Los fundamentos cosmo-psicológicos

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[1]La fundamentación cosmo-psicológica consiste en las relaciones sistémicas ordenadas y armoniosas de la persona en sus dimensiones mentales, espirituales y emocionales con los distintos elementos del cosmos como el sol, la luna y las estrellas que generan vida, en un continuo movimiento-espacio-tiempo. En este marco se identifican principios y relaciones de interdependencia que orientan la interpretación de la vida, el ser y el estar en todo y todos, dando origen a la construcción de conocimientos para distintas interpretaciones.

En la cultura maya, se utiliza el Cholq’ij (calendario sagrado) como instrumento del desarrollo humano, porque a través del entendimiento del Cholq’ij, se puede llegar a identificar una serie de patrones actitudinales-conductuales personales, que permiten orientar los aspectos positivos y fragilidades-debilidades de la persona y en su personalidad, dependiendo del día de su ruwach q’ij o día de nacimiento. También existe la posibilidad de conocer e identificar rasgos psicológicos de cada persona en relación a su ruwach q’ij / nawal (la energía de los seres). Qach’umilal (nuestra estrella, nuestra misión): acompaña la misión y orienta la vocación en esta vida. Cada ser que habita esta tierra tiene un protector especifico, los seres humanos, las plantas y los animales, es una energía cósmica que imprime la vida a cada ser, que lo cuida y lo protege, es lo que dentro de la cosmovisión del Pueblo Maya se define como ruwach q’ij / nawal (la energía de los seres).

Tanto en el pasado, como en el presente, el Cholq’ij (calendario sagrado) representa un instrumento comunitario que facilita la transmisión de valores morales a personas de todas las edades: niñas, niños, señoritas, jóvenes y adultos. Su utilidad radica en permitir conocer las aptitudes naturales y psicológicas de cada persona y relacionarlas con el entorno.

La cultura del Pueblo Maya considera que cada quien nace bajo la relación estrecha (protección) de una de las 20 energías del Cholq’ij (calendario sagrado). Ésta es la ciencia desarrollada por el Pueblo Maya para guiar y ordenar la vida de los seres humanos dentro de un universo complejo pero equilibrado. Dentro de la cosmovisión del Pueblo Maya, la vida es producto de equilibrios y se aplica en la interpretación de las 20 energías que constituye el Cholq’ij (calendario sagrado).

Los ajq’ijab’ dicen que el ruwach q’ij / nawal (energía de los seres), implica transmitir conocimientos a la familia y a las personas de la comunidad, para que comprendan dónde están los factores de apoyo y fortalecimiento de la personalidad, los factores de solución, las formas de corrección y búsqueda del equilibrio. Esto, relacionado con la visión cosmocéntrica integradora desde los elementos de la naturaleza del ser humano.

Cada energía del Cholq’ij (calendario sagrado) determina en cada persona (por ruwach q’ij /nawal) las diferentes características actitudinales, la fuerza interna de la misma, así como sus destrezas y debilidades naturales, todo esto con el propósito de potenciar las fortalezas y de encauzar las debilidades. El Cholq’ij (calendario sagrado) es un instrumento de importancia en la práctica espiritual, que integran conocimientos matemáticos, astronómicos, físicos, psicológicos, filosóficos y del comportamiento humano.

La formación de jun winäq (la persona) se relaciona de manera espiritual y física con el cosmos. El cosmos tiene como número energético el número E, es el símbolo del círculo en espiral ascendente y es el concepto de tiempo. Si la misión del ser humano, después de su desarrollo físico y espiritual en la madre tierra, es regresar a ser energía y uno con el cosmos; es decir está en una relación directa con el cosmos. De ahí si se multiplica el jun winäq 20 con el oxlajuj número 13 niveles enérgicos, el resultado es 260, ciclo calendárico de la abuela luna. Es el calendario de 260 días o el Cholq’ij.

Se es entonces jun winäq 20, pues en el cuerpo están representadas las 20 energías. Pero además de ser jun winäq, se es el microcosmos, el reflejo del cosmos, el E energético también está en el cuerpo de ese jun winäq.[2] Geométricamente podemos representarlo de la siguiente manera:

Microcosmos.png
4 x 13 =52

Un ciclo cósmico en correspondencia con los equinoccios y los solsticiosEditar

Es la representación gráfica, matemática, geométrica, cósmica y espiritual de que el Ser Humano está unido al cosmos y “La unidad cosmos-criatura, genera relaciones esenciales y plenitud de vida” (Matul, USAC 1995).

En cuanto “al tiempo, la formación del ser humano se da en ciclos de 13 años (oxlajuj) nab’e oxlujuj 13, ukab’ oxlajuj 26, urox oxlajuj 39, ukaj oxlajuj 52, ciclo de 52 años.” (CNEM, 2005)

Los días o ruwach q’ij/nawal del Cholq’ij (energías del calendario sagrado) son: B’atz’, E, Aj, I’x, Tz’ikin, Ajmaq, No’j, Tijax, Kawoq, Ajpu’, Imox, Iq’, Aq’ab’al, K’at, Kan, Keme, Kej, Q’anil, Toj, Tz’i’.

Las etapas del desarrollo de la niña, el niño y los jóvenes deben tomarse como un proceso de entendimiento y relación completa con el cosmos para encontrar su autonomía –como persona- y cumplir su misión, de acuerdo a su ruwach q’ij/nawal, que le rige en su diario vivir, para descubrirse así mismo y lograr expresarse libre, creativa y naturalmente.

NotasEditar

  1. ACEM.2009. Tejido Curricular de Educación Maya Bilingüe Intercultural del Tercer Ciclo. Pag. 41
  2. Las partículas subatómicas formadas en los primeros instantes del big bang, del nacimiento del cosmos, aún se encuentran dentro de nuestros cuerpos en formas ordenadas. Cuando morimos, retornan al flujo del caos que sigue trabajando tanto aquí en la Tierra como en esta explosión galáctica” (John Briggs y F. David Peat, Las siete leyes del caos, Grijalbo, Barcelona 1999), citado por Daniel Domingo en artículo sobre ”Cultura Maya”. 2004 SER

Una persona que posee el uso y función dual o concurrente de dos idiomas.

Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. (DLE). El sistema de creencias, valores, costumbres, conductas y artefactos que los miembros de una sociedad utilizan para enfrentar al mundo y a los demás, y que se transmiten de generación en generación a través del aprendizaje. En este sentido la cultura es fundamental en todo idioma y solo puede aprenderse por medio de la transmisión.