Mis derechos, nuestros derechos
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AprendizajeEditar
Conozco, valoro y me comprometo a respetar y ejercer mis derechos como joven.
MaterialesEditar
Documento “Jóvenes: exclusión y ciudadanía”, Reproductor de CD. Canción “Escuchate” de Nai´k Madera. Crayones, colores, marcadores.
Ideas claveEditar
- La juventud es sujeto de derechos reconocidos a través de la declaración universal de los derechos del niño y de instituciones que velan por su cumplimiento como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia –UNICEF-.
- Cada país está obligado a definir políticas a favor de la niñez y la juventud, promoviendo entre otros, los derechos fundamentales como el derecho a la vida, a la salud, a la educación, a al vivienda, al recreo, a una vida libre de violencia, a la cultura.
- No obstante la gran mayoría de la población, que aparte de ser joven es indígena, se encuentra sumergida en la exclusión y la pobreza, lo que dificulta definitivamente el goce de los derechos enunciados anteriormente.
- Es necesario que los jóvenes reflexionen sobre su realidad personal frente a una realidad social que afecta a la gran mayoría de jóvenes en Latinoamérica y que es determinante para comprender problemas sociales como el desempleo y la violencia, entendiendo que la imposibilidad de acceder al goce de los derechos elementales coloca a la juventud en un estado de vulnerabilidad, exclusión y estigmatización.
Desarrollo de la actividadEditar
- Pregunte a la plenaria si conocen los derechos que tienen como jóvenes y que compartan algunos.
- Divida el grado en tres grupos y pida que sigan las siguientes instrucciones.
- Cada grupo debe dibujar a un o una joven con una vida ideal.
- Identificar en el dibujo cuáles son los aspectos principales y necesarios para tener una vida ideal.
- Identificar qué derechos estarían satisfechos en esa vida ideal.
- Pegue en un lugar visible los dibujos y reparta a cada grupo una copia del siguiente texto.
Jóvenes exclusión o ciudadanía.
Basado en el trabajo del mismo nombre de la Antropologa Maria Ines Laje[1]
La juventud actual crece y se desarrolla en un mundo que ha experimentado cambios dramáticos con respecto a la generación de sus padres; se han producido modificaciones políticas, económicas y sociales de enorme relevancia que han desarticulado las explicaciones tradicionales sobre el mundo y la vida. Estos cambios repercuten obviamente en la cultura y en lo que atañe a los jóvenes, influyen en las formas de construcción de su identidad, en las modalidades de la sociabilidad y en las creencias y proyectos.
Podemos hablar de la juventud como de un grupo social con una existencia fragmentaria, en donde las diferencias sociales, económicas y culturales, a través de las ofertas y consumos, manifiestan modalidades de discriminación y exclusión.
En esta perspectiva, vemos distintas adolescencias con grados muy diversos de satisfacción de sus necesidades, espectro que tiende a una creciente polarización. Para unos, la ausencia de derechos propios es subsanada por la acción de sus familias e instituciones que pueden proveerles de lo necesario. Mientras que para otros se agudiza su situación de desprotección.
A su vez, la adolescencia está en medio de dos tendencias contradictorias de nuestra sociedad: por un lado, una juventud vulnerable y pobre, sin ingreso, sin posibilidad de acceso a las opciones del mercado, y por el otro, un mercado que en virtud de su diversificación, ofrece modelos de identidad e independencia vía el consumo para aquellos adolescentes que sí disponen de ingresos, por intermedio de sus familias.
Para expresar la paradigmática situación de los adolescentes pobres, compartimos con Kessler los siguientes interrogantes: ¿qué puede hacer un adolescente pobre que busca trabajo y no lo encuentra? ¿A dónde acude uno que tiene necesidad de atención psicológica o un problema grave de adicción? ¿Cómo se transforma en usuario de los servicios de salud? ¿Qué pasa con la prevención del sida y el acceso real al control ginecológico? ¿Dónde halla canales de participación social? ¿Y las necesidades de recreación en barrios empobrecidos y abandonados? ¿A quién recurre un adolescente pobre si duda sobre la utilidad de la educación que está recibiendo y empieza a pensar en desertar? El malestar de la adolescencia en condiciones de pobreza, puede expresarse con indicadores tales como:
- La visión de la escuela secundaria como una vía muerta, una institución que no responde eficazmente ni a sus demandas actuales ni a sus necesidades de formación profesional. (Kessler parafraseando a Auyero).
- La preocupación creciente por el futuro laboral, un mercado de trabajo cada vez más contraído y en donde aparecen pocas oportunidades, lo cual se agrava por los crecientes índices de desocupación, que crecen mientras se baja la escala social.
- Experimentan la dolorosa vivencia del estigma, por ser parte de la juventud pobre, discriminada en los lugares de esparcimiento, de donde muchas veces se los excluye abiertamente, o donde el temor de que esa situación se repita ya sufrida en carne propia o en pares, los impulsa a autoexcluirse y directamente no intentar concurrir [iii].
- La estigmatización por parte de la policía que suele verlos como peligrosos y de la misma sociedad que los ve además de jóvenes, pobres y peligrosos.
- Los datos sobre maltratos y vejámenes que sufren adolescentes llevados a comisarías, indican que son los más pobres las víctimas frecuentes de dichos abusos. Las prácticas estratégicas para sobrevivir de estos jóvenes, muchas veces no surgen sólo de una situación de crisis económica, tienen que ver además, con una dimensión cultural en la que se construyen identidades a partir de
problemas: delincuencia, desarraigo, migración familiar; traslados, mudanzas, desestructuración familiar y abandonos, estigmatización, discriminación y diferentes situaciones de riesgo; drogadicción, embarazo adolescente, sida, violencia familiar, etc. Estas temáticas hacen cuestionar los mecanismos de constitución de la identidad.(Szulik, D.)
La preocupación por la adolescencia vulnerable, radica en la certeza de que ello convierte a sus miembros en firmes candidatos a ser adultos excluidos.
La exclusión puede cobrar distintas formas: hay una exclusión total, asimilable a la imagen de la marginalidad, con toda su carga estigmatizante y perturbadora, mientras que otra, la exclusión relativa que se inspira en Bourdieu (“la miseria del mundo”), lo es a esferas específicas de la vida social (exclusión de los servicios de salud, de la formación profesional, de la vida cultural, de ciertos bienes colectivos, etc.) que sin definir la exclusión total, van conformando una degradación de las condiciones de vida. (Margulis, M.)
La falta de derechos sociales, en términos de su acceso y de su exigibilidad, particularmente en la adolescencia pobre, potencia los riesgos a los que ésta se enfrenta, la torna más vulnerable.
Las situaciones conflictivas casi habituales -que en otros sectores pudieran ser resueltos por sus propios medios o los de su familia-, aquí viabiliza la intervención del Estado en la esfera privada, debido a las dificultades de las familias pobres para cumplir con sus roles. (Carencia de contactos institucionales y de una red social eficaz).
“...la exclusión…al borramiento de las referencias identificatorias, incluso a la falta de sentido de la misma existencia”. “...La exclusión destroza las posibilidades… de ser cada uno sujeto de un proyecto genuino gestado desde el propio deseo. De ahí la necesidad de promover demandas...activantes y emancipadoras”. EFROM, Ruben, S/F.
4. Pida a los grupos que respondan las siguientes preguntas y que las respondan en papelógrafos.
¿Qué pensamos de la realidad que muestra el trabajo sobre la exclusión que sufre la gran mayoría de jóvenes en Latinoamérica?
¿Será que todos gozamos realmente de nuestros derechos?
¿Qué es lo que más nos preocupa de esa situación?
¿Cómo afecta esa situación a los jóvenes en Guatemala?
¿Qué estamos dispuestos a hacer para que los jóvenes alcancen la vida ideal que dibujamos?
5. Para finalizar, reproduzca la canción “Escúchate” del grupo guatemalteco Nai´k Madera.
Recomendaciones para docentesEditar
- ↑ Licenciada en Antropología Social, ENAH México. Ex-becaria de CONICET y CONICOR.. Doctorando de la Facultad de Filosofía y Letras de la U.B.A. Coordinadora del Seminario de Investigación sobre los Derechos del Niño – CIJS. Coordinadora Académica del CIJS.
Proceso por el cual las personas adquieren cambios en su comportamiento, mejoran sus actuaciones, reorganizan su pensamiento o descubren nuevas maneras de comportamiento y nuevos conceptos e información.
En sentido descriptivo, el estado legal que garantiza la pertenencia a una comunidad política o nación. Como tal, garantiza un conjunto de derechos y deberes para los miembros reconocidos como ciudadanos. Además, en sentido normativo, que es el que más importa educativamente, la ciudadanía implica la condición de participar activamente en los asuntos públicos, de modo autónomo y asumiendo las responsabilidades que le correspondan. Un ciudadano es alguien que pertenece plenamente a su comunidad, que tiene en virtud de ello ciertos derechos y los correspondientes deberes, y que participa activamente en la vida pública. Estatus legal que otorga un conjunto de derechos y deberes, pertenencia a una comunidad con una identidad propia y capacidad para participar son, pues, tres caracteres que definen una concepción actual de “ciudadanía”.
(En fonología) Destrezas fonológica que consiste en distinguir los distintos “sonidos” o fonemas.