Promueva el servicio comunitario para propiciar la empatía

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El servicio comunitario juega un papel esencial en la promoción de las habilidades socio-emocionales, en particular para construir empatía.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

Un servicio comunitario debidamente conducido, que comienza en los primeros niveles de la enseñanza y continúa a lo largo de los años subsecuentes, da a los niños la oportunidad de aprender habilidades para la vida, integrarlas, aplicarlas, reflexionar acerca de ellas y demostrarlas. Este proceso hace más sólido su aprendizaje y también contribuye a crear un clima en el que es más probable que se comprometan con un servicio comunitario. Las experiencias de servicio, por lo general, ayudan a los estudiantes a conocer a más personas, ideas y circunstancias que amplían su sentido de la perspectiva y que establecen vínculos comprensivos y protectores del mundo que los rodea.

Para muchos jóvenes, el servicio comunitario les da la oportunidad de alimentar una necesidad universal de ser un miembro generoso y cooperativo de los grupos a los que pertenece. Esto contribuye a que los niños se preparen para sus posibles papeles en una sociedad más amplia, así como en los grupos familiares o de trabajo a los que pertenecerán. Además, lo anterior sirve para alimentar el espíritu de los jóvenes y que se vean a sí mismos como parte de un mundo más amplio, con ideales y creencias que son importantes para una vida plena.

Aplicaciones prácticas[editar | editar código]

  • Proporcione oportunidades de servicio en los salones de clase para que, incluso en una edad muy temprana, los estudiantes sientan que están haciendo una contribución al funcionamiento positivo del salón. Algunos ejemplos consisten en acomodar sillas, limpiar o ayudar al profesor y a sus compañeros.
  • Cree oportunidades para que los estudiantes asuman papeles en los que puedan ayudar a la comunidad. Algunos ejemplos consisten en mejorar el entorno ambiental de la escuela, ayudar a los ancianos y dar tranquilidad y ayuda a los enfermos o accidentados. Dichas oportunidades comienzan con la preparación, de tal forma que los estudiantes comprenden las circunstancias con las que se enfrentarán, por ejemplo, el tipo de enfermedades y dificultades que aquejan a los ancianos. Además, se puede llevar a cabo un servicio en donde los estudiantes deberán involucrarse directamente de manera apropiada a su edad y seguridad. A la acción sigue la reflexión, cuando los estudiantes tienen la oportunidad de hablar o escribir acerca de lo que han vivido y de sus sentimientos al respecto. Finalmente, los estudiantes deben mostrar de una manera creativa lo que han aprendido: ante sus compañeros, estudiantes más jóvenes, sus padres y otros grupos en la comunidad, deben señalar por qué lo hicieron, cómo se sintieron y qué es lo que aprendieron.

Referencias[editar | editar código]

  1. Berman, S. (1997). Children’s social consciousness and the development of social responsibility. Albany, NY, State University of New York. (Serie SUNY: Democracy and education).
  2. Billig, S. (2000). The impact of service learning on youth, schools, and communities: research on K-12 school-based service learning, 1990-1999. Disponible en: http://www.learningindeed.org/research/slreseaerch/slrschsy.html
  3. National Commission on Service Learning. 2002. The power of service learning. Newton, MA, NCSL.