Busca en cnbGuatemala con Google

Verifica tu comprensión de lectura seleccionando este símbolo al final del texto:
Repasemos.png
Si usas el sitio de forma anónima los resultados se borrarán al salir del repaso.

Para recibir insignias digitales por cada prueba, inscríbete en el programa de certificación, usa el sitio como usuario registrado y responde al menos 80% de las preguntas correctamente.
Revisa aquí las instrucciones.


Para poder leer más hay que saber leer mejor y no se puede leer mejor si no se lee más.”

Foucambert

Los estudiantes aprenden a leer y escribir en la escuela. Son pocas las excepciones en que aprenden en su casa u otro lugar. Siendo así, se puede decir que este aprendizaje depende en gran parte del docente, de la metodología y de las oportunidades que en general la escuela les ofrezca. Para aprender a leer bien, es decir, convertirse en buenos lectores (que comprenden bien un texto), los estudiantes deben dominar tres componentes:

  1. Decodificación eficiente
  2. Comprensión
  3. Crítica

En la enseñanza de la lectura, los procedimientos del o de la docente deben estar orientados a facilitar el aprendizaje de estos tres elementos. Veamos en qué consiste cada uno.

¿Qué sabes ya?
Antes de empezar la lectura, reflexiona sobre tus conocimientos previos. Selecciona este vínculo.

1.3.1 Decodificación eficienteEditar

En los primeros años de la vida escolar es común escuchar decir a las madres y padres, maestros y maestras que los estudiantes están “aprendiendo a leer”. Se están refiriendo a la acción de reconocer letras o códigos y asociarlas para formar palabras, es decir, la decodificación.

La capacidad de decodificar está muy ligada con tres elementos: precisión, velocidad y fluidez.

a. Precisión: también se le conoce como exactitud al leer. Se refiere a la identificación correcta de las letras que están en el texto. Puede haber mala decodificación si la niña o el niño confunden la “b” con la “d” y entonces leerá por ejemplo: bebo por dedo.

Cuando al leer hay falta de precisión se cambian las palabras que están escritas por otras. Esto puede suceder porque al leer, los estudiantes sustituyen letras, sílabas e incluso palabras completas. Por ejemplo, leen gota en lugar de rota, o bien, agregan otras: bonitos por bonito. También pueden omitirlas o saltárselas: pedaño en lugar de peldaño, vetana por ventana o cambiar el orden: Grabiel por Gabriel, colodaro en vez de colorado.

b. Velocidad: es otro aspecto importante para decodificar bien. Se define como la cantidad de palabras que se leen silenciosamente en un determinado tiempo.

Hemos visto que para una buena decodificación es necesario ser preciso en la identificación de los códigos o letras, pero también se necesita leer a determinada velocidad. Es importante que los estudiantes al leer, alcancen cierta velocidad para poder comprender. Una persona que lee muy despacio no podrá captar el significado de la oración o el párrafo. Por ejemplo:

Al-gu-nas -es-pe-cies- de- pin-güi-nos- pa-san- la- ma-yor- par-te- del- ti- em-po- na-dan-do- o- su-mer-gi-dos- en- los- o-cé-a-nos,- a-le-ja-dos- de- ti-e-rra- fir-me.

Al hacer la lectura de esta manera se dificulta la comprensión del contenido del texto. Esto es porque la mente se concentra en convertir las letras en palabras o en reconocer las palabras una a una y no en buscar el significado de las oraciones y del párrafo. Esto es normal que suceda en los primeros años escolares, pero luego, deben leer a una velocidad mayor que facilite su comprensión.

Note ahora la diferencia cuando se lee con velocidad adecuada:

Algunas especies de pingüinos pasan la mayor parte del tiempo nadando o sumergidos en los océanos, alejados de tierra firme.

En el primer ejercicio de lectura de la oración de los pingüinos, al leer así, el niño ve letras y sílabas. En el segundo, comprende palabras completas y el conjunto de palabras, lo cual facilita la comprensión de lo leído.

Este ejercicio permite reconocer que se necesita cierta velocidad de lectura para poder comprender. Sin embargo, hay que tener presente que velocidad y comprensión no es lo mismo. Se puede leer muy rápido y no comprender nada.

Cuando las niñas y niños ya usan la lectura silenciosa, de tercero primaria en adelante, se puede incrementar su velocidad. Esto se logra leyendo todos los días, aunque no sea mucho tiempo.

c. La fluidez es otro elemento necesario para una decodificación eficiente. Se expresa en la lectura oral.

La fluidez se refiere a “leer con velocidad, precisión y expresión adecuada sin atención consciente, realizar múltiples tareas de lectura (por ejemplo, el reconocimiento de palabras y comprensión), al mismo tiempo”[1]. El propósito de desarrollar la fluidez es lograr que la decodificación sea automática, es decir, que no necesite atención consciente del lector para el proceso de descifrar los signos, y así pueda concentrarse en la comprensión. Al momento de leer, la fluidez funciona como un puente entre el reconocimiento de las palabras y su comprensión.

Observe el siguiente texto:

Don T o m á s... c om ... pró... cuat ro... bur ..rros... montó.. enunoy... vol vió..asu... casa...por el...camino...los...los...contó...un o...dos ytres...no...conta..taba... el ...que... mon...taba...ya... ensu.... casa...dijo...asu mujer... Mira...he ...comp rado... cua... tro...burros... y... traigo...sólo... t res... me...han... roba do... uno...

¿Ha escuchado a algunos estudiantes que leen de esta manera? Ahora, observe cómo lo leerían algunos niños y niñas:

Don Tomás compró cuatro burros. Montó en uno y volvió a su casa.
Por el camino los contó: uno, dos y tres. No contaba el que montaba.
Ya en su casa dijo a su mujer:
¡Mira!, he comprado cuatro burros y traigo sólo tres, Me han robado uno.

Estos textos ilustran qué es la fluidez. El primero ejemplifica un nivel en el que los estudiantes necesitan mucho apoyo, pues no leen los signos de puntuación, fragmentan las palabras, hacen agrupamientos incorrectos de letras y sílabas, tienen dificultades para unir las letras de una palabra, etc. En general hay problemas de ritmo y entonación. El segundo, por el contrario, es un ejemplo de un nivel avanzado de fluidez lectora.

Cuando hay problemas de fluidez, los estudiantes, también pueden leer cometiendo errores de repetición (el lector reitera o repite una sílaba o palabra ya leída), de vacilación (titubear o dudar antes de leer) y de rectificación (error de precisión que espontánea e inmediatamente se corrige).

Las acciones fundamentales para desarrollar la fluidez son: escuchar modelos de lectores fluidos tales, como maestros, textos grabados, compañeros, etc., la oportunidad de leer múltiples textos y el acompañamiento.

Algunas sugerencias para practicar la fluidez en el aula son:

  • Leer en voz alta utilizando diferentes tipos de lectura: individual, en parejas, coral, dirigida, siempre y cuando se usen textos apropiados al nivel de aprendizaje de los estudiantes, lo que implica contar con textos de diferentes niveles.
  • Ofrecer a los estudiantes modelos de lectura: es importante que cuenten con modelos de personas que leen con propiedad de forma fluida, con la entonación y pausas correspondientes según el texto, como por ejemplo, el docente, compañeros, textos grabados, etc. Durante las clases, el docente puede modelar utilizando lecturas de los libros de texto, de cualquier área. Cuando lea debe tratar de dar expresión a la voz para facilitar que se comprenda el sentido de la lectura: dramatizar los diálogos, enfatizar los sentimientos, manejar el volumen de la voz, por ejemplo: bajándolo para crear suspenso y luego subirlo, leer con rapidez o más despacio para hacer sentir la emoción de la escena, etc.
  • Practicar la lectura alumno-alumno: se trata de que con alguna frecuencia, por ejemplo una vez a la semana, durante 10 o 15 minutos, los estudiantes leen en voz alta a otros compañeros y compañeras, pequeñas lecturas o fragmentos de algunos textos, para ello pueden utilizar revistas, noticias del periódico, narraciones, poesías, etc.
  • Practicar la lectura en eco: consiste en que el docente lee una frase u oración y luego los estudiantes repiten leyendo el texto. El ejercicio puede repetirse con varias oraciones o unidades con sentido. Se recomienda usar esta técnica con textos cortos pero significativos y acordes con el nivel de aprendizaje de los estudiantes.

Estos ejercicios ayudarán a que la decodificación sea automática. Por ello, le invitamos a que los practique con sus estudiantes de manera periódica. Notará los cambios.

Copie y complete el esquema que aparece a continuación, describa qué es la decodificación y las características que debe reunir para que sea eficiente. Este ejercicio realimentará su aprendizaje.

Decodificación eficiente.png

¿Cómo medir la velocidad y fluidez?Editar

¿Qué sabes ya?
Antes de empezar la lectura, reflexiona sobre tus conocimientos previos. Selecciona este vínculo.

La velocidad y fluidez lectora son crecientes con la edad y conforme aumenta el grado escolar. Así como los grandes deportistas lo hacen, practicando a diario, la lectura silenciosa y oral se deben ejercitar leyendo todos los días. Es necesario entonces, medir la velocidad y fluidez periódicamente, así, cada estudiante podrá conocer su progreso y nivel de logro y el docente también. Es importante considerar que la lectura silenciosa es más rápida que la oral, por lo que al realizar estas mediciones los resultados varían entre una y otra.

La velocidad lectora se mide durante la lectura silenciosa y se hace estableciendo la cantidad de palabras que se leen por minuto.

Esto se puede hacer de la siguiente manera:

  1. Seleccione una lectura adecuada al grado en que están los estudiantes.
  2. Pídales que lean el texto y tome el tiempo: un minuto. Avíseles cuándo deben empezar, y cuando el minuto haya finalizado. Explique que deben leer el texto a la velocidad que necesiten para comprenderlo bien.
  3. Los estudiantes deben contar las palabras que leyeron. Los artículos y conectores tales como el, la, los, las, un, de, por, que, y, ni, también se cuentan como palabras.

Hay otra forma de medir la velocidad lectora:

  1. Leer textos completos, de una o dos páginas y tomar el tiempo al final.
  2. Contar la cantidad de palabras leídas, dividirlas entre el tiempo que utilizó el estudiante, convertido en segundos y multiplicado por 60.
Cálculo de velocidad lectora.png
Ejemplo de cálculo de velocidad lectora.png

La fluidez lectora se mide en la lectura oral. Se toma en cuenta el número de palabras leídas correctamente durante un minuto y se realiza de manera individual, estudiante por estudiante. Los pasos recomendados son los siguientes:

  1. Proporcione al estudiante un texto apropiado a su nivel de aprendizaje. Esto se puede realizar, por ejemplo, con alguna lectura del libro de texto de cualquier área curricular.
  2. Pídale al estudiante que lea en voz alta el texto proporcionado.
  3. Mientras el estudiante lee, ayudándose de una copia del texto, vaya identificando los errores en la lectura, tales como aumentar letras o sílabas, cambiarlas o suprimirlas.
  4. Calcule el total de palabras que leyó la o el estudiante. Para ello, reste del total de palabras que logró leer, la cantidad de palabras leídas incorrectamente. Por ejemplo, si el texto tiene 70 palabras y la o el estudiante leyó mal 12 palabras aumentó sílabas, las cambió, las suprimió, etc., el total real de palabras leídas es de 58.

En este tipo de medición se le da mayor importancia a la decodificación que a la comprensión. Sin embargo, se sabe que las personas que tienen una lectura fluida, con sus características de velocidad, precisión, buena pronunciación, entonación y ritmo tienen un buen nivel de comprensión, dado que estos componentes están relacionados y se influyen.

Piense en su grupo de estudiantes. ¿Cómo cree que está su fluidez lectora?, ¿excelente, adecuada o deficiente?, ¿cómo lo sabe?

Aunque los docentes tengamos una idea de cómo están leyendo nuestros estudiantes es común escuchar comentarios: “los estudiantes de mi clase están leyendo muy bien”, “mis alumnos no leen bien”, “mis estudiantes ahora leen mejor, han avanzado”, etc. Para saber cuál es en verdad su nivel real se necesita tener datos con qué comparar. Si su lectura es excelente o deficiente, es en comparación a estos datos. Si no tenemos con qué comparar, no lo podremos saber.

La siguiente tabla muestra la cantidad de palabras por minuto que un estudiante debería alcanzar al finalizar el año escolar. Luego de medir la fluidez lectora puede comparar el resultado con estos datos.

Tabla para medir fluidez
Grado Palabras por minuto (PPM)
Primero
40
Segundo
60
Tercero
80
Cuarto
110
Quinto
124
Sexto
134
Fuente: Universidad La Punta, Argentina.

Leer menos palabras por minutos de las indicadas ubica a las o los estudiantes en un nivel regular o deficiente. Leer más de estas, en un nivel sobresaliente o avanzado.

Ahora que sabe por qué es importante que los estudiantes decodifiquen bien y cómo esto afecta su comprensión, le invitamos a evaluar la velocidad y fluidez lectora. Este es un primer paso para saber cómo está su grupo de estudiantes para luego, poder evaluar el progreso. Recuerde que si practica la lectura diaria, los resultados se verán: estudiantes que leen con mayor fluidez, comprenden la lectura y por lo tanto disfrutan más el acto de leer.

1.3.2 La comprensiónEditar

Aún cuando la decodificación, con todas sus característica de precisión, velocidad y fluidez es necesaria, no es suficiente para lograr la comprensión.

Hemos mencionado que la comprensión es un componente importante de la competencia lectora. Para empezar a conversar acerca del tema, le proponemos completar las siguientes frases, con las ideas que primero vengan a su mente.

La comprensión lectora es...

Un niño comprende lo que lee cuando...

Veamos ahora qué es la comprensión lectora y complemente sus ideas.

Conforme se va desarrollando la capacidad de decodificar eficientemente, se va ingresando al terreno de la comprensión. Algunos autores definen la comprensión lectora como el proceso de interacción entre el lector y el texto. El lector construye el significado, es decir, comprende al relacionar la información que el autor le presenta con la información y experiencias que él tiene. Cuando elabora estos significados, el lector logra hacer una representación de aquello que está leyendo, es decir, imaginar, ver con su mente.

Repasemos.png

1.3.3 El conocimiento previo y la actitud de diálogo en la comprensión lectoraEditar

Para poder comprender, tal como se mencionó, la información y experiencia que usted posee fue fundamental. Sus conocimientos previos tienen que ver con el vocabulario y tema de la lectura. Si hay alguna palabra de la cual no se conoce el significado, la comprensión se dificulta.

Comprender es un proceso que requiere entender el vocabulario, pero también, usar otras estrategias que se describirán en el siguiente capítulo.

Además de los conocimientos previos, para comprender se necesita la actitud de diálogo.

¿Ha observado personas que cuando están leyendo, se ríen, se sorprenden, hacen preguntas o pareciera que están hablando solas. Estas reacciones, son ejemplo de esta actitud de diálogo y que sin duda, son evidencia de que el lector está disfrutando la lectura, lo cual sucede porque está comprendiendo lo que lee. Puede reírse, al imaginar al gatito de la lectura, que cree que es un tigre; sorprenderse, al comprobar que en la historia sucedió algo inesperado; cuestionar al autor acerca de una idea con la que no está de acuerdo; anticipar lo que va a suceder, etc. Es como cuando uno ve una película en la televisión: si la comprende, la disfruta y es inevitable reaccionar, quiere verla hasta el final. Si por el contrario no la comprende, cambia de canal.

En el tercer capítulo se abordará el proceso lector cuyo contenido orienta acerca de los pasos a seguir para desarrollar la comprensión lectora.

1.3.4 La críticaEditar

En la clase de la profesora Conchita...

Los estudiantes de sexto grado leyeron un texto relacionada con la equidad de género. Luego, la maestra les pidió comentar acerca de esta o expresar su opinión. La participación no fue muy fluida, pues pocas fueron las manos que se levantaron.

Margarita dijo: “A mí me gustó mucho la lectura. Está muy bonita”.

José comentó: “Así como dijo mi compañera Margarita, la lectura es bonita y muy interesante”.

Gabriela también expresó: “Estoy de acuerdo con lo que dice la lectura. El tema que trata sí es un problema en nuestra sociedad y los ejemplos que da son de situaciones que se viven en nuestra comunidad. Pienso que el autor quiere que los estudiantes tomemos conciencia de que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos y que pensemos como en nuestra casa, en la escuela y en la comunidad, podemos practicar esta igualdad”.

Analice: ¿Cuál es la diferencia entre los tres comentarios? ¿Le pasan situaciones como estas cuando le pide a sus estudiantes comentar u opinar acerca de una lectura?

Este ejemplo está relacionado con la crítica, el tercer componente de la competencia lectora, e ilustra los diferentes niveles en que los estudiantes tienen desarrollada esta capacidad.

La crítica se refiere a la capacidad para evaluar y valorar las ideas e información presentada en un texto. Permite al lector tomar una postura de lo leído, aceptar o rechazar, estar de acuerdo o no pero con fundamento, sabiendo por qué. Esta capacidad se alcanza solo cuando la persona ha comprendido lo que lee, primero hay que comprender y después opinar.

La lectura comprensiva permite identificar y descubrir la información y las ideas dentro de un texto, mientras que la lectura crítica consiste en evaluar esta información, es decir, su validez y veracidad.

Para poder analizar y criticar el contenido de un texto, las personas utilizan diferentes habilidades cognitivas y destrezas lectoras. Por ejemplo, si un estudiante no sabe diferenciar entre un hecho y opinión, al leer una noticia difícilmente podrá reaccionar críticamente. Puede automáticamente (sin revisar los argumentos, la evidencias, la veracidad de la información) tomar como válida o aceptar cualquier postura respecto del tema de la noticia.

Algunas sugerencias para ejercitar en los estudiantes esta capacidad crítica son:

  1. Ayúdeles a desarrollar una actitud de duda e interrogación constante respecto a lo que leen, y a expresar su opinión: ¿estoy de acuerdo o en desacuerdo con lo que dice el autor?, ¿cuál es mi opinión después de haber leído el texto?, ¿qué hechos del texto apoyan mi punto de vista?, etc.
  2. Oriénteles para:
    • Reconocer supuestos y evidencias : ¿son hechos los que se presentan?, ¿puedo verificarlos o comprobarlos?, ¿son experiencias, creencias o sentimientos del autor?, etc.
    • Identificar sentimientos que la lectura provoca o pretende provocar: ¿cómo te sentiste con esta lectura?, ¿qué sentimientos te provocó?
    • Hacer inferencias: ¿cómo crees que se sentía el autor cuando escribió esto?, ¿qué crees que estaba pensando?, ¿cuál crees que es la intencionalidad del texto? o ¿qué pretende el autor que el lector piense, haga o deje de hacer luego de leer el texto?, ¿cuáles son las consecuencias de lo que expone el autor?, etc.

Haga de este ejercicio de crítica una práctica constante en su aula. Intente aplicar estas sugerencias.

NotasEditar

  1. Division of Research and Policy, 2002

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

convertir los grafemas en fonemas cuando se lee, dar el sonido que le corresponde a cada letra escrita.

(En lectura). Capacidad de leer un texto con entonación, ritmo, precisión y velocidad adecuada. El propósito de desarrollar la fluidez es lograr que la decodificación sea automática, para facilitar la comprensión.

(En escritura). Se refiere a la automatización de los movimientos de escritura. Si el estudiante escribe con fluidez puede concentrarse en la producción de textos.

Combinación de dos o más palabras usadas con valor comunicativo. La frase puede ser parte de una oración o usarse de manera independiente.

Destrezas fonológica que consiste en encontrar similitudes y diferencias entre los fonemas o sílabas que forman una palabra.

Aplicar estrategias para entender y recordar. Implica estar en capacidad de comunicar lo que se ha leído y escuchado.

Significa que se da un trato diferenciado a mujeres y hombres con el fin de compensar el desequilibrio histórico y social que impide a las mujeres participar activamente y de la misma manera que los hombres en el desarrollo de sus sociedades.