Primera Parte: Currículo para el Programa de Ciclo Básico y Bachillerato por Madurez

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¿Por qué un currículo específico para jóvenes y adultos?[editar | editar código]

La búsqueda de alternativas educativas que ofrezcan a los jóvenes y adultos la oportunidad de desempeñarse con eficiencia en un mundo laboral globalizado, compromete al diseño de un currículo, que cumpla con las expectativas de la población que, por diferentes circunstancias ha estado excluida del sistema educativo.

Es importante mencionar que los jóvenes y adultos se ven afectados e influenciados por los cambios sociales, económicos y morales, entre otros, sin estar preparados para enfrentarlos y resolverlos de la mejor manera posible y con las herramientas que proporciona la formación educativa: el pensamiento crítico y reflexivo; el manejo adecuado de lenguajes verbales, abstractos, artísticos y tecnológicos; el desarrollo de la autonomía; y el desarrollo de la creatividad.

Los cambios trascendentales en la vida del individuo se alcanzan a través del proceso educativo, conscientes de esta verdad, es importante citar a García Rivas y a la educadora argentina Cecilia Braslasvsky (2004) quienes consideran que: “El currículo – como diseño curricular y como currículo en acción – constituye el corazón o el núcleo duro de la enseñanza[1]. Es casi imposible pensar en un proceso de cambio educativo que no implique un proceso de cambio curricular y del mismo modo no es posible pensar un proceso de cambio curricular que no suponga un cambio educativo”.

Con relación a la cita anterior, la particularidad de este diseño curricular consiste en que se han integrado los aprendizajes que todos los individuos deben poseer y por su naturaleza son considerados universales. Además, se combina de manera estratégica el desarrollo de temas generadores que propician la integración de las diferentes áreas y subáreas curriculares.

La metodología sugerida es acorde a las características y experiencias de las personas jóvenes y adultas, a sus condiciones de vida, a sus ritmos de aprendizaje y a su contexto, considerando que las experiencias que poseen son diferentes a las que tienen los niños y jóvenes que asisten a la modalidad regular.

En este currículo se han seleccionado con extrema dedicación las competencias para ser desarrolladas por los estudiantes durante su formación, considerando que estas deben responder a la formación laboral y de manera general que les amplíen las oportunidades para continuar una formación técnica o universitaria.

Este currículo orienta hacia la inclusión y la cohesión social, dado que contribuye a generar cambios necesarios al sistema educativo, asimismo, propicia la participación de los diferentes actores de la sociedad a los procesos educativos, el reconocimiento de la diversidad cultural; así como a las necesidades y capacidades individuales, factores que contribuyen a disminuir la brecha de los grupos que están o han estado en riesgo de ser excluidos o marginados.

La aplicación de este currículo en los centros educativos beneficia el fortalecimiento de los procesos de selección de temas generadores que pueden concluir en proyectos personales, familiares o comunitarios, así como a generar la autogestión de los mismos.

Estas acciones contribuirán a crear espacios de discusión, a la convivencia armónica, a la práctica de la solidaridad, la tolerancia y el respeto mutuo. Durante su formación, los estudiantes estarán en condiciones de estimular su desarrollo personal, en fortalecer la autoimagen y concepto de sí mismo; ofreciéndoles posibilidades que potencien sus capacidades y proponiendo metas posibles de alcanzar.

La motivación al aprendizaje significativo permitirá a los estudiantes canalizar sus intereses de acuerdo a la experiencia adquirida y a las necesidades individuales y de grupo de manera que le encuentren sentido al esfuerzo que realizan, reconociendo que la edad no es limitante para aprender. Corresponde a los docentes desarrollar este currículo con responsabilidad y profesionalismo y ser facilitadores del mismo, de manera tal que los estudiantes sean los actores principales en la construcción de su aprendizaje.

Un programa por madurez debe ofrecer a jóvenes y adultos una oportunidad de alcanzar las competencias básicas para mejorar sus perspectivas de autoformación y de profesionalización en el contexto del mundo productivo de la sociedad.

Una persona con mejores niveles de formación estará en mejores posibilidades de rebasar la condición de un trabajo de subsistencia y en cambio, formar pate de procesos productivos más enriquecedores y creativos, ya sea que se trate de procesos industriales, artesanales, culturales, de comercio y de servicios.

Notas[editar | editar código]

  1. García Rivas, Arvelio y Cecilia Braslavsky (2004). "Presentación", en: Seminario Internacional Reforma Curricular en América Central: Logros, Problemas y Perspectivas. San José, Costa Rica 5-7 de noviembre de 2003.

Conjunto de experiencias, planificadas o no, que tienen lugar en los centros educativos como posibilidad de aprendizaje del alumnado. Una perspectiva tradicional acentúa el carácter de plan (con elementos como objetivos, contenidos, metodología y evaluación), frente a un enfoque práctico que destaca las experiencias vividas en el proceso educativo.

Es la unidad de las ideas que se logra cuando estas se vinculan mediante recursos lingüísticos como palabras de enlace, palabras clave o pronombre, entre otros.

Es la representación que la persona tiene de sí misma, es importante en la vida de la persona, pues la persona no actúa desde lo que es, sino desde lo que cree ser.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.