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, hace 8 años
{{Lectura EBC
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|Text=Había una vez una niña llamada Flor. Flor iba todos los días a la escuela. Ella estaba en cuarto grado. Aunque Flor iba todos los días a la escuela, no hacía las tareas. Flor solo quería jugar. Le gustaba jugar avioncito. También le gustaba jugar pelota y muñecas. A Flor muchas veces le llamaron la atención. Flor no obedecía a su mamá. Tampoco obedecía a su maestra. Siempre dejaba sus tareas para después de jugar. Por eso siempre estaba corriendo para hacerlas. Algunas veces no las terminaba o por estar apurada las hacía mal. Un día mientras jugaba, recordó que no había hecho sus tareas. De pronto, sintió el deseo de regresar a casa a hacerlas. La mamá de Flor se sorprendió mucho. La actitud de su hija la llenó de alegría. A partir de ese día siempre hace sus tareas. Descubrió que es muy importante obedecer. Y, que es mejor para ella hacerlas y luego jugar.
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