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Los estudios en Guatemala sobre violencia en los establecimientos educativos evidencian que las agresiones sistemáticas leves o graves son un flagelo evidente que afecta el clima escolar, pero que a su vez incide en el desarrollo integral de los estudiantes. Dentro de algunos estudios realizados en el contexto guatemalteco, se encuentran los de la Digeduca. En ellos se da a conocer que alrededor del 34 % de los estudiantes del Nivel de Educación Primaria que participaron en una investigación sobre acoso escolar reportaron haber sido víctimas de bullying[1].

La encuesta realizada por Unicef[2], a través de Vox Latina, evidencia que el 80 % de los estudiantes participantes afirmaron que se sienten más seguros en su hogar que en los establecimientos educativos, y que seis de cada diez estudiantes señalaron sentir temor asistir a clases debido a factores que, en su mayoría, están fueran del alcance del establecimiento educativo. Sin embargo, se reconoce que estas mismas causas tienen repercusiones en las conductas y en la dinámica social de los estudiantes dentro del establecimiento. En el mismo estudio se determinó que una cuarta parte de los niños encuestados no sabían a dónde recurrir en caso de abuso o violencia sexual. Además, la mitad de los encuestados afirmó que en su establecimiento educativo las riñas entre estudiantes son recurrentes, mientras un tercio de ellos señaló que han visto que sus pares maltratan a los profesores.

Por otro lado, “la frecuencia del femicidio ha crecido casi en un 100 % en los últimos 6 años. La percepción de inseguridad, que también puede llamarse nivel de temor, afecta negativamente la calidad de vida de las personas, por lo que se ha recomendado que la juventud reciba atención en materia de prevención de la violencia y seguridad ciudadana”[3].

La ENVCE, realizada por el Mineduc, señaló que los estudiantes hombres están más involucrados en el acoso escolar o bullying como víctimas, espectadores y agresores que sus pares mujeres. Otros hallazgos encontrados en dicha encuesta dan a conocer que los estudiantes de establecimientos urbanos del Nivel de Educación Media se autoidentificaron como agresores en mayor porcentaje que los del área rural; los no indígenas presenciaron más violencia que los indígenas en ese mismo nivel educativo; y en los establecimientos urbanos se reportó un mayor porcentaje de espectadores en comparación con los de áreas rurales, lo que indica que los niveles de violencia más altos se concentran en las urbes. Los resultados evidencian, además, que los estudiantes de todos los niveles afirmaron que el tipo de violencia más común es la emocional, seguida de la violencia verbal y por último, la física.

Por otra parte, el 14 % de los estudiantes que participaron en la encuesta, reportó haber sido víctima de acoso escolar, mientras que solo un 7.7 % de los estudiantes de primaria se consideró agresor, no así en el Nivel de Educación Media donde el número se incrementó al 13.7 %. Entre los resultados del estudio, dos de cada diez estudiantes de primaria fueron víctimas de violencia por parte de sus docentes, y tres de cada diez, en el Nivel de Educación Media. No obstante, en una comparación similar, la violencia que los docentes padecieron por parte de sus estudiantes fue mayor.

Por otro lado, al menos dos de cada diez estudiantes encuestados manifestaron haber sido víctimas de acoso sexual en alguna de sus manifestaciones. Los estudiantes hombres, a diferencia de las mujeres, indicaron más victimización de agresiones físicas en el establecimiento educativo, sin embargo, estos admitieron en mayor medida ser victimarios de sus pares y docentes. En cuanto a la violencia entre pares, catorce de cada cien estudiantes reportaron haber sido víctimas de acoso escolar o bullying.

La violencia emocional de los docentes hacia sus estudiantes es la más común, según los resultados de la encuesta, debido a que aquéllos ejercen la agresión desde su posición de autoridad, sobre todo hacia los hombres. Este hecho tiene una repercusión en la convivencia escolar, ya que en los establecimientos donde el bullying se manifiesta con mayor intensidad, los niveles de violencia por parte de los docentes hacia los estudiantes son más altos.

En cuanto al acoso sexual, los resultados indican que los estudiantes de quinto primaria padecieron más acoso sexual que los de sexto grado; y los de quinto diversificado, más que los de tercero básico. Quienes reportaron haber sido acosados sexualmente señalaron que los lugares donde más se repiten estos episodios eran: el patio o área de recreo, el salón de clases, las afueras del establecimiento, los baños, la sala de profesores, el estacionamiento y la oficina del director. La mayoría de los acosadores fueron los mismos estudiantes y, en algunos casos, los docentes.

A los estudiantes se les preguntó, además, cuál era el mayor temor que experimentaban en su establecimiento educativo; la mayoría de los estudiantes apuntó el robo de sus pertenencias, lo cual afecta en su asistencia a clases por temor a la violencia. En cuanto a las denuncias por victimización, la ENVCE indica que uno de cada dos de los estudiantes encuestados del Nivel de Educación Media manifestó haberle notificado a sus docentes sobre lo padecido. El mismo número de estudiantes del Nivel de Educación Media indicó que faltaban a clases debido al temor que les causaba volver a ser víctimas de la delincuencia.

No todas las medidas de seguridad establecidas por el Mineduc, mediante el Acuerdo Ministerial 1-2011 y sus reformas (Acuerdo Ministerial 1505-2013), son implementadas en los establecimientos encuestados. La ENVCE evidenció que estas medidas se aplican en mayor medida en los establecimientos del Nivel de Educación Media ubicados en áreas urbanas que en las rurales. Sin embargo, se determinó que entre los establecimientos educativos del Nivel de Educación Primaria de las áreas rurales hay una mayor ejecución de estas medidas de seguridad que en las urbanas.

De acuerdo a la opinión de los docentes de primaria, los resultados indicaron que la participación de los padres de familia es menor en las actividades de enseñanza-aprendizaje que en las administrativas. Finalmente, dentro de las recomendaciones de dicho estudio, y con base en los resultados, se concluye que la prevención de la violencia debe comenzar en el Nivel de Educación Primaria. Por tal razón, los hallazgos de la encuesta sirven como punto de referencia para la creación de intervenciones que ayuden a la prevención primaria de la violencia desde los espacios educativos.

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NotasEditar

  1. Gálvez-Sobral, A. (2011). El fenómeno del acoso escolar (bullying) en Guatemala: resultados de una muestra nacional de sexto grado del Nivel Primario. Guatemala: Dirección General de Evaluación e Investigación Educativa, Ministerio de Educación.
  2. Unicef. (2011). Violencia en Centros Educativos. Recuperado el 18 de febrero de 2014, de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia: http://www.unicef.org.gt/1_recursos_unicefgua/estudios_opinion/estudios_opinion_2011/violencia_en_escuelas/present_violencia_centros_educ_guatemala.pdf
  3. PNUD. (2007). Informe estadístico de la violencia en Guatemala. Guatemala.

Destrezas fonológica que consiste en encontrar similitudes y diferencias entre los fonemas o sílabas que forman una palabra.

Documento por medio del cual el Despacho Superior del Ministerio resuelve o acuerda la resolución de un asunto. Es firmado y autorizado por el Ministro (a) y refrendado por un Viceministro (a).