Conceptos general
Objetivo
Conocer y compartir las percepciones propias de cada grupo sobre los términos más utilizados al momento de hablar sobre relaciones sanas y relaciones de violencia.
Temporalización
30 minutos.
Recursos
Rótulos de los términos a analizar, masking tape, cronómetro.
Términos: sexo, sexualidad, género, identidad de género, orientación sexual, hombre, mujer, femenino, masculino, violencia basada en género, igualdad, equidad.
Desarrollo de la actividad
Repartir a las y los participantes en grupos y explicar las instrucciones. La moderadora mostrará un rótulo por cada uno de los términos y dará 2 minutos para que entre los grupos construyan la mejor definición para el término. Al finalizar, cada grupo deberá decir su definición y la moderadora verificará si la explicación es suficiente o necesita ser ampliada. Si es suficiente, la moderadora puede dar puntos al grupo y continuar con el siguiente término. Si no es suficiente, la moderadora puede seleccionar a otro grupo para ampliar el término.
El objetivo es ir explicando cada uno de los términos, analizar el contenido previo que tengan los participantes y dar una explicación correcta de cada uno, para que los participantes tengan el conocimiento base para continuar con el módulo.
NOTA: la definición de cada uno de los términos puede encontrarse en el módulo. Si usted está facilitando la actividad y tiene dudas sobre alguno de ellos, verifique.
Preguntas generadoras para el análisis
Tras revisar las definiciones, ¿cuáles consideran que son las diferencias principales entre género, sexualidad y sexo? Entonces, ¿la sexualidad solo se relaciona con el término “sexo”?
- ¿Por qué es importante la identidad de género y la orientación sexual?
- ¿Cuál es la diferencia entre igualdad y equidad?
El patriarcado[editar | editar código]
Si nos detenemos a analizar nuestra sociedad o cual quier otra que conozcamos es fácil encontrar una característica común, la mayor parte de los puestos de poder en órganos políticos, económicos, religiosos y de seguridad están ocupados en su inmensa mayoría por hombres. Este poder los dota de privilegios que implican la dominación y el sometimiento de las mujeres. Este tipo de sociedades se llaman “patriarcales”.
En el ámbito público el término “ceguera de género” se utiliza cuando una política, programa o proyecto no responde a las necesidades e intereses de las mujeres porque no fueron tenidas en cuenta en su elaboración. Este modelo no solo existe en el ámbito público, sino que se reproduce también en el privado, sometiendo los cuerpos de las mujeres. En una sociedad patriarcal la principal herramienta de dominación es la violencia contra las mujeres.
Algunas definiciones de patriarcado
“La antropología ha definido el patriarcado como un sistema de organización social en el que los puestos clave de poder (político, económico, religioso y militar) se encuentran, exclusiva o mayoritariamente, en manos de varones. Ateniéndose a esta caracterización, se ha concluido que todas las sociedades humanas conocidas, del pasado y del presente, son patriarcales. Se trata de una organización histórica de gran antigüedad que llega hasta nuestros días. En efecto, consideremos uno a uno los aspectos del poder a los que se refiere esta definición y veremos que somos incapaces de dar un solo ejemplo que no corresponda a ella” (Alicia Puleo).
“En una forma de organización política, económica, religiosa y social basada en la idea de autoridad y liderazgo del varón, en la que se da el predominio de los hombres sobre las mujeres; del esposo sobre la esposa; del padre sobre la madre, los hijos y las hijas; de los viejos sobre los jóvenes y de la línea de descendencia paterna sobre la materna. El patriarcado ha surgido de una toma de poder histórico por parte de los hombres, quienes se apropiaron de la sexualidad y reproducción de las mujeres y de su producto, los hijos, creando al mismo tiempo un orden simbólico a través de los mitos y la religión que lo perpetúan como única estructura posible” (Dolors Renau, citada por Nuria Varela).
Para poder perpetuar este tipo de sistema social a través de la historia, se han desarrollado y mantenido un conjunto de prácticas materiales y culturales que favorecen el acceso a los puestos de toma de decisiones a los hombres. Desde esta posición tienen acceso privilegiado a los recursos, motivo por el que siguen perpetuando estas prácticas. Gracias a los sistemas de cuotas, el nivel de desarrollo de los países y los regímenes democráticos comienzan a cambiar la rigidez de estas estructuras, facilitando el acceso de las mujeres a los puestos de toma de decisiones para que puedan aportar desde otra mirada.
En una sociedad patriarcal la violencia utilizada para controlar a las mujeres se manifiesta en muchas formas, como la discriminación, el acoso de diversos tipos, incluido el sexual, el matrimonio infantil, los embarazos tempranos, el infanticidio femenino, la venta de las mujeres para el matrimonio, entre otros. Hay otros crímenes relacionados con el honor, por ejemplo, obligar a las mujeres violadas a casarse con su agresor, el luto de por vida o el obligar a las viudas a casarse con un familiar de su esposo fallecido y la falta de acceso a la vida pública.
Los Estados imponen sanciones, sin embargo, también es obligación del Estado asegurar la protección de sus ciudadanas y su acceso a una vida libre de violencia. Dado que los asesinatos en el mundo siguen aumentando, las mujeres han impulsado leyes contra el feminicidio.
De acuerdo con el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG) de las Naciones Unidas (2014), Honduras es el país de la región con el mayor número total de femicidios. Las tasas más altas a nivel regional corresponden a El Salvador y República Dominicana. En términos de números absolutos, Argentina y Guatemala se ubican en segundo y tercer lugar, con más de 200 femicidios cada uno en 2014.
En América Latina son 15 los países que contemplan en su legislación el delito por feminicidio o femicidio.
México, 2007.
Guatemala, 2008.
Honduras, 2013.
El Salvador, 2010.
Nicaragua, 2012.
Costa Rica, 2007.
Panamá, 2013.
Colombia, 2008.
Venezuela, 2007.
Ecuador, 2014.
Perú, 2011.
Bolivia, 2013.
Brasil, 2015.
Chile, 2012.
Argentina, 2012.
Fuente: Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. CEPAL.
https://oig.cepal.org/es/laws/1/country/guatem
¿Femicidio y feminicidio?
Por Marcela Lagarde y de los Ríos
Es preciso aclarar que hay feminicidio en condiciones de guerra y de paz. La categoría feminicidio es parte del bagaje teórico feminista. Sus sintetizadoras son Diana Russell y Jill Radford. Su texto es Femicide. The politics of woman killing.
La traducción de femicide es femicidio. Sin embargo, traduje femicide como feminicidio y así la he difundido. En castellano femicidio es una voz homóloga a homicidio y sólo significa asesinato de mujeres. Por eso para diferenciarlo preferí la voz feminicidio y denominar así al conjunto de hechos de lesa humanidad que contienen los crímenes y las desapariciones de mujeres.
El feminicidio es el genocidio contra mujeres y sucede cuando las condiciones históricas generan prácticas sociales que permiten atentados contra la integridad, la salud, las libertades y la vida de las mujeres. En el feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por conocidos y desconocidos, por violentos, violadores y asesinos individuales y grupales, ocasionales o profesionales, que conducen a la muerte cruel de algunas de las víctimas. No todos los crímenes son concertados o realizados por asesinos seriales: los hay seriales e individuales, algunos son cometidos por conocidos: parejas, parientes, novios, esposos, acompañantes, familiares, visitas, colegas y compañeros de trabajo; también son perpetrados por desconocidos y anónimos, y por grupos mafiosos de delincuentes ligados a modos de vida violentos y criminales. Sin embargo, todos tienen en común que las mujeres son usables, prescindibles, maltratables y desechables. Y, desde luego, todos coinciden en su infinita crueldad y son, de hecho, crímenes de odio contra las mujeres.
Para que se dé el feminicidio concurren de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la complicidad de autoridades encargadas de prevenir y erradicar estos crímenes. Hay feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en la casa, ni en los espacios de trabajo de tránsito o de esparcimiento. Más aún, cuando las autoridades no realizan con eficiencia sus funciones. Por eso el feminicidio es un crimen de Estado.
El feminicidio se conforma por el ambiente ideológico y social de machismo y misoginia, de violencia normalizada contra las mujeres, y por ausencias legales y de políticas de gobierno, lo que genera condiciones de convivencia insegura para las mujeres, pone en riesgo la vida y favorece el conjunto de crímenes que exigimos esclarecer y eliminar.
Contribuyen al feminicidio el silencio social, la desatención, la idea de que hay problemas más urgentes, y la vergüenza y el enojo que no amenazan a transformar las cosas sino a disminuir el hecho y demostrar que no son tantas “las muertas”.
NOTA: feminicidio es más amplio que femicidio porque tiene un componente político y de incidencia en el que señala que los asesinatos sistemáticos de mujeres por el hecho de serlo suceden porque el Estado no pone los medios necesarios para proteger a sus ciudadanas.
En Guatemala, solo se utiliza el término femicidio, ratificado para la región en la Cumbre Judicial Iberoamericana en 2014, definido en la Ley contra el Femicidio y otras formas de violencia contra la mujer 22-2008
Otros países como México y El Salvador utilizan feminicidio.
Los casos por el delito de femicidio y femicidio en grado de tentativa registrados en los juzgados de primera instancia penal han continuado aumentando durante esta década, pasando de 101 en 2012 a 241 en 2018. Cabe resaltar que Guatemala es uno de los departamentos que más casos registra, seguido de Chiquimula y Quetzaltenango[1].
Sistema sexo – género[editar | editar código]
Antes de que un bebé nazca toda la red social y familiar de la embarazada está pendiente de si será niño o niña, si su futuro será ayudando al padre en las tareas del campo o a la madre en las domésticas, el tipo de regalos, la decoración de su habitación, el color de la ropa que llevará, los juguetes que se le darán e incluso la forma en que se celebrará su nacimiento está determinada por su sexo al nacer.
El sexo se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es importante puntualizar que no en todos los casos hombres y mujeres desean tener hijos, esta es una decisión personal y de la pareja dentro de su plan de vida. La manifestación identificativa del sexo, además de los órganos sexuales internos y externos, son los caracteres sexuales secundarios, por ejemplo, en el caso de los hombres el timbre de voz se vuelve grave y les comienza a salir vello facial; en el de las mujeres, el crecimiento de los senos, el ensanche de las caderas, etc. Las características biológicas que definen el sexo son universales y no varían a lo largo del tiempo, ni de las culturas.
El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los hombres, es decir, su identificación con las femineidades y con las masculinidades. Es una construcción cultural que se realiza en base a las diferencias biológicas. También establece los mecanismos de control y de sanción para los que transgreden la norma establecida. El género es socialmente construido. Formar parte de una sociedad implica que, desde que nacemos, la cultura nos dice cuál es la forma en que debemos relacionarnos con nuestros cuerpos y con los cuerpos de los demás. Esto no es algo estático, sino que cambia dependiendo de la sociedad y de la época.
Por ejemplo, antiguamente los hombres debían llevar el pelo corto, hoy en día muchos hombres llevan el pelo largo e incluso aretes en las orejas.
Cómo aprendemos los comportamientos y valores propios del género (femenino o masculino) depende de un complejo proceso llamado socialización de género o socialización diferenciada. Los adultos que nos rodean nos sirven de modelo, las pautas de crianza, el sistema educativo y la sociedad en la que crecemos van a transmitirnos los roles de género, es decir, los comportamientos propios de mujeres y de hombres dentro de una determinada sociedad.
En este proceso de socialización, los roles de género deben aprenderse suficientemente bien como para identificar aquello que nos iguala al grupo del mismo sexo o aquello que nos diferencia del sexo opuesto.
Este proceso de socialización por el que se aprenden los roles de género desarrolla la identidad de género. Esta termina de afianzarse con la adquisición de la identidad sexual, que es cuando definimos qué personas nos atraen y despiertan nuestro deseo sexual: incluye la forma en que expresamos el deseo, el erotismo, la afectividad, así como los valores y principios que la sociedad establece en esta expresión y en la aproximación al propio cuerpo y al de los demás. También la permisividad o los tabús en relación con el conocimiento del cuerpo.
Por ejemplo, tradicionalmente la identidad de género de las mujeres da una importancia suprema a la maternidad equiparando prácticamente ser madre y ser mujer, por ello las mujeres que no pueden tener hijos pueden llegar a tener un sentimiento de fracaso.
Los hombres en cambio aprenden la importancia de proyectarse en la vida pública como profesionales, no cobrando la misma relevancia la paternidad y la crianza. Dado que los roles de género son dinámicos y cambian de una época a otra; cada vez más, las mujeres toman decisiones sobre su plan de vida y la maternidad, y a la vez, los hombres valoran el poder implicarse en la crianza de sus hijas e hijos.
Objetivo
Reflexionar sobre los estereotipos de género, observar la diferencia entre roles de género tradicionales y roles de género en transición.
Temporalización
20 minutos.
Recursos
Copia del video, laptop, bocinas, cañonera, pantalla, pizarrón o papelógrafos, marcadores, masking tape.
Desarrollo de la actividad
El objetivo es que las y los participantes reflexionen sobre los estereotipos y desarrollen conceptos básicos sobre género. Antes de ver el video se les pide que de forma rápida sinteticen los cuentos de la Cenicienta y de la Bella Durmiente. Después, deberán relacionar los estereotipos de género de esos cuentos con los nuevos finales de los “Cuentos con nuevos finales”. https://www.youtube.com/watch?v=hb_apQ4njcY
La persona facilitadora deberá formular preguntas generadoras sobre el video y anotar en un pizarrón o papelógrafo las ideas clave para relacionarlas con los conceptos estudiados.
Preguntas generadoras para el análisis
- ¿Qué diferencias hay entre las versiones tradicionales de los cuentos y las que presenta el video?
- ¿Qué roles de género presentan y cómo han cambiado?
- ¿Qué implicaciones tienen los cuentos en relación con la socialización del género?
- Reflexionar sobre los estereotipos, los prejuicios, la discriminación y las situaciones de inequidad de género.
Cuando los roles de género se generalizan y se comparten por una sociedad, llegan a convertirse en estereotipos de género. Estos tienen como finalidad clasificar las conductas de hombres y de mujeres de manera que sean una guía sobre lo aceptable y no aceptable. En ese sentido, quien transgrede las normas recibe el rechazo social, críticas y sanciones morales. A modo de ejemplo, hay que mencionar que frecuentemente se oyen expresiones de esta índole: “esa mujer es bien femenina” o “esa mujer es un marimacho”; en el caso de los hombres, “ese es bien macho” o por el contrario “es bien afeminado”.
Algunos estereotipos de género establecen que las mujeres deben ser sensibles, sacrificadas, delicadas, entre otros. Los hombres en cambio deben ser fuertes, competitivos, no mostrar sus sentimientos, valientes, etc. También hemos escuchado con frecuencia que el cuidado del hogar y la familia son responsabilidad de las mujeres, hasta el punto de culpabilizarles de descuidarlo por incorporarse al mercado laboral (tener un empleo fuera de la casa). En cuanto a los hombres, su labor se ejerce en el ámbito público y deben ser los cabezas de familia y los proveedores de los recursos para el sustento del hogar.
Cuando alguien se comporta así | Si es niña se dice que es: | Si es niño se dice que es: |
Activa | Nerviosa | Inquieto |
Insistente | Terca | Tenaz |
Sensible | Delicada | Afeminado |
Desenvuelta | Grosera | Seguro de sí mismo |
Desinhibida | Pícara | Simpático |
Obediente | Dócil | Débil |
Temperamental | Histérica | Apasionado |
Audaz | Impulsiva | Valiente |
Introvertida | Tímida | Piensa bien las cosas |
Curiosa | Preguntona, cotilla | Inteligente |
Prudente | Juiciosa | Cobarte |
Si no comparte | Egoísta | Defiende lo suyo |
Si no se somete | Agresiva | Fuerte |
Si cambia de opinión | Caprichosa, voluble | Capaz de reconocer sus errores |
Objetivo
Reflexionar sobre la fuerza de los estereotipos de género para mantener la desigualdad.
Temporalización
30 minutos. 10 para ubicar las tarjetas y 20 para la reflexión.
Recursos
Laptop, cañonera, copias de los juegos de tarjetas, papelógrafos, marcadores, masking tape.
Desarrollo de la actividad
Se reparte a las y los asistentes en grupos. A cada grupo se le reparten tarjetas con palabras y dos papelógrafos En un papelógrafo deberán dibujar una silueta de mujer y en el otro una de hombre. Las y los participantes deberán ubicar en cada papelógrafo las tarjetas con palabras que crean que se les atribuyen generalmente a mujeres y aquellas otras que son asociadas a los hombres.
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Preguntas generadoras para el análisis
- ¿Qué tarjetas se refieren a sexo y cuáles a género?
- ¿Creen que el sexo de las personas nos induce a adjudicar diferentes cualidades y características a las mismas, determinando nuestro comportamiento en la sociedad?
- ¿Influyen los estereotipos en nuestras vidas? ¿de qué manera influyen?
- Si asociamos a hombres y a mujeres cualidades que no les corresponden según los estereotipos ¿qué ocurre? ¿qué pensamos de una ’mujer ambiciosa’? ¿y de un ‘hombre ambicioso’? ¿qué pensamos de una ‘mujer dócil’? ¿y de un ‘hombre dócil’?
Objetivo
Analizar los estereotipos de género y la forma en la que se socializan para generar propuestas de cambio.
Temporalización
30 minutos. 15 minutos para el debate y 15 minutos para la puesta en común.
Recursos
Copias del video, laptop, papelógrafos, marcadores, masking tape.
Desarrollo de la actividad
Repartir a las y los asistentes en dos grupos. Cada grupo analizará el video de acuerdo con las preguntas que se plantean y más tarde se realizará la puesta en común.
Explicar brevemente el argumento del video.
- ¿Cuál es el objetivo del video?
- ¿Cuáles son los estereotipos de género presentes?
- ¿Qué idea trata de reflejar el video respecto a la socialización de género?
- ¿Qué podemos hacer para desmontar los estereotipos de género?
Video 1. “Si los estereotipos de género empiezan con nosotros, pueden acabar con nosotros”. ONUMUJERES.
ONU Mujeres lanza la campaña “He for She”. El video a continuación es parte de ella y nos recuerda que la discriminación de género se puede evitar desde el principio. Para ello, se presenta una lista de estereotipos de género respecto a la feminidad y a la masculinidad. El propósito de la iniciativa es sensibilizar sobre los pequeños actos, ideas o decisiones de la cotidianidad que normalizan la desigualdad de género.
https://www.youtube.com/watch?v=C1bI0UkhmQA
Video 2. “Por ser niña”. PLAN INTERNATIONAL.
“Por Ser Niña” es una campaña que Plan International desarrolla desde 2007 para luchar contra la desigualdad de género y promover los derechos de las niñas. En países en vías de desarrollo, donde hay escasez de recursos, las niñas son las más vulnerables.
Preguntas generadoras para el análisis
- ¿Qué es lo que más les impactó del video?
- ¿Creen que encontramos estos estereotipos en nuestra vida cotidiana?
- ¿Qué podemos hacer desde nuestra labor profesional y en nuestra vida personal para promover una educación en igualdad?
Objetivo
Analizar los cambios en la masculinidad y en la feminidad a través del tiempo.
Temporalización
30 minutos. 20 minutos para la elaboración de la línea del tiempo y 10 minutos para la puesta en común.
Recursos
Papelógrafos, marcadores, masking tape, copias del listado de temas para el análisis.
Desarrollo de la actividad
Se hacen subgrupos conformados solo por mujeres o solo por hombres y a cada uno de ellos se les entregan papelógrafos donde deberán dibujar una línea del tiempo. En cada franja de la línea del tempo tendrán que representar, utilizando su creatividad (por medio del dibujo, palabras, frases, etc.) cómo era el concepto de femineidad en la época de sus abuelas, cómo es el de ellas y cómo creen que está evolucionando. En el caso de los hombres, deberán hacer lo mismo, analizando desde la época de sus abuelos hasta ahora. Para orientar el análisis y valorar la capacidad de decisión del grupo, se entregará un listado con las siguientes preguntas:
- ¿Quién cocina?
- ¿Quién realiza la solicitud de un crédito?
- ¿Quién compra para cocinar?
- ¿Quién figura como titular en la compra de un lote o de una casa?
- ¿Quién decide sobre el estudio de las hijas y de los hijos?
- ¿Quién inicia y quién decide tener relaciones sexuales?
- ¿Quién decide qué ropa comprar para las niñas y los niños y qué tan cara?
- ¿El arrendamiento o compra de una parcela para cultivar?
- ¿“Planificar la familia” (decidir cuántas hijas e hijos tener o si no tener)?
Preguntas generadoras para el análisis
- ¿Hay diferencias entre sus abuelas/os y ustedes? ¿hay algo que no se haya cambiado? ¿hay algo en lo que se ha cambiado mucho?
- ¿Hay diferencias entre zonas urbanas y zonas rurales?
- ¿Cuál creen que es la influencia de la cultura en esta línea del tiempo?
- ¿Qué cambios creen que deben suceder para las generaciones futuras? ¿cómo creen que debería ser el futuro de esa línea del tiempo?
Género y sexualidad[editar | editar código]
Objetivo
Introducir el tema de género y sexualidad a través de una experiencia personal.
Temporalización
20 minutos. 10 minutos para el trabajo en parejas y otros 10 para la discusión.
Recursos
Ninguno
Desarrollo de la actividad
Se distribuye a las y los participantes en parejas. Deberán contarse mutuamente cómo fue su primer beso, con quién en qué circunstancias, si les gustó o no, cómo se sintieron, etc.
Preguntas generadoras para el análisis
La persona facilitadora preguntará si las o los asistentes quieren compartir su historia voluntariamente. A partir de las siguientes preguntas se realizará la puesta en común:
- ¿Sabían mucho o poco sobre sexualidad cuando se dieron su primer beso?
- ¿Habían recibido previamente educación integral en sexualidad en su centro educativo? En caso afirmativo ¿qué temas se abordaron y cómo se impartieron?
- ¿Dónde aprendieron sobre sexualidad además de en la escuela (amigos, familia, libros, medios de comunicación...)?
Las sociedades se rigen por códigos de comportamiento y valores morales que indican lo que es admisible, lo bien visto y lo penalizado. Uno de los aspectos más fuertemente normados es la sexualidad, que juega un papel fundamental en el significado de ser hombre y de ser mujer. Desde la oscuridad de los tiempos, el control de la sexualidad femenina es una de las piedras angulares del dominio de los hombres sobre las mujeres porque se considera que es algo que se debe cuidar y vigilar. La religión, la cultura, la sociedad, la educación, la familia y el sistema económico han influido fuertemente en la creación de este sistema de valores. Al igual que sucede con los roles de género, los comportamientos, valores y actitudes alrededor de la sexualidad son aprendidos y pueden variar en el tiempo y de acuerdo con las culturas.
¿Es lo mismo sexo y sexualidad?
La sexualidad es más amplia que el sexo. El sexo es biológico y la sexualidad es biopsicosocial. A partir de nuestra base biológica aprendemos formas de ser, que varían de acuerdo con cada persona, con el grupo, la cultura a la que per tenecemos y al momento histórico que nos toca vivir.
Fuente: Aprender para vivir. Ministerio de Educación Guatemala, 2013.
Mujeres y hombres vivimos de manera diferente la afectividad, el erotismo y el placer. Veamos qué se establece desde los roles tradicionales de masculinidad y feminidad sobre el papel de hombres y mujeres en las relaciones afectivo- sexuales.
- La relación entre sexualidad y afectividad.
- Hombres. Para ellos la sexualidad es una parte fundamental dentro del concepto tradicional de masculinidad, especialmente la heterosexualidad. En cambio, la afectividad, la expresión de sentimientos y emociones se consideran algo secundario. A los hombres se les anima a tener una conducta sexual más abierta. Además, la satisfacción sexual para los hombres se establece como una necesidad natural que deben satisfacer.
- Mujeres. Las mujeres aprenden que hay una identificación entre la sexualidad y la afectividad. Se les educa para dar amor otros. Además, se valora la virginidad en ellas y el ser fieles. Las mujeres son para los demás. Marcela Lagarde lo explica a través de su con y cuidado a cepto “madresposas”: “ser madre y ser esposa consiste, para las mujeres, en vivir de acuerdo con las normas que expresan su ser –para y de– otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria, tanto con el deber encarnado en los otros, como con el poder en sus más variadas manifestaciones”
- Posicionamiento respecto a las relaciones sexuales.
- Hombres. La masculinidad tradicional establece que los hombres deben tomar la iniciativa y ser activos, ser conquistadores y asumir el papel de expertos que guían a las mujeres. Deben estar siempre dispuestos a tener relaciones sexuales.
- Mujeres. Las mujeres aprenden que hay una identificación entre la sexualidad y la afectividad. Se les educa para dar amor y cuidado a otros. Además, se valora la virginidad en ellas y el ser fieles. Las mujeres son para los demás. Marcela Lagarde lo explica a través de su concepto “madresposas”: “ser madre y ser esposa consiste, para las mujeres, en vivir de acuerdo con las normas que expresan su ser –para y de– otros, realizar actividades de reproducción y tener relaciones de servidumbre voluntaria, tanto con el deber encarnado en los otros, como con el poder en sus más variadas manifestaciones”
- Posicionamiento respecto a las relaciones sexuales.
- Hombres. La masculinidad tradicional establece que los hombres deben tomar la iniciativa y ser activos, ser conquistadores y asumir el papel de expertos que guían a las mujeres. Deben estar siempre dispuestos a tener relaciones sexuales.
- Mujeres. La feminidad tradicional nos dice que las mujeres deben ser pasivas y complacientes hacia las necesidades de sus parejas. Las mujeres no deben tomar la iniciativa y ha cer observaciones sobre lo que les gusta y lo que no, pues eso pondría en cuestionamiento la masculinidad de sus parejas.
- La vivencia y la expresión del deseo sexual.
- Hombres. Su desempeño y cuán activo es sexualmente se convierte casi en una muestra de su virilidad y en los indicadores de su masculinidad. El alarde y el hablar públicamente de ellos con otros hombres es habitual.
- Mujeres. Una larga historia influida por la religión y las enseñanzas morales han calificado la expresión del deseo sexual en las mujeres como algo sucio y por lo que deben sentir culpabilidad. Sin embargo, se ha naturalizado la idea de que las mujeres deben prepararse para gustar y ser objetos de deseo para los hombres.
- Vivencia de las relaciones sexuales.
- Hombres. En la masculinidad tradicional las relaciones sexuales son predominantemente las relaciones de coito, en las que la penetración juega un papel fundamental.
- Mujeres. Puesto que las mujeres deben ser objetos de deseo, se prepondera la satisfacción del hombre sobre la propia. Como la vivencia y la exploración de la sexualidad de las mujeres es algo vetado, muchas no conocen bien su cuerpo, ni saben lo que les genera placer, por lo que no les queda más que asumir que lo que el hombre hace es en lo que debe consistir, les guste o no.
Objetivo
Reforzar la concepción de conceptos clave sobre género y sexualidad.
Temporalización
30 minutos. 10 minutos de preparación y 20 minutos de desarrollo.
Recursos
Copias de la lista de conceptos a definir.
Desarrollo de la actividad
Se divide al grupo en dos equipos: unos serán los terrícolas y el otro los extraterrestres. A cada grupo se le explican las instrucciones y su rol en la actividad. Los extraterrestres son de otro planeta y han venido a la tierra para aprender más acerca de este mundo y sus habitantes. Ellos deberán preguntar a los terrícolas sobre cómo son los hombres y cómo son las mujeres, qué tipo de cosas hacen.
Los extraterrestres deberán preguntar por las diferencias entre hombres y mujeres en los siguientes temas:
- Sexualidad y sexo
- Género y sexo
- Afectividad
- Deseo
- Relaciones sexuales
- Identidad de género e identidad sexual
- Diversidad sexual
La persona que facilita la actividad debe enfatizarle al grupo de los extraterrestres que debe hacer preguntas (todas aquellas que se le ocurran); al grupo de los terrícolas les indicará que serán cuestionados.
Preguntas generadoras para el análisis
- ¿Se sintieron cómodos?
- ¿Fue fácil o difícil explicar los conceptos?
- ¿Cómo influye la cultura en la definición de los conceptos sugeridos para la actividad?
- ¿Qué relación tiene esta actividad con el trabajo que desarrollamos?
La sexualidad en la cosmovisión de los pueblos indígenas de Guatemala.
En la cultura maya cuidar la energía sexual permite conversar con la naturaleza. La energía sexual es fundamental para la continuidad de la vida pero en exceso, con desorden y sin orientación adecuada, puede traer problemas; por eso se busca la armonía y el equilibrio.
La población garífuna, cultura presente en la Costa Atlántica, vive la sexualidad sin mayores prejuicios y está abierta a la discusión y reflexión sobre este tema. Sin embargo, en otras zonas del resto del país todavía no hay suficientes espacios para aprender, reflexionar y expresar las dudas; ahí prevalece la idea de que sexualidad es igual a relaciones sexogenitales.
Fuente: Todos y todas somos Ajmaq. Reflexiones sobre las relaciones afectivas, la sexualidad y el Sida desde Perspectivas Mayas. Asociación Pop No´ j 2009.
La falta de acceso a una educación integral en sexualidad tiene graves consecuencias para la salud y desarrollo integral de las niñas, jóvenes y mujeres:
El feminismo[editar | editar código]
Equidad de género e igualdad de género[editar | editar código]
Desigualdad y discriminación[editar | editar código]
Empoderamiento[editar | editar código]
De la masculinidad a las nuevas masculinidades[editar | editar código]
Uso del lenguaje incluyente e imagen de las mujeres en los medios de comunicación[editar | editar código]
- ↑ Unidad de Información Pública, Organismo Judicial, 2019.
Se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es la corporalidad, el funcionamiento y forma del cuerpo. Es algo innato, biológico, que cambia de forma y funcionamiento de acuerdo a la edad.
Son los pensamientos, sentimientos y comportamientos expresados dentro de un grupo particular, varía dependiendo de la cultura, la persona y la época
El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.
Dar el apoyo necesario para que una persona o personas con menos oportunidades puedan estar a la par con los demás. Un sistema educativo es equitativo cuando trata a todos los alumnos como iguales, favoreciendo especialmente a los más desfavorecidos, como defiende Rawls, en una redistribución proporcional a las necesidades. Todos los alumnos deben tener garantizado el “currículum básico” indispensable al término de la escolaridad obligatoria, es decir, aquel conjunto de saberes y competencias que posibilitan la participación activa en la vida.
Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes
(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.
Destrezas fonológica que consiste en quitar un fonema o sílaba.
Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.
Son las ideas compartidas, generalizadas y distorsionadas por un grupo social sobre cómo son, cuál es el papel o a qué se dedican los hombres y las mujeres.
En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.
Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.
Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.
Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.
Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y de los hombres y de las y los jóvenes. Significa que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades de los hombres y de las mujeres no deben depender de su sexo.
Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.