Introducción

El propósito de este folleto es ofrecer principios rectores sobre el aprendizaje en el siglo XXI. Está pensado para profesores, diseñadores de planes de estudios, líderes escolares y otros involucrados en todos los niveles de la educación escolar y puede ser utilizado para cualquier grupo de edad, ya que los principios que contiene son lo suficientemente generales como para ser aplicados en diferentes contextos. La guía ofrece un puente entre la práctica en el aula, la teoría educativa y la investigación académica. Se basa en teorías desarrolladas por investigadores y profesores, y en un artículo del mismo título publicado en Perspectivas (2014), junto con la experiencia de las organizaciones educativas.

Históricamente, las teorías del aprendizaje, las ideas sobre lo que debemos enseñar, los ejemplos de práctica y los modelos sugeridos han sido desarrollados por separado por diferentes organizaciones. El resultado ha sido una falta de unidad, con pocos conocimientos acumulativos y una ausencia de cooperación en la investigación. Esta guía trata de abordar esta falta de unidad respondiendo a la pregunta: ¿Qué es lo que los estudiantes deben aprender en el siglo XXI?

Este desafío nos remite a una pregunta fundamental sobre los propósitos de la educación: ¿Para qué sirve la educación? Las universidades siguen exigiendo las materias tradicionalmente enseñadas en la escuela (lenguas, humanidades, ciencias naturales, matemáticas, tecnología, artes, religión y educación física). Sin embargo, hay cada vez más entendimiento de que es necesario integrar nuevas áreas de conocimiento, competencias y comportamientos en los planes de estudios si los jóvenes van a funcionar bien en una sociedad global cada vez más compleja. En el futuro, pueden enfrentarse a enormes desafíos asociados con la pobreza, la superpoblación y la disminución de la bio-capacidad. Por ejemplo:

• La Junta Consultiva Internacional de Educación sugiere que el aprendizaje del siglo XXI está y continuará vinculado a la tecnología de la información;
• El Centro de Reestructuración del Currículo señala la necesidad de una revisión exhaustiva de los conocimientos, destrezas y carácter necesarios para un aprendizaje profundo y pertinente;
• El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) de la OCDE ha identificado la necesidad de evaluar las capacidades de resolución de problemas a medida que los gobiernos de todo el mundo tratan de dotar a los jóvenes de las habilidades que necesitan para la vida y el empleo (Schleicher, 2011).
• La UNESCO ha declarado que "la preocupación por la paz y el desarrollo sostenible debe estar en el centro de nuestros esfuerzos para promover un desarrollo social incluyente y equitativo" (UNESCO, 2013, p.1).

Lo que está claro es que el aprendizaje en el siglo XXI implica numerosas áreas de desarrollo humano. Van más allá de las habilidades y la tecnología para abarcar todos los aspectos del desarrollo social, psicológico y moral de los estudiantes. A menudo se espera que los programas educativos incluyan el desarrollo sostenible, aprender a vivir juntos, la comprensión intercultural, las habilidades de comunicación y las actitudes respetuosas hacia los demás, necesarias para un desarrollo genuinamente inclusivo y pacífico. Debido a esta evolución, la educación puede beneficiarse de la comprensión de cómo ir más allá del contenido académico tradicional.

Esta guía ofrece diez áreas de aprendizaje que son particularmente significativas en el clima educativo del mundo actual, en el que ya no se garantiza estabilidad, previsibilidad y continuidad. Por el contrario, los jóvenes entran en un mundo volátil, impredecible, complejo y ambiguo. Estas diez áreas se pueden dividir en:

• Áreas básicas de conocimiento (como la alfabetización informacional, el aprendizaje centrado en los conceptos y el aprendizaje STEM [ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas]) [secciones 2, 5 y 6];
• Competencias (como pensamiento crítico y creatividad) [secciones 3 Y 4];
• Actitudes (asociadas con la honestidad académica, salud y atención plena, y aprendizaje de servicio) [secciones 1, 7 y 8];
• Enfoques amplios para el aprendizaje (en áreas como el apoyo al aprendizaje y la evaluación) [secciones 9 y 10].

Su propósito es estimular una reflexión significativa sobre la educación para que aquellos que la lean se sientan inspirados a tomar algunas de las sugerencias ya adaptarlas a las realidades de sus propias aulas. Aunque el uso de estas ideas variará dependiendo del contexto, el mensaje subyacente será el mismo: estos principios rectores son esenciales para el aprendizaje de calidad en el siglo XXI.

Lecturas sugeridas

1. Acedo, C. & Hughes, C. (2014). Principles for learning and competences in the 21st-century curriculum. Prospects, 40(1), 503-525.
2. Coffield, F., et al. (2004). Learning styles and pedagogy in post-16 learning: A systematic and critical review. Trowbridge, UK: Cromwell Press Ltd.
3. Fadel. (2011). Redesigning the curriculum. <curriculumredesign.org/wp-content/uploads/CCR-Foundational-Whitepaper-CharlesFadel2.pdf>
4. IAEB International Education Advisory Board. (2013). Learning in the 21st century: Teaching today’s students on their terms.<www.certiport.com/Portal/Common/DocumentLibrary/IEAB_Whitepaper040808.pdf>
5. Schleicher, A. (2011). Pearson to develop frameworks for OECD’s PISA student assessment for 2015. <uk.pearson.com/home/news/2011/september/pearsonto-develop-frameworks-foroecds-pisa-student-assessment-for-2015.html>
6. UNESCO–United Nations, Educational, Scientific and Cultural Organization. (2013). UNESCO principles on education for development beyond 2015. [Adapted from UNESCO Education Sector contribution to the Quadrennial Programme Priorities for 2014‒2017 (37 C/5) – unpublished.]

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.