Preparar a los niños para asistir a la escuela

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Los padres ayudan a sus hijos a estar listos para la escuela.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

Desde el nacimiento del hijo, los padres pueden apoyar la capacidad de escucha del bebé ayudándolo a distinguir la intención social, los sonidos del habla, los significados de las palabras y la gramática. Los niños desarrollan destrezas que les ayudan a distinguir palabras nuevas y a hacer inferencias acerca del significado de esas palabras a partir de un contexto. Los niños aprenden a distinguir si una conversación se relaciona con el aquí y con el ahora, o con una experiencia vivida en otro tiempo y lugar. Los niños escuchan a sus padres para encontrar claves acerca de la relevancia del tema del cual ellos hablan, en relación con el momento y el lugar presente. Los niños añaden información importante a partir de sus propias experiencias que se basan en indicaciones que reciben del hablante.

Las conversaciones, juegos, historias relatadas y cualquier experiencia que tenga que ver con textos o imágenes impresas ayudan a los niños a prepararse para la escuela si se les enseña a:

  • fijar la atención por periodos cada vez mayores;
  • escuchar y seguir instrucciones;
  • escuchar descripciones y hacer comparaciones;
  • entender vocabulario nuevo al recordar el conocimiento previo asociándolo a conceptos nuevos.

Los maestros valoran estas destrezas para comenzar la enseñanza de la lectura, de las matemáticas y de conceptos de ciencias naturales, así como para procesar la información en el salón de clases.

Funciones de los padres o educadores

  • Las experiencias con los libros dan grandes oportunidades para que los niños puedan escuchar. La experiencia sensorial se incrementa cuando, sentados muy de cerca con alguno de los padres, los niños examinan una imagen y oyen las palabras impresas o las descripciones. Esto propicia muchas oportunidades sucesivas para escuchar de manera detenida.
  • El juego “llamada y respuesta” brinda excelentes oportunidades para desarrollar destrezas auditivas. La respuesta del niño depende del “llamado” o indicación del cantante. A los niños les encantan las repeticiones de canciones conocidas, historias, libros, canciones de cuna y rimas infantiles. A medida que aumenta la experiencia auditiva, los niños comienzan a anticipar lo que alguien va a decir.
  • Los niños responden bien a juegos de palabras sencillos. Para resolverlos es necesario que utilicen conceptos basados en el lenguaje. Algunos ejemplos de juegos de palabras de mayor complejidad para niños de nivel preescolar son: “Estoy viendo algo, ¡verde!” “¿Ya encontraste el más chiquito?” “¿Dónde hay algo escondido?” “¿Cómo habrá brincado por encima de la casa?”

Utilice las descripciones de actividades y “piense” en voz alta:

  • Cuando los educadores describen a los niños cada paso de una actividad al mismo tiempo que la realizan, les proporcionan el vocabulario y la estructura del lenguaje que se relaciona directamente con la experiencia sensorial del niño.
  • Por ejemplo: “Estamos subiendo la colina. Tengan cuidado con esa raíz que sale del suelo, no se vayan a caer”, o: “Estamos secando este charco con un trapo. Pronto, porque se extiende muy rápido.”
  • Los educadores que describen las experiencias sensoriales al mismo tiempo que suceden, proporcionan al niño una retroalimentación inmediata acerca de las palabras y las estructuras del lenguaje que corresponden a dicha situación.
  • “Pensar en voz alta” es una oportunidad para que los padres y educadores hablen acerca de los pasos que deben seguirse al planear una actividad.
  • Por ejemplo, si uno de los padres dice: “Vamos a ver. Para hacer la cena tenemos que traer la cacerola, vaciar el agua y encender la estufa y ver la cantidad de arroz, pero no debemos comenzar antes de que llegue tu hermano.”
  • Cuando los educadores describen los pasos de una actividad, los niños tienen la oportunidad de escuchar y entender secuencias, planear y anticipar resultados.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.