Maximizar el interés del estudiante

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Los profesores eficaces diseñan actividades que despiertan el interés de los estudiantes, incrementan su compromiso y, como resultado, generan aprendizaje memorable.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

El interés de los estudiantes a menudo se utiliza para explicar por qué enfoques particulares funcionan en términos de aprendizaje de ciencias sociales: una actividad despierta el interés del estudiante, el interés conduce a la participación, la participación conduce al aprendizaje. Una cantidad sustancial de literatura describe estrategias genéricas de motivación (por ejemplo, el uso de recompensas, haciendo hincapié en cómo la participación en las actividades podría conducir a otras consecuencias positivas y diversas formas de competencia). La evidencia de todas las ciencias sociales apunta a la eficacia motivacional de una serie de estrategias específicas.

Es probable que la “experiencia real” genere interés y compromiso que apoye el aprendizaje. Las experiencias “reales” pueden ser genuinamente reales (es decir, verdaderamente auténticas), pueden coincidir o reproducir directamente la realidad, pueden implicar la participación en situaciones sociales más allá del aula, o pueden ser experiencias en clase con un propósito reconociblemente auténtico. Las experiencias reales generan interés porque se centran en cuestiones que son reales y relevantes para las vidas de los estudiantes, o porque dan a los estudiantes la experiencia de primera mano de situaciones sociales, culturales, económicas o políticas. Interrogar después de tales experiencias es crítico para que se pueda expresar el aprendizaje importante y construir nuevos entendimientos.

Las oportunidades de aprendizaje que involucran oradores visitantes, drama, actividades prácticas y narrativas pueden despertar interés y promover el compromiso. Las historias, por ejemplo, estimulan y desafían la imaginación. Tienen, por lo tanto, una importante dimensión afectiva y el poder de motivar.

Recursos y actividades tales como ilustraciones, diagramas, videos y animaciones, herramientas multimedia, simulaciones y juegos a menudo atraen el interés de los estudiantes y el compromiso de apoyo. Sin embargo, es importante que estén diseñados de tal manera que las ideas importantes sean fácilmente comprensibles. Por ejemplo, los estudiantes son más propensos a usar y aprender de los mapas que ya integran efectivamente ilustración y textos, que mapas que requieren que ellos mismos los integren. A veces los maestros necesita modificar los recursos publicados para alinearlos más estrechamente con el conocimiento previo y/o las intenciones de aprendizaje. Los maestros también necesitan tener cuidado al usar cualquier actividad o recurso: estos no deben reforzar estereotipos, malentendidos o sesgos, o tener otros impactos negativos en el aprendizaje del estudiante.

Aplicación en la práctica[editar | editar código]

  • Haga uso de experiencias reales, tanto dentro como fuera del aula.
  • Proporcione oportunidades de aprendizaje que se relacionan con temas y contextos auténticos.
  • Seleccione los recursos y actividades que los estudiantes encuentren atractivos.
  • Considere cómo el diseño de los recursos afectará el interés y la participación.
  • Asegure que, además de crear interés, las actividades lleven a resultados importantes.
  • Interrogue a los estudiantes después de las experiencias reales para extraer el aprendizaje importante.

Lecturas sugeridas[editar | editar código]

  1. Alton-Lee, A.G. et al. (1997). Gendered discourses in social studies: Intermediate students’ learning and participation during studies of Antarctic work and survival focused on women. Wellington: Ministry of Education. (Report to the New Zealand Ministry of Education: Understanding Learning and Teaching Project 3.)
  2. Ballantyne, R.; Packer, J. (2002). Nature-based excursions: School students’ perceptions of learning in natural environments. International research in geographical and environmental education, 11(3), 218–236.
  3. Beaumont, E. et al. (2006). Promoting political competence and engagement in college students: An empirical study. Journal of political science education, 2(3), 249–270.
  4. Jackson, A.; Rees Leahy, H. (2005). “Seeing it for real …?” Authenticity, theatre and learning in museums. Research in drama education, 10(3), 303–325.
  5. Laney, J.D. (1993). Experiential versus experience-based learning and instruction. Journal of educational research, 86(4), 228–236.
  6. Laney, J.D. (2001). Enhancing economic education through improved teaching methods: Common sense made easy. In: J. Brophy, (Ed.), Subject-specific instructional methods and activities. New York, NY: Elsevier. (Advances in Research on Teaching, vol. 8.).
  7. Lynott, P.P.; Merola, P.R. (2007). Improving the attitudes of 4th graders toward older people through a multidimensional intergenerational program. Educational gerontology, 33(1), 63–74.
  8. Nairn, K. (1999). Embodied fieldwork. Journal of geography, 98, 272–282.
  9. Nuthall, G. (2000). The role of memory in the acquisition and retention of knowledge in science and social studies units. Cognition and instruction, 18(1), 83–139.
  10. Otten, M. et al. (2004). Performing history: The effects of a dramatic art-based history program on student achievement and enjoyment. Theory and research in social education, 32(2), 187–212.
  11. Schultz, B.D. (2007). “Not satisfied with stupid band-aids”: A portrait of a justice-oriented, democratic curriculum serving a disadvantaged neighborhood. Equity & excellence in education, 40(2), 166–176.
  12. Tyson, C.A. (2002). “Get up offa that thing”: African American middle school students respond to literature to develop a framework for understanding social action. Theory and research in social education, 30(1), 42–65.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes