El uso de calculadoras

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El empleo de calculadoras en el aprendizaje de las matemáticas puede traer consigo un incremento en el aprovechamiento y una mejor actitud por parte de los estudiantes.

Resultados de investigación[editar | editar código]

El impacto del uso de las calculadoras en el aprendizaje de los estudiantes ha sido un objeto de análisis muy popular en el ámbito de la educación matemática. Numerosos estudios han mostrado consistentemente que el empleo concienzudo de las calculadoras en las clases de matemáticas mejora el aprovechamiento y la actitud hacia esta disciplina.

A través de un meta-análisis de 79 estudios sobre calculadoras no gráficas, Hembree y Dessart concluyeron que el uso de calculadoras manuales mejoró el aprendizaje de los estudiantes. En particular, se encontraron mejoras en la comprensión de conceptos aritméticos y en las habilidades de los alumnos para solucionar problemas. El análisis también mostró que los estudiantes que ocuparon calculadoras tendieron a tener mejores conceptos propios y mejor actitud hacia las matemáticas que quienes no las usaron. También descubrieron que no merman las habilidades de los estudiantes para hacer cálculos con lápiz y papel cuando las calculadoras son usadas como parte de la enseñanza de matemáticas.

La investigación sobre el empleo de calculadoras científicas con capacidad gráfica también mostró efectos positivos en el aprovechamiento de los estudiantes. La mayoría de los estudios encontraron efectos positivos en la habilidad de graficar de los alumnos, en la comprensión conceptual de las gráficas y en su habilidad para relacionar representaciones gráficas con otras representaciones, como tablas y símbolos. Otras áreas del contenido donde se mostraron progresos cuando las calculadoras científicas fueron usadas en la enseñanza incluyeron los conceptos de función y visualización espacial. Estudios adicionales encontraron que los estudiantes resuelven mejor los problemas cuando usan calculadoras gráficas. Son, en suma, más flexibles en su pensamiento respecto de las estrategias de solución, tienen mayor perseverancia y se enfocan más en tratar de entender el problema conceptualmente que en simplemente hacer los cálculos. Sin embargo, si hacen un uso exagerado de las calculadoras gráficas, los estudiantes tienden a depender más de procedimientos gráficos que de otros, como los métodos algebraicos. La mayoría de los estudios de calculadoras gráficas no han encontrado efectos negativos sobre habilidades básicas, el conocimiento factual o las habilidades de cálculo.

En general, la investigación ha mostrado que el uso de calculadoras cambia el contenido, los métodos y los requerimientos de habilidades en las clases de matemáticas. Los maestros hacen más preguntas de alto nivel cuando hay calculadoras, y los alumnos llegan a involucrarse de forma más activa al hacer preguntas, conjeturas y exploraciones.

En el aula[editar | editar código]

La investigación apoya fuertemente el llamado en favor del uso de calculadoras en todos los niveles de enseñanza de matemáticas, formulado en la publicación Currículum y estándares de evaluación para matemáticas escolares, editada por el Consejo Nacional de Maestros de Matemáticas. El uso planeado y cuidadoso de calculadoras puede conllevar un incremento en la habilidad de los estudiantes para solucionar problemas y mejoras en su actitud frente a las matemáticas, sin mermar sus habilidades básicas.

El uso óptimo de las calculadoras es como una herramienta para la exploración y el descubrimiento en situaciones de resolución de problemas y cuando se está introduciendo un contenido matemático nuevo. Al reducir el tiempo para calcular y al proporcionar retroalimentación inmediata, las calculadoras ayudan a los estudiantes a enfocarse en entender su trabajo y en justificar sus métodos y resultados. La calculadora graficadora es particularmente útil para ayudar a ilustrar y desarrollar conceptos gráficos y para hacer conexiones entre ideas algebraicas y geométricas.

Con el fin de reflejar con fidelidad sus significativos desempeños matemáticos, los estudiantes probablemente deberían de tener permiso de usar sus calculadoras durante los exámenes. No hacerlo es trastornar gravemente la forma usual en que muchos estudiantes hacen matemáticas, además de ser una restricción irrealista: cuando ellos estén lejos del ambiente académico, seguramente usarán calculadoras en su vida diaria y en sus lugares de trabajo. Otro factor que aboga por el uso de las calculadoras es que en algunos exámenes oficiales ya se les permite a los estudiantes usarlas. Aún más, algunos exámenes requieren que los aspirantes utilicen calculadoras graficadoras.

Referencias[editar | editar código]

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Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.