Relaciones familia - escuela
Resultados de la investigaciónEditar
Las relaciones entre la familia y la escuela pueden considerarse como correspondientes a tres fases históricas del desarrollo económico. En la primera fase, típica de las sociedades agrícolas, pero también de algunas familias en todas las sociedades, la familia vive en un nivel de subsistencia, dependiendo de los niños para el trabajo (o, más comúnmente en los Estados modernos, para el confort emocional). En esta situación, la familia puede limitar el potencial educativo del niño y el papel de la escuela es ampliar las posibilidades para el desarrollo del niño. En la segunda fase, común a la economía industrial, convergen los objetivos de la familia y la escuela, con ambas instituciones buscando el mejoramiento de la situación económica última del niño. En la tercera fase, la de la afluencia post-industrial, los padres encuentran que las demandas de la crianza de los hijos compiten con las actividades de su vida adulta. Ellos esperan que la escuela llene el vacío.
AplicaciónEditar
En las sociedades modernas, encontramos los tres tipos de familias descritos en el párrafo anterior. Colocar cualquier familia en una categoría puede ser una injusticia para esa familia, pero caracterizar situaciones familiares comunes y estrategias para involucrarlos puede ser instructivo.
Familias bajo tensión o en desventaja
Algunas familias, generalmente aquellas que viven en la pobreza, están severamente presionadas por las exigencias de la vida cotidiana. A menudo poseen limitadas habilidades parentales, falta de contactos sociales y poco acceso a modelos de buenas prácticas de crianza de los hijos. Pueden ser intimidados por los maestros y ver a la escuela como un portador de malas noticias. Es probable que perciban que son blanco de discriminación. Los programas de educación de los padres que les enseñan cómo relacionarse con sus hijos son útiles, pero primero necesitan expresiones genuinas y personales de buena voluntad del personal de la escuela y de otros padres. Deben estar involucrados en un contexto social no amenazante, positivo y de apoyo, a menudo proporcionado por otros padres y no por el personal de la escuela.
Familias centradas en los niños
La familia centrada en el niño entiende la necesidad de la escuela para el mejoramiento económico de sus hijos. Estas familias a menudo temen que la escuela no preste adecuada atención a sus hijos. Se sienten frustrados por lo que perciben como influencias sociales negativas y pueden tratar mal a otros padres, a quienes consideran laxos e indiferentes. Por otro lado, estos padres están dispuestos a trabajar en favor de la escuela de sus hijos, proveer liderazgo entre los padres y servir como padres sustitutos para los niños desatendidos. Ellos pueden estar mejor involucrados dándoles roles constructivos en la escuela y oportunidades de trabajar con otros padres. El desafío para la escuela es canalizar los esfuerzos de los padres centrados en el niño hacia actividades que benefician el desarrollo académico y personal de sus propios hijos y de otros niños. Los padres centrados en los niños son líderes maravillosos en los programas de educación de los padres.
Familias centradas en los padres
Los padres profesionales altamente ocupados valoran la escolaridad, pero a veces están tan absortos en sus propias carreras e intereses personales que se desvinculan de una participación cercana en la vida de sus hijos. Para compensar, colocan a sus hijos en las mejores escuelas, confiando así a sus hijos a lo que ven como profesionales competentes y contratados para ello. Hacen lo mismo en otros aspectos de la vida de sus hijos, proporcionando experiencias para sus hijos a través de programas y servicios contratados. Estos talentosos y bien conectados padres poseen recursos financieros, educación, contactos sociales y destrezas profesionales. Es necesario reanudar su compromiso con sus hijos por medios que son casi espirituales. Su conversión viene a través del corazón. Si se les dirige a las relaciones íntimas con sus hijos, se les recuerda la satisfacción que se niegan a sí mismos al relegar las responsabilidades de crianza de los hijos a otras personas.
ReferenciasEditar
- Coleman, J.S.; Husén, T. 1985. Becoming adult in a changing society. Paris, Center for Educational Research and Innovation; Organisation for Economic Co-operation and Development.
- Redding, S. 1991. Alliance for achievement: an action plan for educators and parents. International journal of educational research (Kidlington, UK), vol. 15, p. 147–62.
- Taylor, R.D. 1994. Risk and resilience: contextual influences on the development of African-American adolescents. In: Wang M.C.; Gordon E.W., eds. Educational resilience in inner-city America: challenges and prospects, p. 119–30. Hillsdale, NY, Erlbaum Associates.
(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.
Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes