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< Serie prácticas educativas‎ | 8. Prevención de problemas de conducta: lo que sí funciona
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Las escuelas pueden jugar un papel importante en la prevención de los problemas de conducta, en particular, cuando otras partes de la comunidad también se involucran en los esfuerzos de prevención. Muchos de los factores que aumentan los riesgos de que el niño desarrolle problemas de conducta, también afectan su comportamiento en la escuela y en su desempeño académico. Los problemas sociales o académicos en la escuela, a su vez, hacen aún más probable que los problemas prematuros persistan y empeoren con el paso del tiempo.

Existe una serie de enfoques que resultan muy útiles para reducir la conducta agresiva y evitar problemas como la delincuencia, el uso de sustancias prohibidas y conductas sexuales de alto riesgo en el futuro. Algunos de ellos involucran programas escolares y capacitación para maestros como componentes importantes. Otros más involucran a los padres y a los esfuerzos de la comunidad para reducir problemas juveniles e incrementar el interés de los niños en actividades positivas que mejorarán sus habilidades y competencias. Este folleto ha descrito algunos de los principios clave, subrayando los más efectivos, a partir de los programas mencionados. Los programas que utilizan estos principios funcionarán mejor si los líderes y las organizaciones en la comunidad trabajan en conjunto, cada uno haciendo lo propio para evitar el desarrollo de problemas de grandes dimensiones.

Capacidad o disposición que ha desarrollado una persona para afrontar y dar solución a problemas de la vida cotidiana y a generar nuevos conocimientos. Es la capacidad para actuar de manera pertinente ante una situación compleja, movilizando de manera integrada los recursos necesarios para resolverla de modo adecuado.Tiene una doble dimensión: a) posesión de un conjunto de recursos o capacidades (cognitivos, de procedimientos y de actitudes), y b) capacidad para movilizarlos en una situación de acción.