Uso del lenguaje incluyente e imagen de las mujeres en los medios de comunicación

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Uso del lenguaje incluyente[editar | editar código]

La socialización de género es la forma en que transmitimos y aprendemos los roles de género, es decir, ese entramado de ideas, valores, normas y formas de comportarse y de percibir el mundo que son socialmente aceptados para hombres y para mujeres. Conocer esto es un requisito para poder relacionarnos con otras personas. Algunos de los principales agentes socializadores que hay en nuestra sociedad son la familia, nuestro entorno de relaciones sociales, el sistema educativo, las religiones y los medios de comunicación. Todos ellos utilizan diferentes herramientas para transmitir estos conocimientos, entre las principales encontramos el lenguaje hablado, escrito y no verbal, y el modelado.

Para reflexionar...

Veamos la siguiente definición del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia de la Lengua Española.

Lenguaje. Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente.

  • ¿Qué les parece esta definición?
  • ¿Qué característica tiene en términos de género?
  • ¿Cómo se podría reformular esta definición para que fuera más incluyente?

La sociedad patriarcal está basada en el androcentrismo, por el que se considera al hombre como medida de todas las cosas, por tanto, lo que es bueno para los hombres y lo que los hombres establecen engloba a las mujeres como personas dependientes y subordinadas a ellos. Una de las formas en que el androcentrismo se materializa es el lenguaje, en el que la forma masculina se utiliza para englobar la femenina, como si formase parte de lo masculino y no necesitase visibilizarse.

Algunos usos del lenguaje en el que puede verse reflejado el androcentrismo son:

  • En el género gramatical. El masculino representa la neutralidad y la universalidad, de tal manera que el femenino queda englobado dentro del masculino.
  • El hombre siempre va en primer lugar. En los pares de palabras siempre se comienza por la forma en masculino, por ejemplo, “hombres y mujeres”, “padres y madres”, etc. Esto cambia cuando se platean en el contexto de fórmulas de cortesía, por ejemplo “damas y caballeros”.

Es importante diferenciar entre sexismo cultural, que se refiere a la forma en que utilizamos el lenguaje, y entre sexismo lingüístico que se refiere a su forma. Así la utilización del lenguaje también puede ser instrumento para perpetuar el sexismo y la desigualdad. Por ejemplo, socialmente se acepta la utilización de malas palabras o groserías con más permisividad en el caso de los hombres que en el de las mujeres. Las mujeres deben ser más finas en su forma de expresarse.

Por otra parte, algunas palabras en su forma masculina tienen un significado positivo, mientras que en su forma femenina tienen un significado negativo, por ejemplo, cuando se dice que un hombre es un “zorro” es que es astuto y sagaz, cuando se dice que una mujer es una “zorra” es un insulto y se equipara a la palabra prostituta. Dentro del uso social y cultural del lenguaje también se encuentra la utilización de palabras referidas a las mujeres en forma peyorativa, por ejemplo “lloró como una nena”.

Actividad 20: Palabras que discriminan


Objetivo
Reflexionar sobre el sexismo en el lenguaje.

Temporalización
20 minutos. 10 minutos para crear las parejas y otros 10 para la puesta en común.

Recursos
Juegos de tarjetas, papelógrafos, marcadores, masking tape.

Desarrollo de la actividad
Se reparte a las y los asistentes en grupos. Cada grupo deberá analizar cómo algunas palabras dichas en masculino tienen significados diferentes que dichas en femenino.

  • Zorro/ zorra
  • Perro/ perra
  • Hombre público/ mujer pública
  • Hombre de la calle/ mujer de la calle
  • Hombre de la vida/ mujer de la vida
  • Es un cualquiera/ es una cualquiera
  • Aventurero/ aventurera
  • Ambicioso/ ambiciosa
  • Callejero/ callejera
  • Hombrezuelo/ mujerzuela
  • Ofrecido/ ofrecida
  • Soltero/ soltera
  • Suegro/ suegra
  • Macho/ hembra
  • Varón/ mujer

Preguntas generadoras para el análisis

  • ¿Por qué reflexionar sobre el sexismo en el lenguaje es importante?

El lenguaje es dinámico y está en constate evolución para poder responder a los cambios sociales y culturales. Por ejemplo, con el aumento del acceso de las mujeres a la educación y a campos profesionales que antiguamente estaban ocupados exclusivamente por los hombres, las denominaciones de muchas profesiones han tenido que crear una opción en femenino, así encontramos el femenino de “médico” que es “médica”.

Algunas justificaciones para no nombrar las palabras en masculino y en femenino, como “niña y niño” en lugar de “niños”, es que se sostiene que se produce una duplicación. Sin embargo, una duplicación sería la repetición de la misma palabra, que no es el caso dado ya que cada palabra tiene un significado diferente y una representación distinta.

La lengua española tiene palabras que, ya tengan un género gramatical masculino o femenino, incluyen tanto a las mujeres como a los hombres, representando simbólicamente a todas y todos, algunos ejemplos son las palabras “ciudadanía, “vecindario”, “ser humano”, entre otras. A este tipo de palabras se las denomina genéricos. Se utilizan cuando queremos nombrar el conjunto, mientras que si queremos nombrar a las mujeres y a los hombres se deben utilizar las palabras correspondientes para hacerlo; por ejemplo, “ciudadanía” sería un genérico frente a “ciudadanos” y “ciudadanas” que nombran específicamente a hombres y mujeres.

Para reflexionar...

¿Por qué para dar el tratamiento de cortesía a hombres utilizamos la palabra “señor” y sin embargo, el tratamiento que se les da a las mujeres es “señora o señorita”? La explicación es que a las mujeres se las da el tratamiento de señora o señorita en función de su estado civil, es decir, se les distingue en función de su relación con los hombres. La utilización del tratamiento “Señora de + apellido del esposo” es otro ejemplo de la identificación de las mujeres en relación con un hombre.

Otro recurso que se utiliza con frecuencia está relacionado con las formas personales de los verbos y de los pronombres. Por ejemplo, utilizando una forma impersonal en tercera persona con “se”.

  • En la época de la colonia los hombres vivían en grandes casas con patio.
  • En la época de la colonia se vivía en grandes casas con patio.

También se puede quitar el sujeto y cambiar el verbo de la tercera persona a la segunda del singular o del plural según aplique.

  • En la época de la colonia vivían en grandes casas con patio.

El pronombre personal “uno”, cuando se utiliza en sentido general, se puede sustituir por “alguien, cualquiera, una persona, la persona, el ser humano”.

  • Cuando uno cumple años, se festeja.
  • Cuando alguien cumple años, se festeja.
  • Cuando se cumple años, se festeja.

Se puede sustituir el uso de “el, los, aquel, aquellos + que” cuando se usa en sentido general, utilizando “que, quienes, las personas que”.

  • El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
  • Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
  • Las personas que estén libres de pecado que tiren la primera piedra.

Para evitar la concepción androcéntrica de la que se ha venido hablando es importante no plantear oraciones en las que los hombres aparecen como sujetos de la acción y las mujeres se representan como complementos.

  • Los padres de familia acudieron con sus esposas a la reunión.
  • Las madres y padres de familia acudieron a la reunión.
  • Los progenitores acudieron a la reunión.

Imagen de las mujeres en los medios de comunicación[editar | editar código]

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.

En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.