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Aproximación a una definiciónEditar

Los niños se inician como lectores y escritores en los primeros años de vida, pues es cuando adquieren conocimientos, destrezas y actitudes relacionados con el lenguaje escrito que son la base para el aprendizaje de la lectoescritura. A este proceso se le llama lectoescritura emergente. Antes de ingresar a la escuela, a la educación formal, se espera que los niños ya tengan nociones acerca del lenguaje escrito.

La lectura emergente ha sido definida por varios autores como “los conocimientos, conductas y habilidades de los niños cuando aún no son alfabetizados convencionalmente. Incluyen todos sus intentos para interpretar símbolos y para comunicarse mediante ellos, independiente de que sean dibujos, garabatos o letras” [1] Los autores enfatizan en que este desarrollo abarca el período que ocurre entre el nacimiento y el acceso a la alfabetización convencional[2][3][4]

La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria sostiene que si se promueve la lectura desde edades tempranas se influye en la capacidad lectora y se estimula el desarrollo integral de los niños. Esta entidad afirma que:

  • Antes de los dos años, leer significa tener contacto con el texto impreso, comenzando a diferenciar las letras de los dibujos y los objetos. Conocen que las palabras escritas y las ilustraciones se relacionan entre sí. Luego, conforme se familiarizan con las historias narradas, empezarán a comprender que estas tienen principio, desarrollo y final.
  • A nivel cognitivo-emocional, leer les permite acercarse a otras realidades y, aunque la lectura está ligada a los sentidos (estadio sensorio-motor), transmite emociones, por medio de la voz, el tono, por ejemplo.
  • Estimular la lectura emergente le permite al niño familiarizarse con un nuevo objeto lúdico: el libro. El niño juega con este nuevo objeto, lo muerde, lo hojea, duerme con él, además de disfrutar de sus historias.
  • A partir de los dos años, los niños desarrollan el lenguaje y enriquecen su vocabulario con las experiencias que le brindan los libros.

El papel de los padres en el desarrollo de la lectoescritura emergenteEditar

El apoyo que padres y madres pueden dar a los niños en esta etapa es invaluable al facilitar y promover su interés en el lenguaje escrito. Es importante que en el hogar los niños participen en actividades y juegos alrededor del lenguaje oral, que aprendan a escuchar y tengan la oportunidad de expresarse; además de tener contacto con textos impresos y con materiales en los que puedan expresarse por medio de dibujos, garabatos, etcétera.

Según los estudios realizados por Gates[5] los niños que más aprendían sobre el lenguaje escrito eran aquellos en cuyos hogares se permitía la interacción placentera y agradable con diversos materiales impresos de diferente complejidad.

Un mecanismo valioso para estimular el desarrollo de la lectoescritura emergente es modelarles a los niños el uso de la lectoescritura en situaciones de la vida diaria. Además de crear hábitos y momentos familiares en torno a los textos escritos. Por ejemplo, cuando los adultos leen el periódico, una revista, la información en un empaque de alimentos o en una valla publicitaria o cuando escriben una nota o un mensaje, les transmiten al niño la idea de que el lenguaje escrito está en todas partes y que sirve para una variedad de propósitos.

Sugerencias para los padres analfabetas

Sugerencias para los padres analfabetas.png
  1. Converse con sus hijos sobre las imágenes de los libros, revistas y periódicos. Es importante que ellos perciban sus esfuerzos por adquirir la destreza de la lectura.
  2. Proporcione el acceso a diferentes tipos de textos (libros, revistas, folletos) y materiales como lápices, crayones, hojas.
  3. Promueva que los hermanos mayores u otros familiares les lean historias a los niños pequeños.
  4. Cuénteles a sus hijos anécdotas y sucesos importantes de la familia y de la comunidad.
  5. Propicie que el niño tenga un tiempo específico y un espacio agradable para la lectura; manifieste que para usted es importante la actividad que está realizando.
  6. Deles a los niños la oportunidad de jugar, hablar y de oír cuando usted les habla. Escuche lo que tienen que decir y conteste todas las preguntas que ellos hagan.
  7. Acérquese a los docentes para que le den orientación y consejos que le ayuden a promover la lectura en el hogar.

El papel de la escuela en el desarrollo de la lectoescritura emergenteEditar

Cuando los niños ingresan a la escuela, los docentes encontrarán diferencias individuales en el desarrollo de los niños que atienden, por lo que deben utilizar diversidad de estrategias para apoyar a cada uno de acuerdo a sus intereses y necesidades. Además, los maestros deben identificar qué conocimientos y destrezas tienen los niños y tomarlos como base para construir las experiencias de aprendizaje.

Rivalland[6] y Morrow[7] enfatizan en que es necesario brindar tanto oportunidades formales como informales de aprendizaje, en las que exista una planeación que involucre a los niños en el aprendizaje del lenguaje en general y del lenguaje escrito en particular, resaltando la funcionalidad de este último y lo placenteras que pueden resultar las actividades relacionadas con él.

Con base en el desarrollo de la alfabetización y de la aseveración que el aprendizaje de la lectoescritura debe estar debidamente planeado, la Asociación Internacional de Lectura (IRA, por sus siglas en inglés) y la Asociación para la Educación de Niños Pequeños (NAEYC) (1998) recomiendan que en las aulas de preprimaria los docentes:

  • Lean periódicamente en voz alta.
  • Expongan a los estudiantes a los conceptos del lenguaje impreso.
  • Realicen juegos con el lenguaje que les permitan desarrollar la conciencia fonológica y los principios alfabéticos.
  • Promuevan la expresión de los niños en forma oral y a través de la escritura.

Elementos clave para el desarrollo de la lectoescritura emergenteEditar

Es necesario tomar en cuenta que la lectura y la escritura son procesos que implican la idea de que se trabaja con un sistema de representación y de significación que funciona alfabéticamente, y están soportados por las letras o grafías, que representan fonemas o sonidos distintos característicos de una lengua. Las letras son unidades mínimas del sistema de la lengua, ya que solas no son en sí unidades con significado. Tienen significado en la medida que se combinan con otras para formar unidades con sentido: las palabras, las oraciones y los textos. Por lo anterior, es necesario tener presente, en todas las actividades para desarrollar la memoria visual, auditiva y motora de los estudiantes, que estas son un medio y no un fin en sí mismas. El propósito primordial es que los niños den sentido a lo que leen y que la escritura sea una herramienta para comunicar ideas con claridad.

La escuela en el Nivel Preprimario tiene la oportunidad de plantearse un plan de estimulación del lenguaje que promueva su utilización, así como desarrollar destrezas necesarias para el aprendizaje de la lectoescritura. A continuación se proponen siete elementos clave para el desarrollo de la lectoescritura emergente.

Figura 6. Elementos clave para el desarrollo de la lectoescritura emergente

Desarrollo del lenguaje oralEditar

El lenguaje oral incluye el uso de la palabra hablada e implica para los niños saber escuchar y hablar. Una forma que se utiliza para desarrollar el lenguaje oral es motivar a los niños a participar en conversaciones en situaciones formales, que los motiven a organizar sus ideas, seleccionar las palabras adecuadas, usar los gestos apropiados y adecuarse a la situación e interlocutores. En estas conversaciones los niños practican las destrezas de hablar y escuchar.

Según Chadwick y otros[8], escuchar es una habilidad aprendida y la forma más apropiada para desarrollarla es relacionarla con todas las actividades del lenguaje, especialmente las de expresión oral y de desarrollo de la percepción auditiva. La escucha requiere atención activa y consciente a los sonidos para obtener significado. Ollila[9] aporta cuatro destrezas que deben desarrollarse y que son transferibles e indispensables para la lectura: entender y recordar hechos; localizar sucesos en una secuencia; seguir instrucciones; interpretar y evaluar ideas en las historias.

Desarrollo de la comprensión oralEditar

La comprensión oral es la base para la comprensión de la lectura; comprender es un proceso que permite encontrar significado a lo que se oye o lee. Los niños en edad preescolar interactúan oralmente con el docente, con compañeros y otros miembros de la comunidad y, a través de escuchar los discursos de otros, van desarrollando la comprensión auditiva. Esta le permite saber qué dicen los demás, cómo se relaciona lo que dice una persona con lo que dice otra y pueden tener un punto de vista acerca de lo que escuchan.

Cuando escuchan historias, son capaces de saber que hay un inicio, un desarrollo y una conclusión, que participan personajes en la historia, que unos personajes son más importantes que otros, son capaces también de suponer qué pasará después y de identificar el tema. También pueden desarrollar la capacidad de seguir instrucciones orales simples. Todo esto es la base que luego les ayudará a desarrollar la comprensión de lo que leen.

Para la comprensión oral es fundamental escuchar historias que sean leídas o contadas. Es importante tomar en cuenta que hay diferencias entre leer un cuento y contarlo.

Al contar cuentos:

  • Se da una comunicación visual directa con los niños.
  • Los niños escuchan y ven directamente la expresión del rostro, los gestos y la entonación de la maestra o persona que narra.
  • Los niños tienen la oportunidad de observar directamente a la maestra, de comprender mejor el contenido y aclarar expresiones y términos cuya comprensión puede resultar compleja.
  • La narración se enriquece por los elementos nuevos que se aportan al narrar.
  • Se adaptan palabras, expresiones o acciones al nivel de los niños.
  • Los niños tienen un buen modelo de expresión oral en la medida en que se les narra el cuento con variedad de entonaciones.

Al leer cuentos:

  • Se establece una relación emotiva en la cual los niños asocian la lectura con un momento agradable en compañía de la maestra o adulto.
  • Los niños relacionan las palabras escuchadas con las escritas y descubren que cada letra o grafema tiene un sonido y en conjunto un significado. Es así como aprenden nuevos significados, nuevas palabras (vocabulario) y estructuras oracionales, propias del lenguaje escrito.
  • Los niños se familiarizan con el manejo de los libros: direccionalidad al leer, diferentes formas de letras y palabras, diferentes propósitos, etcétera.
  • La persona que realiza la lectura, según la claridad, el entusiasmo y la expresión con que lea, será un buen modelo y estimulará el interés por la lectura.

4.3 Animación a la lectoescritura La escuela y el aula deben ofrecer un ambiente que estimule la lectura, con diversidad de materiales y un espacio físico que ofrezca variedad de oportunidades de lectura a los niños. Los libros deben ser preferiblemente literarios, pero también deben haber textos funcionales que están presentes en el entorno del niño, como los afiches, recetas, entre otros.

Los niños deben tener la oportunidad de manipular los libros, hojearlos, descubrir cómo se utilizan; pero también de escuchar y leer cuentos o historias y que expresen oralmente sus experiencias con los libros, las palabras que más les gustan, las que desconocen. Todo esto para propiciar el interés por aprender a leer y a escribir.

De acuerdo con diferentes investigaciones, la mayoría de buenos lectores proviene de hogares letrados, en donde existe una presencia permanente de libros, revistas, periódicos, afiches, entre otros materiales de lectura. La familia invierte en adquirir libros, comentan noticias, experiencias y los libros que leen; además suelen dejar recados escritos, hacen listas de necesidades, consultan diccionarios, internet u otras fuentes de información. Son hogares inmersos en un mundo letrado, donde los libros o materiales impresos son parte natural del ambiente.

Para motivar la lectura pueden utilizarse megalibros. Estos se pueden elaborar utilizando hojas de cartulina (de 30 x 40 cm aproximadamente), es importante que posean las siguientes características:

  • Lenguaje sencillo que despierte la imaginación e invite a soñar;
  • Estructura simple, que en la medida de lo posible siga un patrón repetitivo y predecible;
  • Personajes que realicen acciones rápidas;
  • Lugares concretos;
  • Ilustraciones que, a través de su color, forma y textura, sean un lenguaje en sí mismas y aporten significado a los cuentos;
  • Letra de imprenta o script en tamaño grande;
  • Cubierta llamativa, que puede ser diseñada y pintada por los mismos niños.
Figura 7. Maestra leyendo un megalibro a los niños

Parte de la motivación a la lectura es la denominada por Condemarín[10] “jugar a leer”. Esta es una actividad en que el niño se comporta como un lector que lee de corrido, aunque aún no decodifica las palabras, a través de sonorizar sus letras. La importancia de esta actividad radica en que el niño almacena en su memoria una gran cantidad de palabras, que logra modular con entonación y con la sintaxis adecuada, además de captar el significado del texto completo.

Debido a que esta actividad implica que los maestros les lean frecuentemente cuentos, poemas, rimas, trabalenguas, etc. y que los niños los escuchen y repitan muchas veces, se memorizan los textos. Las lecturas más fáciles de memorizar son las predecibles, porque les permiten anticipar o adivinar las palabras que vienen a continuación. Las lecturas predecibles se caracterizan porque:

  • Se basan en rimas, trabalenguas, adivinanzas, rondas, letras de canciones, poemas u otros que forman

parte de la tradición oral de la comunidad a la que pertenecen.

  • Utilizan patrones repetitivos o acumulativos, por ejemplo La chivita: “Sal de allí chiva, chivita, sal allí chiva, chiva…”
  • Presentan ritmos o secuencias, por ejemplo: “A la una sale la luna; a las dos, mi reloj; a las tres, tomo un tren…”

Se propone implementar la actividad de “jugar a leer” con los niños, al menos dos veces por semana, ya que favorece la iniciación a la lectura de una manera entretenida y gratificante. Permite a los niños practicar la correcta articulación de sonidos y palabras al repetir varias veces los cuentos, las letras de las canciones, poemas, etcétera. También estimula la utilización de vocabulario y que comprendan la forma de ordenar las palabras para comunicarse en situaciones formales, además de tener la oportunidad de contrastarlo con el lenguaje coloquial que utilizan en la cotidianidad. Por último, estimula la toma de conciencia de la lectura como una actividad portadora de significado.

Desarrollo de la conciencia fonológicaEditar

Chadwik y otros[11] explican que es importante que el educador promueva que los niños reconozcan y reproduzcan los sonidos correspondientes a los fonemas del lenguaje. En esta etapa de desarrollo, los niños disfrutan cuando juegan con palabras y sonidos, por lo cual el docente debe aprovechar esta tendencia natural y propiciar diversas actividades que mejoren la habilidad de discriminar y emitir sonidos. Los niños pueden cantar, repetir sílabas y palabras, encontrar rimas, inventar nuevas palabras y, con ayuda de melodías y ritmos, aumentar su conciencia fonológica.

Desarrollo de la conciencia del lenguaje escritoEditar

Es la capacidad de comprender que el lenguaje escrito tiene relación con el lenguaje oral y expresa mensajes; las conversaciones pueden escribirse y leerse. Todo lo que está escrito puede ser lenguaje oral y viceversa; la extensión de la palabra oral está relacionada con la extensión de la palabra escrita. El niño también debe tomar conciencia de que la lectura se realiza de izquierda a derecha, de arriba abajo, que las letras se pueden leer y que la estructura del lenguaje escrito es distinta a la del lenguaje hablado.

Un estudiante que tiene conciencia del lenguaje escrito, generalmente puede leer algunos signos y logos con los que se encuentra familiarizado en su entorno. Esta habilidad se desarrolla en la medida que los niños tienen la oportunidad de acercarse a diversos materiales impresos, de escuchar la lectura de libros, así como observar diversos rótulos publicitarios, logos, signos, etiquetas, carteles, calendarios, etc. Con estos recursos la maestra tiene oportunidad de demostrar la direccionalidad de lectura (se lee de izquierda a derecha), mayúsculas, minúsculas, diferentes tipos de letras, signos de puntuación.

Desarrollo del vocabularioEditar

Según los planteamientos de Chadwick y otros[11], diversos estudios, entre ellos el de Harris[12] al ingresar a la escuela, la mayoría de niños (alrededor de los seis años), parece que conocen el significado de unas de 2500 palabras y lo incrementan alrededor de 1000 palabras por año, en las primeras etapas, de 2000 palabras al año en la enseñanza media y así progresivamente. No existe un método específico para aprender las palabras, varía según el desarrollo intelectual y la estimulación del medio.

Un forma de propiciar el aprendizaje del vocabulario es ir identificando palabras nuevas en las diversas actividades que se realicen en el aula, luego motivar el conocimiento de su significado, hacer que los niños comprendan que lo que hablan se puede escribir, y también mostrar ilustraciones relacionadas (esto puede hacerse con carteles, fichas, ilustraciones de un libro, dibujos que ellos mismos realicen, etc.). También es importante tener un espacio en el aula para colocar el “nuevo vocabulario”, y motivar a los estudiantes para que lo utilicen y se apropien de su significado.

Desarrollo de la grafomotricidadEditar

La grafomotricidad es la actividad motriz vinculada al trazo para adquirir destrezas motoras relacionadas con la escritura. Abarca la coordinación visomotora, ubicación espacial, direccionalidad, segmentación, legibilidad y rapidez en la escritura.

El aprendizaje del trazado de las letras es algo mecánico que requiere poner en práctica habilidades motoras finas y de memoria visual. Cuanto más automatizado esté el trazado de las letras, menor esfuerzo cognitivo se requiere y la cognición estará más libre para realizar otras actividades. El trazo de las letras y su relación con el fonema se puede automatizar o mecanizar mediante ciertas actividades lúdicas que implican repetición. Propiciar que los estudiantes hagan el trazo de las letras que forman parte de una palabra (para que siempre se les vea como unidades que juntas integran algo con sentido) o que hagan los trazos de las letras de toda una palabra son actividades básicas. Repetir de tres a cinco veces algún elemento ayuda a desarrollar la memoria visual y motora, relacionadas con el trazo y la imagen de la letra; por esta razón no es necesario hacer que el niño complete planas de letras y palabras.

Los juegos que desarrollan el esquema corporal (ayudan a idear esquemas espaciales para tener claras las nociones de arriba, abajo, derecha, izquierda), juegos de lotería, trazar caminos, recortar, pegar, etc., son actividades valiosas en el aprendizaje de la lectoescritura emergente.

Banco de actividadesEditar

Desarrollo del lenguaje oralEditar

✔ Mi experiencia de hoy

Pida a cada niño que cuente acerca de alguna situación de su vida cotidiana, por ejemplo, del fin de semana, del día de escuela, a qué jugó durante el día o en el recreo.

✔ Noticiero del día

Indíquele a un niño que cuente una noticia a sus compañeros. Por ejemplo, el nacimiento de un hermanito o hermanita. Esta actividad puede realizarla cada día, haciendo participar de forma alterna a los niños.

✔ Festival de poesía

Solicite a los niños que memoricen y reciten una copla, estrofa, poema pequeño (hai kai). Después de la intervención de cada niño, pídales a los demás niños que encuentren las rimas.

✔ Mi tema favorito

Pida a los niños que seleccionen un tema, por ejemplo: mi animal favorito, mis juguetes, mi familia u otros. Invítelos a pensar qué pueden decir de ese tema. Pídales que pasen al frente y hablen de su tema.

✔ Juego a ser periodista

Indíqueles que seleccionen a un adulto de su familia y lo entrevisten sobre sus recuerdos de la niñez u otro tema interesante para ellos. Luego que expongan en clase lo conversado con el adulto.

✔ Yo opino...

Cuente a los niños la historia del niño egoísta donde el personaje tiene muchos juguetes pero no se los presta a nadie y por eso no tiene amigos (agregue otros detalles que hagan la historia interesante). Pídales que den su opinión sobre la actitud del personaje.

Desarrollo de la comprensión oralEditar

✔ Mi cuento preferido

Pida a los niños que narren un cuento, una historia o una anécdota. Luego pídales que identifiquen los elementos o personajes en una hoja, lámina o que dibujen los personajes o las escenas.

✔ Volver a contar un cuento

Inicie la narración de un cuento que ya les haya leído o que los niños conozcan e invítelos a seguir la narración por turnos. De esta manera, necesitan escuchar activamente para llevar la secuencia de las acciones y poder participar cuando se le solicite.

✔ Sigamos instrucciones

Proponga juegos o actividades donde se lleven a cabo tres o cuatro acciones simples. Por ejemplo:

  1. Salga al patio de la escuela.
  2. Busque un árbol.
  3. Recoja una hoja de ese árbol que esté en el suelo.
  4. Llévela a la clase y entréguesela al maestro.

✔ Ilustremos historias

Léale un cuento a los niños, con entonación y gestos apropiados. Hable acerca de lo que pasó y lo que les gustó del cuento. Luego pídales que individualmente ilustren los tres principales hechos del cuento en el orden como sucedieron.

Animación a la lectoescrituraEditar

✔ Creación de ambientes letrados

Para crear el ambiente letrado en las aulas de preprimaria puede tener en su aula:

  • Los nombres de los estudiantes pegados en una pared o en sus mesas de trabajo
  • Rótulos con el nombre de los objetos del aula (puerta, ventana, pizarrón, crayones, plasticina, etc.)
  • El horario o agenda diaria de trabajo
  • Un calendario
  • Un rincón o espacio de lectura con libros de cuentos e informativos de acuerdo a la edad de los niños
  • Espacio para que los niños coloquen lo que dibujan o escriben

✔ Contar y leer cuentos o anécdotas

  • Lea y cuente historias y cuentos a los niños y las niñas, al menos una vez al día; además promueva conversaciones sobre el cuento. Luego, pida que en parejas vuelvan a contar la historia con sus palabras.
  • Motive a los niños para que inventen y cuenten cuentos a sus compañeros.
  • Invite a padres, madres, niños mayores, otros docentes y personas de la comunidad para que les lean o cuenten cuentos a los niños.

✔ Lectura compartida

  • Cree un ambiente agradable para leerles a los niños.
  • Seleccione un libro, preferentemente megalibro (libro grande), ya que permiten la visibilidad del texto y las ilustraciones a un grupo numeroso
  • Ubique el libro frente al grupo de niños, puede colocarse en la mesa o en un atril
  • Forme un círculo grande, en donde los niños acomodados a su alrededor observen el texto mientras les está leyendo
  • Lea el cuento en voz alta con entonación, entusiasmo y creatividad. Vaya mostrando las palabras que va leyendo para que los niños las observen conforme escuchan la lectura y así relacionen los sonidos con las letras. De esta manera descubren que la lectura se realiza de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo; que el libro tiene una portada, título, ilustraciones, etc.
  • Vuelva a leer el cuento cuantas veces lo soliciten los niños. Esta práctica les permitirá memorizarlos y anticipar lo que viene a continuación, luego “jugarán a leer”.
  • Aproveche el momento después de la lectura para desarrollar la expresión oral, motivándolos a comentar la historia, que la reconstruyan, que comenten acerca del contenido y las ilustraciones, que elaboren dibujos relacionados con el cuento, entre otros.

✔ Jugar a leer

Prepare un cartel con una rima como la siguiente: “A la una sale la luna; a las dos, mi reloj; a las tres, tomo un tren…”. Lea la rima varias veces señalando las palabras que va leyendo. Luego léala omitiendo la última palabra de cada verso para que los niños lo completen.

✔ Disfrute de la biblioteca

Promueva que los niños disfruten la interacción con los libros y otras personas que disfrutan de la lectura, mediante el uso de la biblioteca del aula, de la escuela y de la comunidad. Para ello programe visitas periódicas con un propósito específico, por ejemplo: buscar libros sobre animales, que los vean y luego cuenten en clase qué animales vieron; que asistan para escuchar un cuento por parte de la bibliotecaria, o algún voluntario; si los hay.

Desarrollo de la conciencia fonológicaEditar

✔ Onomatopeyas de animales y objetos comunes

Lea o invente un cuento en donde los personajes sean animales u objetos familiares para los niños. Por ejemplo: un perro, un carro, etc. Pídales que, mientras usted narra o lee, ellos hagan el sonido correspondiente al personaje que mencione. Por eso, si usted menciona al perro, ellos dirán “guau guau”. También puede dividir en dos la clase y darles ciertos sonidos a cada grupo, quienes deben estar atentos a la narración para participar con las onomatopeyas.

✔ Juguemos a la radio

Léales un cuento donde intervengan varios personajes y que se pueda dramatizar. Luego asigne a cada uno un personaje y pida que lo cuenten como si estuvieran en una radio e imiten la voz del personaje asignado. Si en el cuento aparece un anciano, deberán hablar como si fueran uno, por ejemplo.

✔ Pregoneros

En el tiempo de la Colonia no había radios ni internet. Para comunicar algo debía salir una persona y gritarlo en cada esquina. A esta persona se le llamaba pregonero, y a su mensaje, pregón. Explique esto a los niños y pídales que jueguen a ser pregoneros de un sonido en particular; por ejemplo, si son pregoneros con palabras que empiecen con la letra “g”, el maestro empezará diciendo: “Se componen guantes”, luego un niño dirá: Se compooooneeen garabatos, otro dirá: Se componen guitarras, y así sucesivamente.

✔ Veo, veo...

Presente a los niños una ilustración grande que muestre muchos objetos y personajes. Luego diga: “Veo, veo… elementos cuyo nombre empiece con la letra s”, para que los niños digan todos los que hayan en la ilustración. Cuando se agoten todas las palabras, diga: y…”¿qué más podemos mencionar que inicie con la letra “s” y no se encuentre aquí?” para que los niños mencionen otros objetos que inicien con esta letra. Luego invítelos a que inventen palabras que empiecen con la letra “s”.

✔ Digo, digo… el sonido con que empieza

Presente a los niños una ilustración grande que muestre muchos objetos y personajes. Luego, señale una imagen y pida a los niños que digan el sonido con el que inicia. Después puede decirles el sonido de una letra y pedirles que encuentren en el cartel los objetos que inician o terminan con este sonido.

✔ Mi trabalenguas preferido

Cada semana, escriba en el pizarrón o pegue en la clase un cartel con un trabalenguas, léalo a los niños cada mañana y pida que lo repitan. Puede motivarlos para que, mientras lo repiten, hagan mímicas que representen lo que dice el trabalenguas.

✔ Mi nombre suena

Use el sonido inicial del nombre de los niños y relaciónelo con otras palabras referidas a objetos comunes o conocidos por los niños. Por ejemplo, si un niño se llama Juan, comente que la palabra jugar empieza con el mismo sonido de su nombre, /j/. Diga: ¿qué otra palabra hay que tenga el mismo sonido? Si hay varios niños cuyo nombre empiece con la misma letra inicial, puede relacionarlos a todos, o ir relacionando un día a unos y luego a otros.

✔ Mi nombre rima con...

Elabore un títere con un calcetín viejo o un muñeco. Luego juegue con el títere y motive a los niños a encontrar palabras que rimen con sus nombres. Por ejemplo: “Mi nombre es Ana. ¿Será que cama rima con Ana? ¿Será que barco rima con Ana? De esta manera, puede ir jugando con los nombres de los niños y otras palabras buscando la rima.

Para practicarEditar

1. A continuación se presenta un organizador gráfico. Escriba con palabras clave en qué consiste cada elemento.

Organizador gráfico de lectoescritura emergente.png

2. Entreviste a un padre o madre que tenga niños menores de seis años y a un docente de preprimaria. Pregúnteles acerca de las actividades que realizan con sus niños para promover el gusto por la lectoescritura. Luego analice qué elementos clave están desarrollando y en cuáles pueden desarrollar más. Luego, anote sus observaciones en una hoja adicional.

3. Elabore o busque un libro y léalo con los niños. Explique qué le gustó más de la experiencia.
















4. Lea el banco de actividades y seleccione una de cada elemento clave. Practíquelas con sus estudiantes y luego, comparta con su grupo las experiencias vividas.

5. Proponga una actividad para desarrollar cada uno de los elementos clave de la lectoescritura emergente (que no estén incluidas en este libro).

Elemento clave Actividad
Lenguaje oral
Comprensión oral
Animación a la lectoescritura

Conciencia fonológica

Conciencia del lenguaje escrito
Vocabulario
Grafomotricidad

6. Observe un aula o busque un libro de preprimaria. Analice qué elementos clave de la lectoescritura emergente desarrolla mucho y cuáles poco o nada.

Elemento clave Nivel de desarrollo
Mucho Poco Nada
Lenguaje oral
Comprensión oral
Animación a la lectoescritura
Conciencia fonológica
Conciencia del lenguaje escrito
Vocabulario
Grafomotricidad

Discuta con su grupo los resultados de su observación.

7. Proponga una actividad en la que pueda involucrar a los padres y madres de familia para que motiven y contribuyan al desarrollo de la lectoescritura emergente de sus hijos.
















De la teoría a la práctica... modelo de una clase de lectoescritura para preprimariaEditar

El pollito chiquitín y el gallo copetón - carátula.png

A continuación se presenta, en miniatura, el megalibro El pollito chiquitín y el gallo copetón que es utilizado en la clase modelo.

El pollito chiquitín y el gallo copetón.png

A continuación encontrará el modelo de una clase de preprimaria, etapa 6 años. En ella se incluyen los elementos clave de la lectoescritura emergente, las actividades y el tiempo aproximado que se requiere para cada una; este tiempo no necesariamente es continuo, puede distribuirse a lo largo de la jornada escolar.

Desarrollo de la conciencia del lenguaje escritoEditar

✔ Explorador de libros

Reiteradamente y como un ejercicio de indagación de los textos, promueva que los niños interactúen con diversos materiales escritos. Recuerde que es necesario estimular la curiosidad de los niños; lo cual se logra al plantearles preguntas acerca del texto o las imágenes de este (qué dice, a quién, de dónde proviene, qué hará después, etc.). Para lograrlo muéstreles un libro u otro material escrito y hágales preguntas. Por ejemplo: ¿De qué podría tratar este libro? ¿Quiénes participan en la historia? ¿En dónde sucede la historia?

✔ Caja del alfabeto[13]

  • Entregue una ficha (mitad de una hoja tamaño carta) que contenga una letra del alfabeto (mayúscula y minúscula) a cada niño.
  • Pídales que recorten de un periódico las letras iguales a la de la ficha y que las peguen en ella.
  • Pida a los niños que encuentren recortes de objetos cuyas palabras inicien con el sonido de la letra de la ficha.
  • Finalmente, solicíteles que se ordenen alfabéticamente según la letra de su ficha.
  • Guarden el alfabeto en una caja y jueguen a ordenarlas varias veces durante la semana.

✔ Mensajes a mi alrededor

Reúna diversos materiales impresos o imágenes (rótulos publicitarios, logos, signos, etiquetas, carteles, calendarios, etc.). Presente uno de estos materiales a los niños y pídales que describan lo que ven, luego que digan qué mensaje les está transmitiendo. Después, indíqueles que deben identificar las letras y palabras familiares. Haga esta misma práctica con los otros recursos y úsela para demostrar la direccionalidad de lectura (se lee de izquierda a derecha), mayúsculas, minúsculas, diferentes tipos de letras, etc.

Desarrollo del vocabularioEditar

✔ Soy el mejor actor

Seleccione una serie de oficios o profesiones, por ejemplo: maestra, doctora, veterinario, abogado, periodista, etc. Asigne un papel a cada estudiante y luego, invítelos a representarlo. Los otros niños deben identificar de qué profesión se trata. También puede hacerlo con animales, medios de transporte y otros.

✔ Paseo por el barrio o los alrededores

Organice una visita al mercado, una fábrica, el zoológico, el hospital, la biblioteca, el museo, el aeropuerto, etc. Pídales que observen el lugar, hablen de las personas que trabajan allí: qué hacen, qué herramientas y maquinaria utilizan, y para qué. Promueva el uso de palabras nuevas.

✔ Prácticas sencilla de cocina

Planifique la elaboración e helados de hielo, jugos o refrescos, una ensalada de frutas u otro alimento fácil de preparar. Prepare la receta y léala a los niños, luego, entre todos elaboren la lista de ingredientes y organícelos para que los lleven a la clase. Haga que preparen la receta. Motívelos a ir aprendiendo más palabras aprovechando la experiencia, por ejemplo, si van a preparar una ensalada, pregunte sobre otros ingredientes que se pueden utilizar.

✔ Mi animal favorito

Pida a los niños que lleven su animal favorito al aula. Luego motívelos a que la presenten a sus compañeros indicando cómo es, de qué se alimenta, cuáles son las partes de su cuerpo, qué le gusta hacer, etc.

✔ Un objeto curioso

Solicite a los niños que lleven al aula su juguete favorito, un zapato, un libro, una colección de piedras u hojas, o algún objeto de su preferencia y que, de forma alterna, hablen acerca de él. Motive a cada uno a que hable a sus compañeros sobre el objeto seleccionado. No es necesario que se pare frente a la clase, sino crear un ambiente de confianza, puede ser en grupos y desde su escritorio. Promueva que cada niño hable de un objeto a la vez y que el resto de la clase haga preguntas y comparta sus comentarios.

✔ Pantomimas

Motive a los niños a jugar que son mimos. Solicíteles que representen un personaje (bombero, gigante, cartero, rey, por ejemplo), una actividad (pelar una naranja, montar bicicleta, lavar, subir una escalera) o que personifican un objeto (un árbol, un reloj, entre otros). Luego pídales que hagan la mímica y que los compañeros adivinen de qué se trata.

✔ Canciones infantiles

Motive la interpretación de canciones infantiles populares así como canciones de moda, ya sea en coro, en forma individual o en grupo. Por ejemplo, la siguiente canción, la del elefante.

“Un elefante se columpiaba sobre la tela de una araña, como veía que resistía fue a buscar a otro elefante. Dos elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a buscara otro elefante. Tres elefantes...”

✔ La caja de sorpresas

Prepare una caja con múltiples objetos (un calcetín, un sombrero, una estrella, un lápiz, un trompo, un monedero, todos los que pueda y tenga a mano). Luego, pídale a un niño que saque un objeto y lo describa; después, que otro niño haga lo mismo. Después haga que vayan formando grupos; por ejemplo, todos los juguetes, todos los que son de madera, todos los que sirven para cocinar, etc.

Desarrollo de la grafomotricidad

✔ Para desarrollar la destreza de las manos

Pida a sus estudiantes que:

  • Aplaudan, primero libremente, y después siguiendo un ritmo.
  • Lleven uno o más objetos en equilibrio en la palma de la mano, primero en una mano, después en las dos.
  • Realicen gestos con las manos para acompañar canciones infantiles.
  • Giren las manos simultáneamente en varias direcciones (hacia arriba, hacia abajo, movimiento circular…)
  • Imiten movimientos de los animales usando sus manos, por ejemplo, el vuelo de un pájaro.
  • Abran una mano y cierren la otra, al mismo tiempo; primero despacio y luego, rápido.

✔ Actividades para desarrollar la destreza de los dedos

Indíqueles a sus estudiantes que:

  • Abran y cierren todos los dedos de una mano al mismo tiempo. Después, pida que los abran y cierren, primero los de una mano y después, los de la otra.
  • Junten y separen los dedos, primero libremente y después, según sus instrucciones (índice y medio, pulgar e índice).
  • Toquen cada dedo con el pulgar de la mano correspondiente; pídales que vayan aumentando la velocidad.
  • Pídales que con la mano cerrada, saquen los dedos uno tras otro, empezando por el meñique.
  • Solicíteles que con las dos manos sobre la mesa levanten los dedos uno detrás de otro, empezando por el meñique de cada mano.

✔ Actividades para desarrollar la coordinación visomanual

Pida a sus estudiantes que:

  • Lancen objetos, tanto con una como con otra mano, intentando dar en el blanco (caja, papelera, otro)
  • Enrosquen y desenrosquen tapaderas, botes, tuercas, etc.
  • Ensarten lana en cartulina perforada.
  • Abrochen y desabrochen botones.
  • Aten y desaten cintas.
  • Encajen y desencajen objetos.
  • Modelen con plasticina bolas, cilindros…
  • Perforen dibujos.
  • Rasguen y recorten con los dedos.
  • Doblen papel y rasguen por los dobleces.
  • Recorten con tijeras.
  • Manipulen objetos pequeños (frijol, maíz, piedrecitas, botones, etc.)
  • Pasen las hojas de libros, revistas y otros.
  • Manipulen tarjetas, fichas plásticas, u otros y que las repartan.

✔ Correo en el aula

Cree un rincón en el aula donde haya hojas recicladas de distintos tipos de papel. Motive a sus estudiantes a elaborar tarjetas para sus compañeros o sus familiares. Aunque algunos niños no sepan escribir, motívelos a realizar dibujos y a utilizar las letras y palabras que conocen para escribir pequeños mensajes. Tomado de Los fundamentos de la lectura y escritura: ¿Qué habilidades tienen los niños(as) al ingresar a primero primaria?

✔ Actividades para el desarrollo y control de trazos

Los movimientos básicos en los diferentes trazos grafomotores son de dos tipos: rectilíneos y curvos.

Los ejercicios deben realizarse en sentido izquierda-derecha. Pida a los estudiantes que:

  • Repasen líneas, trayectorias y dibujos.
  • Tracen líneas ver ticales, horizontales y diagonales, cruces, aspas, paralelas, líneas quebradas, ángulos, figuras, etc.
  • Llenen con líneas, espacios y figuras.
  • Tracen líneas curvas, círculos, etc.
  • Tracen ondas dentro de dos líneas, sobre ejes horizontales o inclinados, y también alternando tamaños.
  • Tracen óvalos dentro de dos líneas, sobre una línea; ascendentes, descendentes y combinados (ascendentes/descendentes).
  • Sigan pautas o caminos sobre diferentes superficies (suelo, papel manila, folios, cuaderno con líneas) y con diferentes instrumentos (crayones de cera, pintura de dedos, marcadores, pinceles, lápices, bolígrafos).
Figura 8. Ejemplos de trazos

NotasEditar

  1. Vega, L. y otros (2006). Alfabetización. Retos y perspectivas. México: UNAM. P. 15
  2. Sulzby y Tele (1991), citados en Saint Laurent, Giasson y Couture (1997).
  3. Dixon-Krauss (1996).
  4. Justice y Kaderaveck (2002).
  5. Gates (1996)
  6. Rivalland (2000)
  7. Morrow (2001)
  8. Chadwick (1998)
  9. Ollila (1981)
  10. Condemarín, M. (1990)
  11. 11,0 11,1 Chadwick y otros (1998).
  12. Harris (1966).
  13. Tomado de: Los fundamentos de la lectura y escritura: ¿Qué habilidades tienen los niños(as) al ingresar a primero primaria?

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Perteneciente o relativo al conocimiento. La dimensión cognitiva está formada por conceptos como construcciones o imágenes, que representan la realidad mediante clases o categorías. Está formada igualmente por un conjunto de procesos (percepción, memoria, lenguaje, pensamiento). A nivel más abstracto, también los principios, que relacionan o ligan determinados hechos o conceptos de un modo determinado.

Es un documento funcional, generalmente breve, que sirve para comunicarse por escrito en situaciones de la vida cotidiana.

Habilidad, facilidad o arte para hacer algo bien hecho.

Proceso mecánico mediante el cual se aprende a representar palabras y oraciones con la claridad necesaria para que puedan ser leídas por alguien que tenga el mismo código lingüístico. La escritura es la representación gráfica de nuestro lenguaje.

Modo de escribir o representar los sonidos, y, en especial, empleo de tal letra o tal signo gráfico para representar un sonido dado.

Incitación o excitación para iniciar o para avivar una actividad.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

Narración de las acciones que les suceden a unos personajes en un espacio y un tiempo determinados.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

Es un libro de tamaño semejante al de un periódico, de cuatro a dieciséis páginas, aproximadamente, para ser leído con un grupo grande de estudiantes.

Parte de la gramática que estudia el modo en que se combinan las palabras y los grupos que estas forman para expresar significados. (Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española. 23.a ed. Madrid: Espasa).

Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.

1. Seleccionar excluyendo. 2. Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

En escritura a mano, es la claridad y exactitud en el trazo de la letra.

Es la habilidad para identificar y manipular sonidos en el lenguaje oral. Cuando los estudiantes logran dominar esta habilidad, tienen la capacidad de identificar sonidos y pueden comprender que las palabras están formadas por sonidos y que estos se pueden representar con letras y palabras.

Capacidad de producir una palabra específica para un significado o la habilidad de comprender palabras.