Tematizando el conflicto

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Del conflicto al Conflicto Armado Interno[editar | editar código]

¿Qué es un conflicto?[editar | editar código]

La palabra conflicto se puede entender desde varios puntos de vista pero podríamos partir de tres enfoques que el sentido común nos señala:

  • Oposición o desacuerdo entre personas o cosas;
  • Guerra o combate derivados de una oposición o rivalidad prolongadas;
  • Pleito que involucra desde una violencia verbal hasta la física.

Se produce un conflicto cuando dos o más personas o grupos tienen desacuerdos con respecto de algo y no concuerdan en:

  • Los intereses y las relaciones de poder;
  • Necesidades, estrategias y objetivos;
  • Sentimientos, conductas;
  • Percepciones y valores.

Cuando este desacuerdo se alarga en el tiempo, se profundizan las diferencias o una de las partes pretende imponerse a la otra, puede convertirse en un enfrentamiento mayor y desarrollarse con violencia. Las personas o grupos pueden resolver satisfactoriamente el conflicto si desarrollan una conducta colaborativa a través de la reflexión, el diálogo y la negociación.

Cuando parece que se terminó un conflicto porque una de las partes desiste de su posición y cede o cuando una se impone al resto, en realidad no se ha resuelto el conflicto porque no hay satisfacción de las partes y puede resurgir posteriormente en otras circunstancias y con más fuerza.

La vida está llena de conflictos cuando convivimos en una sociedad, en familia o entre grupos. La mayoría son de carácter individual y se solucionan fortaleciendo la convivencia. Algunas veces los conflictos están a lo interno de las personas; cuando esto no se manifiesta y se guarda para sí, se puede tener dificultades para enfrentar ciertas situaciones. En otras ocasiones el conflicto se vuelve abierto. Una persona puede tener conflictos con otras personas, así como participar en un conflicto social de manera directa o indirecta.

Los conflictos también pueden ser sociales y de origen estructural.[1] Estos conflictos surgen entre grupos sociales debido a diferencias en las condiciones de vida. Generalmente se producen por desigualdades económicas, abusos de autoridad o desacuerdos de cualquier tipo.

Los conflictos son promotores de cambio y pueden percibirse como:

 Negativos Positivos
Considerarlos como algo malo, que no debería suceder. Generalmente esta posición la tienen quienes consideran que todo tiene que permanecer en un orden fijo e inamovible, resistiéndose al cambio. Esta visión conservadora supone que enfrentar los conflictos es una pérdida de tiempo y desgaste; relacionan el conflicto con violencia. Considerarlos como algo que ayudará a cambiar las cosas. En esta posición están quienes ven a la sociedad formada por grupos diferentes, cuya interrelación puede ser conflictiva pero también constructiva y de aprendizaje. Esta visión transformadora ve el conflicto como una oportunidad para modificar las situaciones que los hicieron surgir.

Los conflictos pueden deberse a desacuerdos en torno a:

  • Relaciones. Cuando inciden en los vínculos entre personas o grupos debido a intereses diversos.
  • Valores. Cuando hay un desacuerdo en las visiones morales o éticas de las personas o grupos.
  • Intereses. Cuando toca la percepción de los beneficios que las personas o grupos suponen tener.
  • Información. Cuando hay contradicción entre los hechos y los datos que se tienen.
  • Problemas estructurales. Cuando afecta los recursos y capacidades que los grupos poseen.

Generalmente, los conflictos sociales son:

Naturaleza de los conflictos.png

Para salir de un conflicto es importante su:

Comprensión Resolución Transformación
Conocer las causas, los cambios en el proceso, los actores que intervienen. Buscar o determinar soluciones satisfactorias. Realizar cambios que incidan en lo que causaba el conflicto y mejorar las relaciones entre las partes.

Para analizar un conflicto es importante tomar en cuenta varios factores:

Los participantes

  • ¿Quiénes son los protagonistas principales y secundarios?
  • ¿Qué poder ejerce cada uno de ellos?
  • ¿Cómo perciben el problema?
  • ¿Qué emociones y sentimientos se manifiestan?
  • ¿Qué intereses y necesidades están en juego?
  • ¿Qué valores y principios están de fondo?

El proceso del conflicto

  • ¿Cuál es la dinámica del conflicto?
  • ¿Qué relaciones hay entre los protagonistas?
  • ¿Cómo se comunica el conflicto?

El problema

  • ¿Cuál es la razón de fondo del conflicto?
  • ¿Qué otros conflictos están involucrados?

Para buscar salidas del conflicto es necesario desarrollar destrezas que permitan fortalecer la situación colaborativa entre las partes. Estas destrezas pueden ser:

  • Aplicación de formas de comunicación sencillas y comprensibles;
  • Diversas estrategias cooperativas;
  • Conocimiento de las situaciones conflictivas posibles o reales;
  • Diseño de soluciones abiertas a las partes;
  • Prácticas de pensamiento lateral en las que se consideran muchas posibilidades y no sólo las más lógicas u obvias.

¿Qué es un conflicto armado interno?[editar | editar código]

Guerra es el enfrentamiento entre al menos dos fuerzas militares que se da en un tiempo prolongado en el cual se producen batallas o enfrentamientos que tienen como consecuencia muchas personas heridas y muertas entre los bandos y muchas veces entre la población no combatiente.

Guerra civil se llama a una guerra entre dos o más grupos sociales, comunidades o bandos políticos de un mismo país que recurren a la fuerza militar para imponerse uno al otro.

Guerra revolucionaria es el proceso militar que lleva a cabo un grupo definido ideológicamente como revolucionario, que desea transformar radicalmente el sistema social.

Se le llama Conflicto Armado Interno[2] al enfrentamiento que se da entre las fuerzas gubernamentales de una nación y grupos armados disidentes.[3] Los grupos disidentes organizados son aquellos que poseen una dirección y son capaces de sostener operaciones militares con cierta regularidad en una o diferentes partes del territorio del país. Estos conflictos surgen por la existencia de desigualdades o exclusiones relevantes que se expresan a través de diferencias políticas, económicas, étnicas o religiosas. Muchas veces también se oye hablar de guerra, guerra civil o guerra revolucionaria.

A la confrontación violenta en Guatemala que ocurrió entre 1960 y 1996 se le dio el nombre de Conflicto Armado Interno (cai) al reconocer la lucha del movimiento revolucionario. Algunas personas lo catalogaban como enfrentamiento armado, tratando de negarle representatividad a ese movimiento. Éste fue un período difícil que aún hoy nos marca por lo cercano en el tiempo y por sus consecuencias sociales, políticas y económicas. El Conflicto fue vivido por personas que hoy (2014) son adultos y adultos mayores (entre 45 y 90 años) e incluso por sus hijos. Para ellos es parte de su experiencia y de su memoria. Para muchas personas, especialmente para la población indígena, resultó ser una experiencia intensa y dolorosa.

Se señalan como las causas más comunes del conflicto armado en Guatemala a la desigualdad social y económica, a la exclusión política y cultural y al no reconocimiento de los derechos de amplios sectores sociales, sobre todo, de los pueblos indígenas.

Al igual que en Guatemala, en muchos países del mundo se desarrollaron conflictos sociales y políticos vinculados a los grandes cambios surgidos después de la Segunda Guerra Mundial. Tras finalizada ésta, se abrió un período de acelerada modernización, apoyada en la tecnología, en la expansión de intereses del mercado y en el reconocimiento de la democracia como sistema político.

Estos cambios afectaron fuertemente la economía y las condiciones de vida de las poblaciones, provocando muchos desajustes y problemas. La mayoría de la población sufrió el efecto de la modernización pero ésta no respondió a sus intereses. La respuesta fue liderada por partidos y movimientos sociales organizados que se enfrentaron a los poderes del Estado y a las poderosas fuerzas económicas. Buena parte de esos esfuerzos buscaron impulsar reformas que beneficiaran a las mayorías pero otros consideraban que eso no era posible si no se producían transformaciones más radicales de carácter revolucionario.[4]

Algunas fuerzas organizadas tomaron las armas para enfrentarse a los gobiernos, a las poderosas fuerzas económicas o al ejército (todas establecidas desde la Colonia) para alcanzar el poder. En todos estos casos los movimientos políticos se vieron influidos por la disputa/lucha político-ideológica y económica entre sistemas antagónicos (capitalismo/liberalismo-comunismo/socialismo) que buscaban imponer cada una su visión. Muchas personas optaron por apoyar tendencias más autónomas y evadieron alinearse y seguir a cualquier de estos sistemas.

Esos cambios se manifestaron en:

  • Una mayor importancia del papel del Estado para promover soluciones más equitativas para la población;
  • La búsqueda de la democracia como sistema político;
  • El planteamiento de una transformación social promovida a través de reformas sociales o de una revolución;
  • La luchas de los sectores sociales subordinados/dependientes por el mejoramiento de sus condiciones de vida y laborales;
  • Las luchas de descolonización en África y Asia convertidas en movimientos de liberación.

Los principales actores en estos procesos fueron los aparatos estatales, las fuerzas sociales (económicas y políticas) y extensos sectores de la población.

¿Cuáles son los retos después de un Conflicto Armado Interno?[editar | editar código]

Después de un Conflicto Armado Interno queda una sociedad en condiciones muy débiles. Ante ello hay dos grandes retos en la que todas las personas y las instituciones de la sociedad tienen que contribuir: la justicia transicional y la convivencia pacífica.

La justicia transicional se refiere al trabajo para la superación de los problemas del pasado y sus consecuencias. Experiencias en otros países han mostrado que la imposición del olvido y amnistía no son opciones exitosas porque contienen el riesgo de la repetición de la violencia, de la revancha, de la justicia aplicada por mano propia y de la transmisión del trauma a las siguientes generaciones. En vez del silencio hay que buscar caminos para tratar las consecuencias y así lograr una paz a largo plazo.

La justica transicional es una combinación de medidas enfocadas en la legalidad para construir un futuro más democrático, justo y pacífico. El concepto sirve de marco para enfrentar hechos pasados y como componente de una transformación política mayor. Involucra estrategias judiciales y no-judiciales complementarias para prevenir violaciones futuras (Bickford, 2004). Los instrumentos complementarios de la justicia transicional son:

  • Mecanismos para buscar, nombrar y reconocer la verdad;
  • Justicia, mecanismos para deducir responsabilidades penales sobre las graves violaciones a los Derechos Humanos cometidos;
  • Resarcimiento: restitución, compensación económica y rehabilitación física y psicosocial;
  • Garantía de la no-repetición: educación, memoria histórica a través de conmemoración en lugares y fechas y reforma de las instituciones que contribuyeron a la violencia y la violación de los derechos humanos.

El segundo reto se refiere a la promoción de la convivencia pacífica para lograr una paz a largo plazo. La visión es una sociedad en la que sus miembros conviven con dignidad, respeto y tolerancia y en la que todas las personas tienen los mismos derechos y oportunidades. No sólo se espera la ausencia de la violencia, sino se requiere también de relaciones de respeto, tolerancia, equidad y libertad, que establezcan una interculturalidad activa. Estudios científicos de la paz[5] identifican seis condiciones o elementos necesarios para una paz positiva en una sociedad estable y pacífica:

  • Fundamental para la convivencia es la justicia social, en la que todas las necesidades básicas de los miembros de la sociedad son cumplidas y se garantiza el respeto a los derechos humanos, incluidos los derechos políticos, económicos, sociales y culturales, permitiendo una vida digna.
  • La transformación constructiva de conflictos es la capacidad de negociar los conflictos constructivamente y con el compromiso de hacerlo sin violencia; incluye la capacidad de tolerancia en una sociedad multicultural.
  • Interdependencia de los miembros de la sociedad y autocontrol en situaciones conflictivas. Las y los ciudadanos tienen conciencia de su interdependencia con las demás personas; cuidan sus relaciones a través de reconocer, compartir, respetar y valorar a los otros miembros de la colectividad. A nivel individual es la capacidad de desarrollar identidades sanas y personalidades estables, con autoestima y autorrespeto, que permiten el diálogo y el autocontrol frente a otras personas, en vez de la expresión de comportamientos violentos que perjudican al resto del grupo social.
  • El monopolio de los poderes estatales implica que la sociedad otorga a sus representantes la posibilidad de administrar el poder y gobernar a través de las instituciones y todo el aparato estatal. Existen normas definidas a partir de acuerdos establecidos socialmente y el Estado vela por su cumplimiento. La igualdad y la justicia social es la base para la confianza de la sociedad en conceder al Estado el monopolio del poder.
  • La participación democrática es fundamental. Las y los ciudadanos participan activamente en los procesos de toma de decisiones. Construyen acuerdos sobre las normas que rigen la sociedad, que a su vez respetan y cumplen.
  • El estado del derecho funciona como una protección a la ciudadanía. Garantiza el monopolio de los poderes estatales y cuenta con instituciones descentralizadas, fuertes y eficientes.

Si estos elementos se cumplen en una sociedad disminuye la probabilidad de que se use la violencia para el manejo de los conflictos. En lugar de una sociedad autoritaria y violenta, las y los ciudadanos tienen la oportunidad construir una convivencia más digna y pacífica.

El reto del abordaje del Conflicto Armado Interno[editar | editar código]

¿Cómo aborda el sistema educativo el Conflicto Armado Interno?

La Comisión para el Esclarecimiento Histórico en su informe Guatemala, memoria del silencio enfatizó la importancia de que la sociedad conociera y comprendiera lo sucedido para fortalecer la convivencia y generar condiciones que disminuyeran las exclusiones que vive el país. El sistema educativo tiene un importante papel para lograr estos objetivos:

  • La profundización del sistema democrático para una mejor convivencia;
  • El respeto, que se basa en aceptar la existencia de todo tipo de oposición;
  • La visibilización y respeto de los derechos de los pueblos indígenas;
  • La aplicación de la justicia para castigar crímenes humanitarios realizados durante el conflicto;
  • El fortalecimiento de la institucionalidad que incida en un mejor funcionamiento de los organismos del Estado.

Tradicionalmente, muchos sistemas educativos han evitado abordar la historia reciente y se priorizan períodos históricos más distantes de las generaciones que están atravesando la edad escolar.

En el caso de Guatemala ha sido común la perspectiva de que es incómodo hablar sobre el Conflicto Armado Interno por considerarlo negativo y se señala que es mejor abordar los eventos positivos de la historia. Otras opiniones también consideran que es mejor evitar el tema pues los actores siguen con vida y la conflictividad es latente.

Aunque el Conflicto Armado finalizó con los Acuerdos de Paz, sus repercusiones continúan sintiéndose. A eso debemos añadir que entre el fin del Conflicto en 1996 y el presente, han ocurrido muchos cambios y han surgido nuevos problemas que se unen a los ya heredados. Por eso, para entender el presente resulta importante tener en cuenta cómo se ha desarrollado la sociedad guatemalteca durante el tiempo transcurrido.

Las teorías educativas actuales enfatizan que las y los estudiantes deben aprender a usar la información para resolver problemas, más que obtener conocimiento por sí mismo. Esa misma teoría insiste en dar importancia a la comprensión del presente y a su historia inmediata. Conocer el pasado cercano es visto como algo que ayudará a las y los estudiantes a comprender mejor su propio contexto para enfrentar de manera adecuada y realista su futuro. De esta manera las categorías de tiempo y espacio se convierten en herramientas útiles para:

  • Comprender el presente;
  • Buscar soluciones prácticas a los problemas que se viven cotidianamente;
  • Proyectar soluciones innovadoras;
  • Aprender de la historia cuáles caminos tomados fallan en la convivencia.
Comprender la historia.png

Como sabemos el presente se construye con base en los nuevos sucesos que se apoyan en los viejos. En esa relación puede modificarse la trayectoria; el presente se mira como algo complejo y el futuro como incierto. Esto obliga a entender mejor los procesos de continuidad y de ruptura para enfrentar los retos del futuro. Con ello, los estudiantes obtienen bases para entender lo que se puede hacer y hasta dónde es realizable.

Entonces, hablar sobre el Conflicto Armado Interno se debe a la necesidad de comprender el presente y sus problemas, tomando en cuenta que el pasado aporta elementos para las decisiones futuras. Estudiar experiencias como éstas ayuda a comprender mejor con qué valores ha de construirse el futuro. Un conflicto de las dimensiones de lo que se vivió en Guatemala obliga a sacar lecciones para que no se repita una experiencia similar.

Esa orientación educativa está dirigida a las y los descendientes de la generación involucrada en el Conflicto Armado Interno para que tomen conciencia del presente en que viven, comprendan la historia que lo explica y de ese modo construyan su propio tiempo de manera diferente a la de sus abuelos. Al conocer ese pasado reciente se desarrollan competencias básicas como:

  • Comprender lo complejo de la vida social;
  • Reconocer que el recuerdo de los hechos puede ser ambiguo y por lo tanto, las perspectivas pueden ser relativas; la multicausalidad de los hechos, la importancia de los datos y el detalle;
  • Entender/comprender lo que de debe cambiar del presente a través del uso de formas de razonamiento como el análisis y el pensamiento crítico, que pueden aplicarse a las situaciones que se enfrentan;
  • Aprender a sacar conclusiones prácticas sobre cómo afrontar los problemas, por ejemplo sobre cómo prevenir la violencia.

De esta manera trabajar el Conflicto Armado Interno implica tres dimensiones prácticas:

Construir destrezas destinadas a la convivencia. Hacer más comprensiva la experiencia del presente tomando el pasado como insumo. Proyectar el valor social de responsabilidad ciudadana.

¿Cuáles son las principales dudas que pueden encontrarse al abordar el Conflicto Armado Interno?[editar | editar código]

Abordar este tipo de conflicto tiene sus dificultades, es por ello que es importante identificar estrategias adecuadas para hacerlo. A continuación se realizará un recorrido por algunos puntos importantes a tomar en cuenta.

1 El primer gran problema es la polémica pública que acompaña al tema. El debate está marcado por la posición que se tiene frente a lo que es un conflicto en general y frente al caso particular de Guatemala.

  • Muchas personas ven el conflicto como algo malo y plantean que la vida debe ser armónica y equilibrada, obviando el hecho de que la convivencia diaria presenta muchos obstáculos y circunstancias no deseadas. Esas dificultades pueden convertirse en conflictos y hay que saber cómo enfrentarlos, pues de los conflictos también surge el cambio.
  • En Guatemala muchas personas vivieron los tiempos del Conflicto Armado y tienen recuerdos, opiniones y posiciones diferentes, por lo que hablar de ello puede ser difícil cuando no se tienen herramientas para manejar dichas diferencias. Esto se dificulta aún más si algunas personas creen que lo que ellas dicen es la única verdad, no aceptan otra opinión o desacreditan al que tiene una visión diferente.

3 El contenido del Conflicto Armado Interno suele transmitirse desde diferentes enfoques:

  • Como memoria de tragedia: Para muchas personas el conflicto es recordado como un desastre y resaltan las grandes dificultades que la población vivió, las pérdidas de vidas y los problemas de sobrevivencia, como cuando se dice: “el tiempo de la violencia fue muy duro".
  • Como memoria de sufrimiento: Para quienes se vieron afectados directamente, los recuerdos son amargos y muchas veces traumáticos. Si se vivió la muerte de familiares o amistades cercanas, si se tuvo que sobrevivir en condiciones terribles o se transformó radicalmente la vida de la familia y/o comunidad, es muy probable que el sentimiento de tristeza sea recurrente: “el Conflicto nos afectó a todos y todavía no salimos de tanto dolor”.
  • Como memoria de agravios: Para los que enfatizan aquellas ofensas o daños que se consideran constantes en su pasado. Existen agravios de largo plazo, como por ejemplo, los que han sufrido la población indígena desde principios de la vida colonial. También existen otras ofensas más recientes como la invasión de 1954 que resulta fundamental para aquellos sectores que fueron excluidos y que dio lugar a sus luchas posteriores: “en el 54 todo se echó a perder, no nos quedó más que levantar las armas”.
  • Como memoria victoriosa: Para quienes los resultados fueron favorables utilizan una memoria triunfal. Esta memoria es usada sólo ocasionalmente, porque como triunfadores no tienen necesidad de recordarla constantemente. Sin embargo en ocasiones, si están en posiciones depoder en el gobierno pueden utilizarla para recordar conmemorativamente lo símbolos del triunfo: “se defendió a la patria contra la invasión extranjera”, “perdieron la guerra y ahora quieren ganar en la política”.
  • Como memoria ejemplar: Para las personas que consideran que lo sucedido debe conocerse para sacar ejemplos que permitan mejorar la situación que viven o para quienes plantean que su conocimiento debe ser útil para no repetir algo similar: “la guerra fue muy dura pero ahora las cosas están mejor en la comunidad”; “algo bueno que nos quedó fue que ahora sabemos que tenemos derechos y eso no nos lo quita nadie”.

3 Al hablar del Conflicto Armado Interno es común encontrar actitudes que restan valor a sus efectos y subestiman las consecuencias humanas, económicas y sociales. Las tendencias más comunes en estos casos son:

  • Negacionismo: cuando se niegan los hechos y se evade cierta información que causa incomodidad.
  • Indiferencia: cuando no se da importancia a los hechos de un conflicto considerándolos irrelevantes.
  • Apelación al olvido: cuando no se toma en cuenta lo que ocurrió o se demanda que otras personas lo dejen atrás por considerarlo cosa del pasado. Con ello se desvaloriza lo que vivieron las personas, la validez de los reclamos y se niega el derecho a la justicia.
  • Silencio: actitud que toman muchas personas porque sienten miedo o porque pueden ser señaladas o castigadas por lo que digan. El silencio es una tradición heredada e impuesta que se basa en el sentimiento de amenaza o de riesgo si se habla.
  • Equiparación: actitud que se toma cuando se exige poner en el mismo plano a todos los actores sociales sin considerar los diferentes grados y tipos de responsabilidad.

4 También es común encontrar a personas y/o sectores que valoran la necesidad de hablar sobre el Conflicto Armado y analizarlo en todas sus dimensiones y consecuencias. Dos son los caminos que se toman:

  • Historización: quienes consideran que la historia es un conocimiento necesario a tener en cuenta como base para entender el presente y proyectar el futuro, por lo que proponen conocer la historia del conflicto.
  • Memorización: quienes recurren al recuerdo del conflicto como una forma de mostrar que ese proceso sigue abierto y que es necesario dignificar a las víctimas o también porque se considera una ofensa que hay que denunciar.

Aunque ambas formas de aproximarse al Conflicto Armado son importantes, es necesario tomar en cuenta los otros procesos que afectaban a la sociedad en esa época y que junto al Conflicto, también explican mucho del presente. Además es importante acercarle la información al estudiante sin que éste perciba que se le están adjudicando responsabilidades que no le corresponden, sino más bien, que observe en ese conocimiento una herramienta para comprender y comprenderse en este contexto y enfrentar de mejor manera los retos del futuro.

De cualquier manera, el Conflicto Armado Interno tiene vigencia en el presente debido a que está en la memoria de muchos guatemaltecos y guatemaltecas. Aunque persiste el miedo a hablar, hay muchas personas que siguen comunicando lo que vivieron. La búsqueda de justicia frente a las violaciones de derechos humanos o crímenes a la humanidad también es latente y pese a que algunos sectores consideran que debe quedar en el pasado, el debate continúa vigente.

Foto IIARS: Alaíde Foppa, detenida desaparecida en 1980. Homenaje de un grupo de docentes en noviembre de 2014.

¿Cómo se ha explicado el Conflicto Armado Interno?[editar | editar código]

1 Las explicaciones del conflicto son muy variadas pero éstas pueden unificarse en dos grandes relatos según sea la lógica con que se explica:

  • Algunas personas consideran como principal causa de los conflictos al desarrollo de factores externos. Quienes piensan así, generalmente miran a la sociedad homogénea, equilibrada y armoniosa. Aceptan la existencia de cambios pero señalan que son adaptaciones del sistema y las amenazas se consideran dañinas. Sin embargo, cuando las amenazas son fuertes consideran que son producto de la influencia externa y que éstas son introducidas por agentes internos de esas fuerzas externas. Para ellos lo importante es fortalecer las normas internas y creen que la principal función de los que dirigen es la de mantener el orden y la vigilancia. La solución a cualquier situación conflictiva es la imposición del orden y resaltar el papel de salvador de quienes lo defienden. Piden que toda amenaza debe eliminarse de raíz.
  • Otras ponen la atención en los factores internos como motivo. Éstos reconocen que la sociedad siempre existen conflictos. La sociedad se sostiene en un equilibrio débil y es afectada por el cambio constantemente. Algunos señalan que la base de esa conflictividad se debe a que la sociedad está formada por grupos desiguales cuyos intereses son opuestos, incapaces de integrarse entre sí y para superarlo algunos proponen la necesidad de realizar cambios radicales. Mientras otros consideran que esos intereses pueden conciliarse y proponen reformas que mejoren el sistema y disminuyan las desigualdades. Superar esas desigualdades se relaciona con llegar a tener conciencia de esas desigualdades y plantear su deseo de transformarla.

2 El conflicto guatemalteco duró varias décadas (36 años) y se produjo con distintas intensidades y diferentes temporalidades. Prácticamente hubo manifestaciones en todo el país pero no en todas las regiones fueron iguales. En algunas regiones el conflicto fue menos intenso y los recuerdos son menos públicos, pero en otras, las víctimas fueron masivas y su impacto está asociado a manifestaciones de trauma social.[6]

3 El conflicto se explica a través de temas que simbolizan los principales hechos. Estos pueden resumirse así:

  • Antecedente: la revolución del 20 de octubre de 1944 marca el inicio de los gobiernos revolucionarios; una década que se caracterizó por modernizar el Estado de Guatemala desde una política nacionalista que estableció políticas sociales en favor de las mayorías trabajadoras (obreros y campesinos). Su factor crítico fue la movilización social de los sectores trabajadores y campesinos, así como la presencia política de la izquierda. La reforma agraria es el acontecimiento determinante por la que los grupos conservadores derrocan al gobierno revolucionario.
  • Evento clave: la invasión liberacionista de 1954 resulta ser el momento que marca los inicios del conflicto porque comienzan a cerrarse los espacios de participación política para los sectores sociales. Además no estaban de acuerdo con los sentimientos nacionalistas de la población porque lo confundieron con el comunismo. Esto dio como resultado la exclusión política de la izquierda.
  • La militarización del país como factor de poder importante: aún antes de surgir la guerrilla los militares buscaron que no volvieran al poder los dirigentes de la década revolucionaria, pese a que algunos de ellos aceptaban el anticomunismo como sistema ideológico fundamental. El poder de los militares se desarrolló como justificación para eliminar a los revolucionarios y al interés por tener el poder y así dominar las principales decisiones del país.
  • La justificación: la construcción del enemigo interno para llevar a cabo las acciones represivas que se desarrollaron con total desprecio a los derechos humanos. La idea de no tolerar ninguna oposición llevó a construir un enemigo imaginario que terminó en la sospecha de todas las personas como posibles amenazas o enemigos. De esta manera, para el Estado guatemalteco el enemigo fue toda la sociedad y se persiguió no sólo a los que estaban involucrados en los hechos armados sino a todo tipo de opositores o descontentos, incluso a aquellos que no favorecían las acciones armadas. En esa manera de ver a la sociedad se cometieron muchas violaciones a los derechos humanos y se exterminaron a muchos inocentes.
  • El movimiento social como el gran actor: muchas organizaciones sociales participaban en demandar mejores condiciones de vida, respeto de los derechos laborales, libertad de acción y rechazo a la represión. Este fue un sector muy perseguido y diezmado a través de asesinatos y desapariciones forzadas.
  • Organizaciones: las guerrillas fueron quienes asumieron la lucha armada como principal vía para tomar el poder. Éstas se formaron de la convergencia de diversos sectores: militares, políticos de izquierda, juventud rebelde y población indígena. Las guerrillas la formaban varias agrupaciones con diferentes formas de organizarse y de pensar sobre cómo alcanzar el poder. Éstas planteaban una revolución que cambiaría radicalmente la situación socioeconómica y política del país.
  • La violencia como constante: el Conflicto Armado significó una lucha violenta por el poder. El recurso de la violencia significó la muerte y persecución de muchas personas, el desplazamiento de miles de sus lugares de origen, la destrucción de mucho patrimonio y el dolor de los sobrevivientes.
  • La represión como respuesta del Estado: fue la respuesta más generalizada de las fuerzas gubernamentales, las cuales aplicaron todo tipo de acciones para callar a los opositores. Con la acción represiva se rompieron las bases legales del “Estado de derecho” y las fuerzas gubernamentales actuaron siempre fuera de la ley, pues en Guatemala no funcionó la persecución legal de los opositores. La represión se manifestó desde formas de vigilancia a la población y control hasta políticas de exterminio de los opositores.
  • La manifestación extrema de la violencia: las grandes matanzas son la manifestación violenta y masiva más extrema del Conflicto y marcan la memoria colectiva del mismo. Las fuerzas del Estado utilizaron como medida estratégica la eliminación masiva de aquellas personas sospechosas de participar o simpatizar con la guerrilla. Decenas de miles de personas, hombres, ancianos, mujeres, niñas y niños, fueron asesinados, especialmente entre 1981 y 1985.
  • La participación política de la población indígena: muchos sectores indígenas mantenían una resistencia a las condiciones que se les había impuesto desde la Colonia y habían sido agudizadas en la época liberal. Los indígenas resistían de muchas maneras, especialmente fortaleciendo demandas comunitarias y planteando la necesidad de que respetaran sus derechos.
  • La negociación: los Acuerdos de Paz fueron el resultado formal de las negociaciones que llevaron a cabo las partes confrontadas para alcanzar una solución al enfrentamiento armado. Estos acuerdos van más allá del cese del fuego, plantean la necesidad de reformas a favor de la población y una transformación del Estado.

Aunque el Conflicto Armado Interno terminó, uno de sus efectos es la disputa entre quienes plantean la necesidad de la memoria para conocer lo que pasó, lograr que haya justicia a los crímenes de guerra y obtener reparaciones sociales, frente a los que claman por el olvido, que plantean que hay que dejar todo atrás para comenzar de nuevo sin enfrentar las consecuencias de esos hechos.

¿Cómo aborda el Currículo Nacional Base (CNB) el Conflicto Armado Interno?[editar | editar código]

Los Acuerdos de Paz motivaron el desarrollo de una reforma educativa que incluyó la necesidad de conocer y analizar el Conflicto Armado Interno en función de objetivos que ayuden a prevenir otro conflicto de similares magnitudes. El Currículo Nacional Base de nivel primaria y básicos incluyó algunos apartados para su conocimiento, ligados al desarrollo de competencias, habilidades y destrezas específicas, que permitan fortalecer las capacidades de análisis y de escucha para valorar mejor el sentido de aprendizaje del por qué se aborda el conflicto.

Aunque los contenidos son expuestos brevemente en las mallas curriculares, se reconoce que en Guatemala hubo hechos violentos con consecuencias terribles; por otro lado no existen suficientes insumos para que puedan desarrollarse los contenidos efectivamente.

La responsabilidad recae muchas veces en las y los docentes sin que éstos posean las capacidades teóricas y metodológicas para asumirla. Como resultado, algunos docentes lo abordan con poca profundidad, otros lo exponen utilizando sus opiniones políticas, ideológicas y religiosas como principal recurso (lo cual es importante aunque no suficiente para desarrollar las competencias esperadas) y un buen grupo de docentes simplemente opta por no incluirlo en su programa de estudios o evadirlo. También existen muchos docentes que asumen el reto buscando información y otros recursos como películas y documentales o incluso, invitando a actores del Conflicto Armado a sus aulas de clase para que comenten sus experiencias. No se trata de señalar a quienes no han estado en posibilidades de abordarlo pues como se dijo antes no es una tarea fácil, sin embargo, es una realidad que las y los docentes tienen en sus manos una gran responsabilidad que no se puede eludir.

Regresando al currículo, el Conflicto Armado Interno es abordado abiertamente aunque de manera vaga y esporádica, además de que las referencias se centran en las dimensiones política e ideológica, dejando poco espacio a la relación con las estructuras económicas y sociales. Como contenido está incluido en las mallas curriculares de cuarto primaria (Área de Ciencias Sociales), quinto y sexto primaria (Área de Formación Ciudadana) y tercero básico (Área de Ciencias Sociales y Formación Ciudadana).

En el caso de cuarto primaria y tercero básico está ubicado en la competencia que se desarrolla a través de los contenidos históricos y en el marco de la historia contemporánea. Esto es importante pues se conecta de manera más directa con el presente, sin embargo tiene el riesgo de que, al abordarse con las metodologías tradicionales, se priorice la memorización de fechas y actores importantes y que se descuide la conexión con la vida de las y los estudiantes en el presente.

En quinto y sexto primaria tiene una orientación más práctica pues se le vincula al ejercicio ciudadano. Por su parte, en primero y segundo básico, aunque no se aborda como período histórico, si se incluyen temas como el diálogo y la transformación de conflicto, los cuales pueden considerarse fundamentales para el abordaje integral del Conflicto Armado Interno, además de que prepara a las y los estudiantes para introducirse en el debate más concreto del período histórico.

El currículo parece proponer una ruta conceptual y procedimental en la que destacan algunos puntos:

  • Necesidad de la democracia;
  • Aportes de la paz a la democracia;
  • La negociación como solución a las confrontaciones;
  • El diálogo y el manejo de conflicto como forma de no repetición;
  • Respeto de derechos políticos y civiles, obviando a veces los derechos humanos (lo cual evidenciaría las violaciones del Estado sobre individuos);
  • Ninguna referencia a la existencia de formas de pensar diversas, lo cual es un riesgo si se espera construir pensamiento único y no la habilidad de coexistir entre diversos.

Los principales temas que sintetizan el abordaje sobre el conflicto en Guatemala son:

  • Antecedentes en el período de 1944 a 1954;
  • Cierre de los derechos políticos;
  • Orígenes, causas y consecuencias del conflicto armado;
  • Proceso de negociaciones y Acuerdos de Paz.
Profesores en taller.png

Notas[editar | editar código]

  1. Estructura se refiere a la forma en que están ordenadas, situadas en el espacio y relacionadas entre sí las principales partes que hacen funcionar o sostener algo. Sin ellas no puede existir ese algo.
  2. El concepto viene de la discusión sobre la Segunda Guerra Mundial que llevó a la firma de los Convenios de Ginebra en 1949, especialmente el artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949. Posteriormente se han hecho adiciones. Véase: Protocolo Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter internacional, 8 de junio de 1977. <https://www.icrc.org/spa/war-and-law/treaties-customary-law/geneva-conventions/>. <http://www.cruzroja.es/dih/pdf/protocolo_adicional_II_convenios_ginebra_12_agosto_1949_proteccion_victimas_conflictos_armados_sin_caracter_internacional_8_junio_1977.pdf>.
  3. Disidencia es cuando alguien tiene un desacuerdo total o parcial con las creencias, doctrinas, criterios, principios o la forma de actuar de un grupo, una organización, una comunidad o un sistema político, porque ya no considera importante seguir unido a ellos. La persona o grupo manifiesta su desacuerdo y se aparta de la organización o se autoexcluye del sistema al que pertenece.
  4. Revolución es la ruptura del orden establecido que busca crear otro orden transformando diversos ámbitos de la vida de un pueblo.
  5. Senghaas, Dieter (1995): Frieden als Zivilisierungsprozeß. In: Ders. (Hrsg.): Den Frieden denken. Frankfurt am Main, S. 196–223. Traducción al español de Kira Auer.
  6. Trauma social: efecto psicosocial que una comunidad humana tiene tras haber sufrido una experiencia extrema y dramática que afecta a muchas víctimas que no pueden responder adecuadamente a la situación. Esa experiencia rompe los lazos comunales, cambiando las formas de relación y la perspectiva del mundo que les rodea. Esta experiencia es considerada moralmente injusta por parte de las víctimas y su superación se encara en términos colectivos no individuales.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Valoración, respeto y seguridad que cada persona tiene sobre sí misma, se construye y fortalece por medio de mensajes positivos de cariño y aceptación.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.

Capacidad o disposición que ha desarrollado una persona para afrontar y dar solución a problemas de la vida cotidiana y a generar nuevos conocimientos. Es la capacidad para actuar de manera pertinente ante una situación compleja, movilizando de manera integrada los recursos necesarios para resolverla de modo adecuado.Tiene una doble dimensión: a) posesión de un conjunto de recursos o capacidades (cognitivos, de procedimientos y de actitudes), y b) capacidad para movilizarlos en una situación de acción.

Conjunto de experiencias, planificadas o no, que tienen lugar en los centros educativos como posibilidad de aprendizaje del alumnado. Una perspectiva tradicional acentúa el carácter de plan (con elementos como objetivos, contenidos, metodología y evaluación), frente a un enfoque práctico que destaca las experiencias vividas en el proceso educativo.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.