Serie prácticas educativas/25. Cultivando el pensamiento creativo/Conclusiones

Este folleto enfatiza actividades y tareas de aprendizaje que mejoran la creatividad. Las oportunidades para involucrar a los estudiantes en actividades temáticas significativas, auténticas y creativas se pueden encontrar en todas las asignaturas escolares, en espacios de aprendizaje nuevos y antiguos, y mediante la colaboración y el uso eficiente de las tecnologías educativas. Los principios importantes para el pensamiento creativo y crítico son el uso de preguntas abiertas, la tolerancia para los errores y la toma de riesgos razonable. Evaluar y recompensar la creatividad es un componente importante para apreciar y motivar la creatividad.

La creatividad es una actitud hacia el cambio. Una mente flexible y práctica, dispuesta a jugar con las formas y las ideas y convertirlos con el fin de lograr un futuro mejor, es una mente creativa. Crear y disfrutar de una buena vida, mientras que busca maneras de mejorarla a través de la resolución de problemas, es un hábito de la mente humana. Los ocho principios de este folleto ofrecen una guía completa para la educación creativa. La creatividad democrática (todas las formas) es una notable innovación pedagógica, pero no siempre es posible o deseable. A menudo, el pensamiento creativo para encontrar y resolver problemas y la adopción de paradigmas de aprendizaje creativo se evitan deliberadamente. Los profesores y estudiantes pueden y deben, solos y / o con colaboradores, encontrar métodos e ideas innovadores y llevarlos a cabo, incluso dentro de las limitaciones de sus espacios de aprendizaje.

Con o sin TIC avanzadas, planes de estudio multidisciplinarios y enfoques imaginativos, la educación en todos los niveles debe apuntar a nutrir un pensamiento múltiple (creativo, crítico, cuidadoso y reflexivo). Este folleto se dirige a maestros que, como modelos de pensamiento creativo, pueden utilizar técnicas pedagógicas y actividades transversales para desencadenar el proceso de pensamiento múltiple. Beneficiará a la mente ya la sociedad humanas conseguir a tantos pensadores como sea posible implicados en una amplia variedad de ideas, conocimiento y responsabilidades de la ciudadanía. La principal función de la escuela es educar y preparar a los jóvenes para el futuro. Este futuro debe ser personalmente agradable y satisfactorio, y permitir a los jóvenes hacer una contribución significativa y positiva a la sociedad. El pensamiento múltiple para crear, comunicar, integrar, actuar éticamente en el conocimiento y evaluar críticamente sus efectos e impacto sobre otros seres humanos y la sociedad puede ofrecer una práctica educativa holística.

Uno debe cuestionar: (a) ¿cuál es el significado del aprendizaje en el mundo moderno? Y (b) ¿cómo puede lograrlo creativamente? y por que el aprendizaje debe conducir al bienestar del ser y al "florecimiento humano", con los profesores como mentores del aprendizaje y la creatividad.

Lecturas sugeridas:

1. Valtanen, J. et al.. (2008). Manifold thinking and distributed problem-based learning: Is there potential for ICT support? In: M.B. Nunes; M. McPherson (Eds.), Proceedings of the IADIS International Conference e-Learning 2008 (Vol. 1, pp. 145-152). Amsterdam: IADIS Press.

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.