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Parte central del aprendizaje que contribuye a la prevención del acoso escolar es aprender a manejar y resolver conflictos. Las diferencias de opiniones siempre existirán dentro de los grupos. Recordemos que el conflicto no es lo mismo que el acoso escolar, porque no es producto del desbalance de poder entre dos alumnos y no es una conducta sistemática. Los conflictos son más comunes y no tan graves, pero sí atentan contra el clima escolar.

La manera en que resolvamos el conflicto y respetemos la dignidad de los otros y otras puede contribuir a un ambiente escolar agradable y pacífico. Aprender a resolverlos de una manera adecuada, puede dar, tanto al niño o niña que agrede como a la víctima, herramientas distintas para afrontar las situaciones que les molestan. Recordemos que la manera en que manejemos la disciplina y reaccionemos será un modelo de cómo resolver conflictos. Se debe contar con herramientas teóricas y metodológicas que orienten este manejo.

El diálogo es la herramienta por excelencia en la resolución de conflictos, en el marco del respeto, el reconocimiento mutuo y de búsqueda de la armonía, no sólo en lo individual sino también en lo colectivo. El propósito es encontrar una solución mutuamente satisfactoria entre las partes involucradas. En este sentido, es útil seguir las siguientes orientaciones:

Promovamos la asertividad

Poder hablar de nuestros sentimientos y opiniones de manera adecuada, sin ser agresivos, ni herir a los demás, es tener una conducta asertiva. Para poder resolver un conflicto es necesario poder expresar nuestros sentimientos.

La asertividad puede verse también como una estrategia de comunicación respetuosa y madura, que no agrede ni somete a las personas. Permite el ejercicio de la ciudadanía para que las personas comuniquen sus sentimientos e ideas, defiendan sus derechos y planteen sus necesidades e intereses, sin herir ni ofender.

Hagamos conciencia del temor

La razón principal por la que los testigos no denuncian y apoyan el acoso, aunque no estén de acuerdo, es el temor a las represalias. Los niños y las niñas tienen miedo a que los llamen chismosos, al rechazo del grupo o a volverse el próximo blanco de ataque. Poder identificar y expresar este temor, es el primer paso para atreverse a actuar de manera diferente. El temor debe expresarse con una persona de confianza y en un ambiente seguro, que le garantice que se hará un buen manejo de la información.

Diferenciemos entre ser “chismoso” y denunciar

Ayudemos a los alumnos y alumnas a darse cuenta de que “chismosear” y denunciar no es lo mismo. El “chisme” es decir cosas que no son ciertas, con lo cual se ocasiona problemas a otras personas. Cuando un niño o niña denuncia una conducta de acoso escolar está protegiendo la seguridad de otro niño, por lo tanto está colaborando con un ambiente de paz en el aula y en la escuela. Promovamos esto como un valor y busquemos formas de reconocer y proteger a quien denuncia.

Hagamos sugerencias para los testigos

Los niños y niñas que presencian el acoso escolar pueden actuar de varias maneras:

  • Negarse a participar activamente del acoso, es decir no apoyar al agresor de ninguna forma. Evitar las burlas o risas que hagan pensar al niño o niña que agrede que se está de acuerdo con lo que hace.
  • Irse del lugar y negarse a presenciar la situación violenta.
  • Intervenir. Pueden decirle al otro niño o niña que pare, que no se debe tratar a las personas de esa manera.
  • Acompañar a la víctima y ofrecerle su amistad.
  • Involucrar en su grupo a los niños y niñas que han sido rechazados o excluidos.
  • Distraer al niño o niña que agrede para que pare la conducta.
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Actividad: Establezcamos con los alumnos y alumnas las reacciones que pueden tener ante un acto de acoso escolar:
  • Unirse al acosador y hacer lo que él o ella hacen
  • Participar solamente con risas
  • No hacer nada, pero permanecer en el lugar
  • Irse de allí
  • Intervenir, defender a la víctima
  • Denunciar, ir por ayuda

Invitémoslos a evaluar las consecuencias de cada una de estas posturas. Reflexionemos con los alumnos y alumnas: ¿Qué pasaría si nadie apoya al acosador? ¿Qué pasaría si todos nos unimos y defendemos a la víctima?

Con los demás docentes del centro educativo, analicen qué pueden hacer ante cada una de estas posturas y cuál sería su papel en cada caso.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.