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El habla que es responsable ante el conocimiento, ante el razonamiento y ante la comunidad, produce aprendizaje.

Resultados de la investigaciónEditar

La investigación ha demostrado que cierta forma de conversación en el aula produce más aprendizaje que otras formas[1], incluso más allá del tema en discusión. Cuando los estudiantes aprenden matemáticas, por ejemplo, argumentando su camino hacia la comprensión, mejoran no solo en matemáticas sino también en otras materias como ciencias y literatura. Nosotros y otros llamamos a esta forma de conversación «charla responsable».

En las aulas de charla responsable, los estudiantes se hacen responsables de tener datos correctos, de pensar juntos en los desafíos y de seguir las reglas que fomentan la participación (como escuchar con respeto). En otras palabras, su discurso es responsable ante conocimiento, el razonamiento y la comunidad. La charla es responsable cuando los estudiantes dicen cosas como, «¿cómo sabes eso?», «¿por qué haces esa afirmación, cuando aquí dice que...?», «no obtuvimos los mismos resultados el segundo tiempo, y estamos tratando de averiguar por qué», «Estuve de acuerdo contigo al principio, pero ahora creo...»

El objetivo de la charla responsable es desarrollar la capacidad de pensamiento de los estudiantes. Al practicar las habilidades y hábitos de argumentación a través de la interacción social, los estudiantes aprenden a razonar.

Aplicación en la prácticaEditar

  • La charla responsable se desarrolla con el tiempo. Los estudiantes aprenden participando.
  • La charla responsable se refuerza a sí misma. La práctica produce mejores argumentos. Es más probable que los estudiantes estén preparados para respaldar sus declaraciones cuando esperan un desafío («¿Cuál es tu evidencia?»). La clase también construye su conocimiento colectivo a lo largo del tiempo. Los estudiantes tienen acceso a un cuerpo creciente de información sobre el cual basar afirmaciones y argumentos.
  • La charla responsable incluye a todos. En las aulas de charla responsable se valora la calidad del argumento, no la forma de su expresión. Todos pueden participar porque todos tienen ideas, incluidos los estudiantes que no dominan el idioma que se usa en el aula.

ReferenciasEditar

  1. Resnick, L. B., Asterhan, C. S. C., y Clarke, S. N. (Eds.). (2015). Socializing intelligence through academic talk and dialogue. Washington, DC: American Educational Research Association.

Lecturas sugeridasEditar

Alexander, R. J. (2006). Towards dialogic teaching: Rethinking classroom talk. Cambridge: Dialogos.

Michaels, S. O’Connor, C., y Williams-Hall, M. C., with Resnick, L. B. (2010). Accountable Talk sourcebook: For classroom conversation that works. Pittsburgh, PA: Institute for Learning, University of Pittsburgh. Disponible en: http://ifl.pitt.edu/index.php/educator_resources/accountable_talk

Resnick, L. B., Asterhan, C. S. C., y Clarke, S. N. (Eds.). (2015). Socializing intelligence through academic talk and dialogue. Washington, DC: American Educational Research Association.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.