La regulación de las emociones negativas es un aspecto importante para llegar a ser un aprendiz permanente

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La motivación determina las decisiones que toman los estudiantes cuando estudian y la cantidad y calidad del esfuerzo que invierten en su aprendizaje.

Lo que muestra la investigaciónEditar

Las emociones de los estudiantes pueden influir profundamente en su aprendizaje y logros, así como en las decisiones que tomen sobre sí mismos en el futuro (Coleman, 1966). Las emociones positivas, como el disfrute del aprendizaje, pueden aumentar la motivación, el interés y la atención de los estudiantes. Sin embargo, las emociones negativas, como la vergüenza, la ira y, sobre todo, la ansiedad, pueden ser particularmente debilitantes (Pekrun, 2014). Hacen que la atención se desvíe de la tarea, haciendo que se preocupen por sus pensamientos y preocupaciones en lugar de por el material a aprender, lo que conduce a un bajo rendimiento. Un tipo de ansiedad que se experimenta a menudo en el entorno escolar es la ansiedad matemática, es decir, un sentimiento de tensión y miedo ante situaciones que implican el procesamiento de números y la resolución de problemas matemáticos. Las investigaciones demuestran que cuanto mayor es la ansiedad matemática de los estudiantes, menor es su rendimiento en matemáticas. Tanto los estudiantes con altas capacidades como los que tienen dificultades pueden experimentar ansiedad académica, y a menudo es la causa de que los ellos no sigan trayectorias profesionales ambiciosas más adelante en la vida (Carey et al., 2019; Szucs y Mammarella, 2020).

La autoconfianza académica de los estudiantes influye mucho en sus emociones. Los estudiantes que se sienten seguros de sí mismos suelen disfrutar del aprendizaje y estar orgullosos de sus logros. Por el contrario, la falta de autoconfianza aumenta la ansiedad y la vergüenza relacionadas con el fracaso. La ansiedad y la vergüenza suelen estar asociadas a patrones de pensamiento perjudiciales; por ejemplo, los estudiantes pueden pensar que sus padres reaccionarán negativamente ante su mala ejecución en los exámenes o que sus compañeros se burlarán de ellos.

Estos pensamientos ocupan espacio en la memoria de trabajo, dejando menos espacio para procesar la tarea en cuestión, con un impacto negativo en el rendimiento y una mayor pérdida de confianza en sí mismos. Es importante ayudar a los estudiantes a romper este ciclo destructivo comprendiendo la conexión entre sus patrones de pensamiento perjudiciales y su rendimiento académico, y ayudarles a aprender a regular sus emociones negativas.

Qué pueden hacer los profesoresEditar

Construir y mantener buenas relaciones con sus estudiantes, sobre una base de confianza y respeto, y ser sensibles a las emociones que experimentan. Las reacciones emocionales pueden variar mucho entre los estudiantes, entre las diferentes culturas y entre las distintas asignaturas. Los estudiantes pueden considerar sus emociones como un asunto privado que no debe compartirse con los demás. Es más probable que revelen sus emociones si sienten que pueden confiar en usted.

Ayudar a los estudiantes a ser conscientes de las emociones que están experimentando especialmente la ansiedad por el rendimiento académico y las matemáticas. Dé a sus estudiantes la oportunidad de hablar de sus emociones y pensamientos asociados a lo académico y los exámenes. Pídeles que hablen de sus emociones en grupos pequeños o que reflexionen sobre ellas en privado. Tomar conciencia de sus emociones es el primer paso para que los estudiantes encuentren formas adecuadas de gestionarlas.

Explicar a sus estudiantes la relación entre los pensamientos, las emociones y el comportamiento. Discuta con sus estudiantes cómo los pensamientos negativos pueden conducir a la ansiedad y cómo la ansiedad puede disminuir la atención y la autoconfianza, lo que conduce a un bajo rendimiento académico. Discutir sobre las limitaciones de la memoria de trabajo y el papel de la práctica para reducir el estrés y las distracciones, puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor la relación entre sus emociones y cómo estas afectan sus procesos cognitivos.

Ayudar a sus estudiantes a controlar sus emociones sustituyendo las negativas por pensamientos positivos o útiles. Un ejemplo de pensamiento positivo es: "Estoy ansioso por el examen, pero he estudiado mucho esta vez y sé que puedo tener éxito". Invite a los estuidantes a que encuentren sus propios pensamientos positivos para sustituir a los negativos y que los escriban. Tener planes claros para trabajar en una tarea también puede ser tranquilizador porque los ayuda a ver que tienen formas de avanzar y de reorganizarse si surgen dificultades.

Crear una cultura de aula que se centre en producir emociones positivas fomentando la autoconfianza de los estudiantes. Explique a sus estudiantes que cometer errores es algo natural y que proporcionan oportunidades para aprender y pueden conducir a la comprensión futura. Ayude a establecer objetivos adecuados para dominar los materiales. Elija situaciones y recursos de aprendizaje que ayuden a los estudiantes a ver el aprendizaje como interesante y valioso. También puede fomentar las emociones positivas celebrando el progreso, estimulando algún componente de riesgo y estableciendo procedimientos a utilizar cuando se produzcan errores o dificultades.

Enseñar a los estudiantes estrategias para controlar sus emociones. Tales estrategias pueden variar desde técnicas de relajación, meditación y ejercicios de concentración, hasta estrategias específicas para estudiantes que necesitan ayuda para reducir la tensión cuando están alterados en clase.

Lecturas recomendadasEditar

Carey, E., Devine, A., Hill, F., Dowker, A., McLellan, R., & Szucs, D. (2019). Understanding mathematics anxiety: Investigating the experiences of UK primary and secondary school students. University of Cambridge and Nuffield Foundation. https://doi.org/10.17863/CAM.37744

Coleman, D. (1966). Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. Bloomsbury

Pekrun, R. (2014). Emotions and learning. Educational Practices Series 24.[1] International Academy of Education and International Bureau of Education, UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000227679?posInSet=1&queryId=c1023d3f-5a30-471c-ad99-fbe55f135eb8

Szucs, D., & Mammarella, I. C. (2020). Math anxiety. Educational Practices Series 31.[2] International Academy of Education and International Bureau of Education, UNESCO. https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000373402?posInSet=1&queryId=bdbc1a5c-8adc-4b98-9267-bd4487f29c5c

NotasEditar

  1. El enlace en el título lleva a la versión disponible en este mismo sitio.
  2. El enlace en el título lleva a la versión disponible en este mismo sitio.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes