Diálogo entre educadores
En la segunda parte de esta guía encontrarás un cronograma de actividades y algunas orientaciones generales que te pueden ayudar en la tarea de facilitar el aprendizaje de tus estudiantes. Pero no te olvides que el sujeto del aprendizaje es el estudiante y de que tu tarea es acompañarlo, apoyarlo, encauzarlo, pero nunca hacer por él lo que a él le cabe.
Piensa que todos estos materiales son tus aliados en esta tarea de innovación educativa. Y, que si tienes necesidad de comprender mejor sus bases teóricas sólo debes consultar la tercera parte de esta guía.
Por ahora te dejo algunas sugerencias metodológicas para transformar el aula en un ambiente reflexivo y creativo.
- Considerar la condición interactiva de todo. Hay un otro en nosotros y un nosotros en el otro. La interacción es generadora de lenguaje y del fenómeno de la existencia. Las propuestas y actividades dialógicas de este programa reflejan eso y son la base para ese trabajo. Verlas fragmentadamente quitaría de ellas su principal contribución.
- Considerar aquello que está en la base de la estructura motivacional de los alumnos. Intentar conocer los valores, las creencias, los conocimientos previos que los alumnos traen al aula y a partir de los cuáles actúan y piensan. A partir del reconocimiento de esta base motivacional hay que buscar cómo conectar pensamiento, discurso, acción y sentimiento a través de la conducción de un diálogo entre ellos.
- Comenzar escuchando a los alumnos y no dando "lecciones de moral". Procurar conducir la reflexión del alumno sobre lo que él mismo dice y evitar juzgarlo en grupo. Cuando se investiga no se juzga precipitadamente nada ni a nadie.
- Comprender los sentimientos como puertas hacia el mundo exterior. Por tanto, respetar y considerar los sentimientos de los alumnos, pero sin dejar que el grupo se deje llevar por sentimientos como miedo, envidia, celos, competiciones en función de disputas de poder... Ayudar a los alumnos a que los elaboren, ya que es imposible eliminar la posibilidad de que aparezcan.
- Considerar el propio cuerpo de los alumnos como vías de expresión y comunicabilidad. considerar lo que no se dice pero se muestra. Las relaciones interpersonales de conflicto, dependencia, cooperación e interdependencia se mostrarán y no siempre podrán ser explicitadas. El profesor necesitará estar atento a este nivel de comunicación, actuando de manera proactiva para que el ambiente del aula sea siempre un ambiente provechoso y agradable.
Cultivar actitudes como:
- Dar la bienvenida a ideas nuevas.
- Evitar criticar excesivamente, principalmente en los inicios de cualquier proceso.
- "Leer" los grupos constantemente, estar atento a los estereotipos o a las visiones anteriores.
- Considerar positivamente a los "líderes negativos", al papel de esos participantes en el juego social y en el entramado del aula. Pensar en qué cosas afirma su "no" y qué tipo de "sí" hay dentro de ese "no". Crear e investigar actividades a partir de las propuestas del libro que pueden ser trasladadas a otros contextos: relajación, vivencias, encuentros, proyectos, talleres, conferencias, temas de los medios masivos, bailes, películas, videos, teatro, etc.
Considerar adecuadamente las fuerzas de la repetición y de la transformación. El profesor necesita preguntarse constantemente, cosas como:
- ¿Cuándo la disciplina es una forma de humanización? ¿Cuándo es una forma de domesticación?
- ¿En qué medida la metodología tiene relación con la disciplina? El alumno inquieto y desinteresado, ¿está inquieto, por qué? ¿Está desinteresado de qué?
- ¿Con qué regularidad nos cuestionamos nuestra práctica educativa?
- ¿Hasta que punto estamos dispuestos a reflexionar y elaborar nuestro hacer cotidiano? ¿Rompemos con nuestros patrones, o seguimos repitiendo las mismas fórmulas, tanto las que funcionan como las que a lo largo del tiempo hemos comprobado que no funcionan?
- Esperar lo inesperado. Todo trabajo debe ser realizado por su valor intrínseco de acuerdo con el momento y las circunstancias, y no sólo con vistas al resultado. En todas las acciones, incluso en las más inocentes, el profesor debe buscar adaptarse a las exigencias del tiempo. Necesita cultivar una relación positiva entre lo planeado y lo inesperado, nunca eliminar uno en función del otro, considerando ambos.
- Ver más allá de la superficialidad de la rutina. El día a día puede insistir en ser duro con quien se propone trabajar en un programa como éste. Al final, vivimos en un contexto social y cultural complejo. Las personas capaces de pensar por sí mismas incomodan y el esfuerzo por la actitud ética todavía no es de todos. El profesor no podrá perder de vista el SENTIDO de su actuación en la vida de los jóvenes y de la propuesta más amplia de este programa.
Sobre las motivacionesEditar
¿Qué hizo que llegases a leer esta parte del libro? ¿Qué te motivó? Piensa en ello y utiliza este espacio en blanco para explicitarlo:
¿Cómo fue eso de reconocer y explicitar tu motivación? ¿Cambia eso, en algún sentido, tu relación en el libro? ¿Por qué?
Recuerda que cada persona en este mundo tiene sus intereses y motivaciones. Ellas son el motor que nos lleva a emprender acciones. La falta de motivación es en general un gran problema para aprender (y para enseñar...) ¿Quién aprende algo cuando no está motivado para hacerlo?
Para reflexionar: Los jóvenes son personas y, por lo tanto, también tienen sus motivaciones. Por eso no debemos olvidarnos de tener en cuenta sus intereses y voluntades. ¿Y si no están motivados? Esta pregunta es importante ya que nuestra tarea como educadores es despertar "los motores del aprendizaje" y ponerlos en acción.
Este libro fue creado para inspirar a los educadores y educadoras interesados en la formación de personas mejores, capaces de ayudar a construir un mundo mejor. Si formas parte de ese grupo, estás invitado a seguir con la conversación-lectura de este libro. Si no, también lo estás; quizás la lectura te abra nuevas posibilidades educativas.
¿Cómo se puede ayudar a alguien a ser mejor persona y capaz de ayudar a construir un mundo mejor? De diversas maneras, pero una de ellas es, sin lugar a dudas, ofreciéndole oportunidades de aprendizaje para el autoconocimiento y para el conocimiento del mundo; y ayudando a que cada uno aprenda a quererse a la vez que aprende a querer al mundo. Y eso necesariamente supone un trabajo personal a nivel del pensamiento, de las emociones, de las actitudes y de las acciones. Es importante ayudar a potenciar la capacidad de pensar, sentir y actuar de los jóvenes. Es de esto que trata este libro. Muestra perspectivas y recursos para que sea posible educar en esa dirección. El propósito de este libro es ofrecer una praxis: la oportunidad de practicar un programa educativo de manera reflexionada y fundamentada.
La educación del siglo XXI no necesita discursos sin método. Necesita recursos y posibilidades concretas para transformar ideas en realidad vivida en las aulas. Por más que algunas ideas educativas sean interesantes no servirán de mucho si no se sabe como transformarlas en acciones en el aula. Por eso, no nos interesa sólo presentar las ideas, sino proponer como operar con ellas e implantarlas. Pero, no sólo se trata de ofrecer técnicas y recursos; la complejidad contemporánea pide algo que vaya más allá de las recetas. Es necesario saber el por qué de cada actividad, cuál es su sentido y a qué tipo de educación se refiere. Es por eso que en este libro no se presentan las propuestas prácticas sin reflexión ni fundamentación.
Entendemos que es importante que el educador/a sea consciente de sus intervenciones pedagógicas y que comprenda con claridad lo que ellas causan en los jóvenes a los que educa. Por ejemplo, es importante que el educador comprenda lo que pasa con el pensamiento de los jóvenes cuando se les hace una u otra pregunta. De la misma manera que es importante que tenga clara la dirección de su intervención educativa desde una perspectiva ética: ¿cuáles son los valores que priorizo? ¿Y por qué esos y no otros? ¿Qué tipo de actitud está siendo reforzada? ¿Por qué?
Este es un libro para ser montado y remontado por quien lo lee. ¡Inspírate en él, crea tus alternativas, experimenta, prueba, cuestiona, critica, duda, busca, investiga, dialoga con él!
Sobre los juicios intuitivosEditar
Juicios intuitivos son aquellas ideas previas que tenemos sobre algo, que no necesariamente elaboramos concientemente después de una investigación o reflexión. Son importantes porque definen mucho el conocimiento previo que tenemos sobre los temas. Comencemos por tus juicios intuitivos:
Para ti qué significa:
Soñar | |
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Proyectar | |
Investigar | |
Pensar | |
Pensar creativamente | |
Actuar | |
Sentir | |
Valores | |
Actitudes éticas | |
Utilizar el diálogo como método |
Observación: si puedes dialogar con alguien sobre tus opiniones y conceptos será mucho más interesante. La propuesta de este libro tiene que ver con esos temas. Así que la lectura y la práctica de las actividades propuestas son oportunidades de elaboración de tus juicios intuitivos. Al final del año, después de haber leído/practicado las actividades, sería interesante releer tus juicios intuitivos y averiguar:
¿Qué se amplió?
¿Qué se profundizó?
¿Qué permaneció?
Para reflexionar: ¿Consideras los juicios intuitivos de los alumnos que educas? ¿en qué momento?
Sobre estados de ánimoEditar
Los estados de ánimo son manifestaciones afectivas resultantes de la mezcla de nuestras emociones, percepciones, sensaciones y pensamientos. Interfieren mucho en la manera como nos comportamos y la mayoría de las veces no somos conscientes de ello. Existen estados de ánimo que pueden ayudarnos a aprender y otros que pueden dificultar o incluso impedir que el aprendizaje ocurra. Por eso es importante considerar nuestros estados y los de nuestros educandos también.
Para reflexionar: ¿Cuáles serían los estados de ánimo de los jóvenes que educas? ¿Consideras esos estados de ánimo? ¿Cuándo? ¿De qué manera? ¿Cuáles son tus estados de ánimo? ¿Por qué están así? ¿Ellos te hacen sentir bien?
En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.
Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.
Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.
Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.
Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes