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, hace 12 años
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| Había una vez una tortuga que había perdido la memoria y no sabía volver a casa. Estaba perdida en medio del bosque y lloraba. Lloraba tanto que el bosque empezó a llenarse de lágrimas. Esto molestó a las dueñas del bosque y a todos los animales que habitaban ahí. A todos les entraba agua en su casa. | | Había una vez una tortuga que había perdido la memoria y no sabía volver a casa. Estaba perdida en medio del bosque y lloraba. Lloraba tanto que el bosque empezó a llenarse de lágrimas. Esto molestó a las dueñas del bosque y a todos los animales que habitaban ahí. A todos les entraba agua en su casa. |
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− | [[Archivo:Tortuga.jpg|180px|right]]Decididas a buscar el origen de aquel chubasco, las dueñas de la montaña salieron de casa y siguieron el río de lágrimas que bajaba por la montaña. Enseguida encontraron a la tortuga y le preguntaron: -Tortuga, ¿Por qué lloras tanto? A lo que la tortuga respondió: -He perdido la memoria y no sé volver a casa. | + | [[Archivo:Tortuga.jpg|300px|right]]Decididas a buscar el origen de aquel chubasco, las dueñas de la montaña salieron de casa y siguieron el río de lágrimas que bajaba por la montaña. Enseguida encontraron a la tortuga y le preguntaron: -Tortuga, ¿Por qué lloras tanto? A lo que la tortuga respondió: -He perdido la memoria y no sé volver a casa. |
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| Las dueñas del bosque tuvieron una idea. Le pusieron unas hierbas mágicas dentro de su caparazón y le dijeron: -Cada vez que quieras saber qué tienes que hacer, metes la cabeza dentro del caparazón, hueles las hierbas mágicas y empiezas a pensar. Después aprietas los puños muy fuerte y te relajas. Ya verás cómo encontrar la solución. | | Las dueñas del bosque tuvieron una idea. Le pusieron unas hierbas mágicas dentro de su caparazón y le dijeron: -Cada vez que quieras saber qué tienes que hacer, metes la cabeza dentro del caparazón, hueles las hierbas mágicas y empiezas a pensar. Después aprietas los puños muy fuerte y te relajas. Ya verás cómo encontrar la solución. |