales adecuadas, controlar el espacio, el tiempo, los recursos, entre otros.
  3. Estrategias metacognitivas: integran la planifi cación, el control y la revisión de las estrategias de procesamiento de la información para que el aprendiz pueda optimizar su propio rendimiento y corrija lo que sea necesario para adquirir el aprendizaje. Estas habilidades incluyen la regulación y el control de las estrategias cognitivas de acuerdo con los objetivos de la tarea y el contexto. Implican el conocimiento de sí mismo, de las fortalezas y debilidades, de los objetivos de la tarea, del contexto, la valoración del propio desempeño y la corrección de errores y distracciones, entre otros. En el proceso metacognitivo, se pasa de ser un aprendiz estratégico a un facilitador de los procesos y estrategias que ayuden a otros a aprender a aprender en forma autónoma y continua.

Malla CurricularEditar

Criterios de EvaluaciónEditar

Los criterios de evaluación son enunciados que tienen como función principal, orientar a los docentes hacia los aspectos que se deben tomar en cuenta al terminar el tipo y nivel de aprendizaje, alcanzado por los estudiantes, en cada uno de los momentos del proceso educativo, según las competencias establecidas en el currículo. Desde este punto de vista, puede decirse que funcionan como reguladores de las estrategias de aprendizaje-evaluación-enseñanza. Para esta subárea del currículo, se sugieren los criterios de evaluación presentados en el siguiente cuadro.

  1. Utiliza estrategias que fortalecen su aprendizaje cognitivo:
    • estableciendo relaciones entre los conocimientos previos y los nuevos a través de mapas mentales, analogías, comparaciones, entre otros.
    • determinando las estrategias más apropiadas para lograr aprendizajes, que debe incluir al estudiante, las demandas de la tarea, los materiales y las estrategias.
    • discriminando entre la información principal y la información secundaria, a través de técnicas como subrayado, síntesis, organizadores gráficos, entre otros.
    • aplicando estrategias mnemotécnicas para recordar informaciones que deben ser memorizadas.
    • categorizando e interrelacionando las informaciones que se adquieren.
    • compartiendo los aprendizajes logrados en lluvias de ideas, paneles, foros y otros.
    • haciendo resúmenes, síntesis y juicios críticos sobre las informaciones orales y escritas que recibe.
  2. Demuestra una alta autoestima y automotivación para aprender y resolver nuevas situaciones de aprendizaje:
    • priorizando las propias motivaciones e intereses hacia la resolución de tareas.
    • manejando una actitud proactiva ante problemas y nuevas actividades de aprendizaje.
    • realizando cronogramas para la ejecución de tareas y aprendizajes.
    • participando activamente en la consecución de tareas por equipo.
  3. Utiliza procesos cognitivos para organizar y controlar su metacognición:
    • especificando sus habilidades y limitaciones con relación al aprendizaje y las tareas a realizar.
    • aplicando estrategias apropiadas a las demandas del aprendizaje.
    • señalando los detalles esenciales requeridos para aprendizajes específicos.
    • corrigiendo los procesos y estrategias para asegurar aprendizajes efectivos.
    • utilizando en forma flexible las distintas estrategias de aprendizaje.
    • investigando temas relacionados con los avances de la neurociencia y su incidencia en el aprendizaje.
    • asistiendo a congresos, seminarios, diplomados u otras actividades en las que el tema central sea la neurociencia.
  4. Impulsa las estrategias de aprendizaje para lograr aprendizajes significativos:
    • realizando actividades para generar motivación por el aprendizaje.
    • modelando distintas técnicas como subrayado, epigrafiado, mapas mentales, redes semánticas, analogías, parafraseado, síntesis y otras.
    • detectando en forma conjunta los errores en el uso de estrategias de aprendizaje.

BibliografíaEditar

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Perteneciente o relativo al conocimiento. La dimensión cognitiva está formada por conceptos como construcciones o imágenes, que representan la realidad mediante clases o categorías. Está formada igualmente por un conjunto de procesos (percepción, memoria, lenguaje, pensamiento). A nivel más abstracto, también los principios, que relacionan o ligan determinados hechos o conceptos de un modo determinado.

Las competencias tienen una dimensión metacognitiva. No se limitan a actuar con pertinencia en una situación particular, sino en comprender y tomar conciencia de lo que hace eficaz la acción, un saber reflexivo sobre la acción. De lo contrario no habría propiamente aprendizaje transferible.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Valoración, respeto y seguridad que cada persona tiene sobre sí misma, se construye y fortalece por medio de mensajes positivos de cariño y aceptación.

Un grupo de personas que trabajan hacia una meta común para el cual todos son mutuamente responsables.

Conjunto de experiencias, planificadas o no, que tienen lugar en los centros educativos como posibilidad de aprendizaje del alumnado. Una perspectiva tradicional acentúa el carácter de plan (con elementos como objetivos, contenidos, metodología y evaluación), frente a un enfoque práctico que destaca las experiencias vividas en el proceso educativo.

En la teoría del aprendizaje significativo, la persona que aprende –aprendiz– es el centro del proceso, el que construye su propio aprendizaje al atribuirle significado a lo que aprende.