Crear efectos sociales y emocionales
A medida que los niños desarrollan mejores habilidades de razonamiento y comienzan a apreciar que otras personas tienen diferentes puntos de vista, se vuelven más amables y considerados entre ellos.
Evidencias de investigación[editar | editar código]
Es probable que la experiencia de que alguien escuche atentamente tus ideas fortalezca la autoestima y la confianza. Los niños aprenden a evitar descartar diferentes puntos de vista sin examinarlos adecuadamente. Aprenden que pueden estar en desacuerdo sin pelearse. P4C también aumenta la motivación y ayuda a los niños a convertirse en aprendices y pensadores más efectivos. Los niños pueden ver más claramente las causas del comportamiento habitual de los demás o de ellos mismos. Esto es muy enriquecedor, porque en ese punto la elección se hace evidente. Además, habrán aprendido mejores habilidades sociales y se les habrá dado la oportunidad de practicarlas.[1]
Por lo tanto, P4C puede contribuir a mejorar la inteligencia social y emocional, así como la inteligencia cognitiva. Esto incluye aspectos tales como:
Autoconciencia – Saber qué y cómo te sientes y cómo eso impacta en tu vida, y tener expectativas realistas de las propias habilidades
Autorregulación emocional – Manejar las emociones para que faciliten la tarea en cuestión, y tener límites autoimpuestos
Motivación – Tener conocimiento de las fuerzas y factores motivadores, tener perseverancia
Empatía – Tener conocimiento de cómo se sienten los demás y usar ese conocimiento para interactuar con ellos, manteniendo una buena relación con una amplia variedad de personas
Habilidades sociales – Ser capaz de leer situaciones sociales y de utilizar estas habilidades para persuadir, liderar, negociar, llegar a acuerdos.
Daniel Goleman[2][3] citó estudios que muestran que las posibilidades de vida de una persona joven se ven al menos tan afectadas por la inteligencia emocional como por el coeficiente intelectual. Él pregunta “¿No deberíamos estar enseñando estas habilidades esenciales para la vida a todos los niños – ahora más que nunca?”.
Aplicación en la práctica[editar | editar código]
Introduce estímulos sociales y emocionales: Usa diálogos sobre temas que involucren problemas sociales y emocionales. De esta manera, se puede examinar y evaluar conscientemente un rango de respuestas en torno a preguntas “emocionales” en un entorno seguro. Cuando los estudiantes se involucran más tarde en un problema en una situación de la vida real, el efecto del diálogo es una breve “pausa” – ¡justo lo suficiente para elegir un comportamiento apropiado!
Modela alternativas a la impulsividad y la distracción: Los docentes pueden modelar las respuestas a incidentes sociales y emocionales estresantes, describiendo un problema que tuvieron, cómo lo manejaron y cómo piensan que deberían haberlo manejado después de reflexionar. Un objetivo importante de la educación es la autorregulación para mejorar el manejo de la impulsividad y la distracción. Esto ayuda al alumno a tomar decisiones conscientes sobre respuestas concretas en lugar de simplemente actuar de forma mecánica y habitual. (Tengo mal genio. Actué de esa manera la última vez en respuesta a una situación similar y actuaré de esa manera la próxima vez). Por supuesto, las cosas no cambian instantáneamente, pero con el tiempo debería hacerse evidente un cambio.
Indaga en la justificación de creencias arraigadas: Los alumnos pueden haber aprendido opiniones de sus padres o compañeros sin reflexionar sobre ello. Además, pueden ser muy vulnerables a información falsa. El torrente de noticias falsas en varias redes sociales lo empeora aún más. Es fácil creer historias que corresponden a creencias existentes. Como han notado algunos políticos, el argumento razonado puede ser menos exitoso que una simple apelación al prejuicio emocional. Los maestros pueden tomar ejemplos de noticias falsas y analizarlas en el curso del diálogo en el aula. A veces, los estudiantes pueden contemplar pensamientos opuestos sin aparente incomodidad – P4C impulsa el cambio conceptual al ayudar a los niños a ser más coherentes en su pensamiento.
Desarrolla una cultura de igual respeto y participación: Una fuerte cultura escolar de participación y colaboración apoya el aprendizaje de habilidades y puede conducir a una mayor autoestima y un mayor sentido de autoeficacia. La participación es un factor clave para promover el bienestar emocional de los niños en edad escolar y la moral de los docentes y los estudiantes. La participación aumenta después de una indagación colaborativa habitual. Es probable que la atención completa e incondicional de otros alumnos promueva sentimientos positivos. Tal atención hace que los estudiantes se sientan valiosos y entendidos.
Deja tiempo para reorganizar los pensamientos: Cuando los estudiantes expresan sus ideas en clase, deben organizar y procesar sus pensamientos. Pueden descubrir lagunas en su comprensión y encontrar explicaciones mejores que la suya. Pero eso significa que no solo tienen que justificar un pensamiento nuevo, sino que deben reorganizar muchos pensamientos asociados que no estaban bien justificados. ¡Mucho que hacer en respuesta a una pregunta!
Elogia los buenos ejemplos entre los alumnos: Es probable que los estudiantes aprendan unos de otros durante este proceso. Por ejemplo, un alumno puede escuchar a otro estudiante pidiendo evidencias y entonces será más probable que internalice este comportamiento y haga lo mismo. Los docentes pueden elogiar el comportamiento de los estudiantes que esperan que otros imiten.
No tengas miedo de las preguntas desconcertantes: La discusión real se lleva a cabo mejor cuando las preguntas dejan perplejos tanto al docente como a los alumnos. Si las preguntas elegidas para la discusión son desconcertantes para todos los participantes, incluido el maestro, es probable que la comunicación sea más interactiva y significativa.
No tengas miedo de las preguntas controvertidas: Los docentes pueden sentirse un poco nerviosos al presentar un tema que podría considerarse controvertido, ya sea por razones políticas, religiosas u otras. Sin embargo, estas son exactamente el tipo de preguntas para generar una discusión intensa, así que no las evites.
Lecturas recomendadas[editar | editar código]
- Topping, K. J., S. Trickey, y P. Cleghorn (2019). A teacher’s guide to Philosophy for Children. Nueva York y Londres: Routledge. El capítulo 7 trata este tema con más detalle.
Ver también[editar | editar código]
- Topping, K. J. y S. Trickey (2007). Impact of philosophical enquiry on school students’ interactive behaviour. International Journal of Thinking Skills and Creativity, 2007, vol. 2, número 2, pp. 73-84.
- Trickey, S. y K. J. Topping (2006). Collaborative philosophical enquiry for school children: Socio-emotional effects at 11-12 years. School Psychology International. 2006, vol. 27, número 5, pp. 599-614.
- Trickey, S. y K. J. Topping (2007). Collaborative philosophical enquiry for school children: Participant evaluation at 11 years. Thinking, 2007, vol. 18, número 3, pp. 23-34.
- Dailey, Jeanie (2018). “How controversial topics inspire deeper learning”. eSchool News, 19 de septiembre de 2018. (Último acceso 28 de mayo de 2020).
Referencias[editar | editar código]
- ↑ Giménez-Dasí, M., L. Quintanilla, V. Ojeda, y B. Lucas-Molina (2017). Effects of a dialogue-based program to improve emotion knowledge in Spanish Roma preschoolers. Infants and Young Children, 2017, vol. 30 número 1, pp. 3-16.
- ↑ Goleman, D. (1996). Emotional intelligence: Why it can matter more than IQ. Londres, Reino Unido: Bloomsbury Publishing.
- ↑ Goleman, D. (1999). Working with emotional intelligence. Londres, Reino Unido: Bloomsbury Publishing.
Valoración, respeto y seguridad que cada persona tiene sobre sí misma, se construye y fortalece por medio de mensajes positivos de cariño y aceptación.