Enfoques de género específicos

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Adaptar los métodos de enseñanza tanto para los hombres como para las mujeres estudiantes.

Resultados de la investigación[editar | editar código]

Como se trata de una enfermedad de transmisión sexual, la información sobre el vih/sida debería impartirse en contextos que incorporen con sensibilidad un enfoque de género, habida cuenta que 75 por ciento de las infecciones en todo el mundo tienen su origen en relaciones sexuales heterosexuales no protegidas. Con frecuencia, algunas escuelas proporcionan educación sexual a los muchachos y a las muchachas por separado; sin embargo, esto no debería promoverse en la educación acerca del vih/sida. Estudios recientes dan pocas evidencias favorables a la idea de que la salud sexual y la educación respecto al vih/sida promueven la promiscuidad. De 68 reportes analizados, 28 indicaban que el vih y la educación sexual no aumentaron ni redujeron la actividad sexual. Asimismo, 22 reportes mostraban ya sea una demora en el comienzo de la actividad sexual, o bien un número reducido de parejas sexuales o de tasas reducidas de infecciones por transmisión sexual.

Existen estrategias de prevención enfocadas a las mujeres sexualmente activas para quienes la abstinencia no es una opción. Se ha comprobado la efectividad del condón femenino para prevenir el vih y las infecciones de transmisión sexual.

Las mujeres y las niñas que han estado expuestas al virus, debido a una violación, pueden recibir una profilaxis posterior a la exposición del virus, aunque este procedimiento, hasta la fecha, sólo está disponible en algunos países. Al abordar la prevención del vih, es conveniente dedicar un tiempo considerable a las habilidades de rechazo que pueden proteger a las jóvenes de relaciones sexuales no deseadas. Asimismo, la educación de género específica puede ser de utilidad para que las mujeres adolescentes reflexionen en torno a las desigualdades estructurales e interpersonales.

Es recomendable trazar un marco en que se desenvuelva la educación respecto al vih/sida como parte del currículo, para que los niños de diferentes edades entiendan la definición, la causa, el tratamiento y las consecuencias de la infección. Los niños pequeños (de entre cinco y siete años) poseen una capacidad limitada para diferenciar entre causa y efecto, lo que provoca entre ellos desinterés respecto a las causas del sida o de cualquier otra enfermedad. Sin embargo, los niños han oído hablar de la enfermedad y saben que es “algo malo”. Es probable que también tengan miedos poco racionales por creer que la infección del vih se transmite por alguna causa mágica o misteriosa. Para el grupo de edad intermedio (ocho a diez años), la reeducación respecto al vih/sida podría enfocarse a identificar y diferenciar lo que sí y lo que no causa la infección. El énfasis con los niños de más edad (11 años en adelante) podría consistir en proporcionarles estrategias de prevención del vih/sida.

En la escuela[editar | editar código]

  • Atienda las necesidades de los muchachos y las muchachas y promueva la enseñanza respecto al vih/sida con grupos mixtos.
  • Haga mención del condón femenino y no solamente de los condones tradicionales.
  • Imparta su enseñanza tomando en cuenta el equilibrio de poder existente entre niños y niñas; fortalezca las habilidades de rechazo y negociación en las niñas. Exponga de manera cuidadosa escenarios con situaciones explícitas para mejorar las habilidades de rechazo y negociación de las niñas.

Referencias[editar | editar código]

  1. Grunseit, A. et al. (1997). "Sexuality education and young people’s sexual behaviour: a review of studies". Journal of adolescent research (London), vol. 12, núm. 4, 421-453.
  2. Wash, M.E.; Bibace, R. (1990). "Developmentally-based HIV/AIDS education". Journal of school health (Kent, OH), vol. 60, núm. 6, 256-261.

Consiste en identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.

Conjunto de acciones (formas de actuar o de resolver tareas), con un orden, plan o pasos, para conseguir un determinado fin o meta. Se trata de saber hacer cosas, aplicar o actuar de manera ordenada para solucionar problemas, satisfacer propósitos o conseguir objetivos. Forman los contenidos procedimentales.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Conjunto de experiencias, planificadas o no, que tienen lugar en los centros educativos como posibilidad de aprendizaje del alumnado. Una perspectiva tradicional acentúa el carácter de plan (con elementos como objetivos, contenidos, metodología y evaluación), frente a un enfoque práctico que destaca las experiencias vividas en el proceso educativo.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.