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, hace 7 años
{{Antología de cuentos
|idioma=español
|tipo=Narrativo
|tamaño=30px
|autor=Francisco Faustino López Orozco
|lugar=San Martin Sacatepéquez, Quetzaltenango
|texto=Esta historia pasó hace mucho tiempo. Sucedió en San Martin Sacatepéquez. Fue una tormenta muy, pero muy fuerte. La tormenta duró cinco días. Dañó todos los cultivos de la población, provocó escasez de alimentos, destruyó casas y provocó derrumbes en los caminos. ¡Dejó incomunicada a la población!
Era el tercer día de tormenta. Jorge estaba parado frente a la ventana y veía la lluvia caer. Estaba preocupado porque no tenía comida para sus animales. En su casa tenía un caballo, dos vacas y seis gallinas. Por eso, salió a buscar comida. Caminó una hora bajo la lluvia y encontró un terreno sembrado de milpa; la mayoría, en el suelo. Empezó a cortar las mazorcas y algunas hojas. De pronto, se le apareció un anciano. Se le acercó y le preguntó enojado: ¿Para qué te van a servir las mazorcas? ¿Qué vas a hacer con las hojas? Jorge le respondió asustado: Son para comer y para darle de comer a mis animales porque ¡tenemos hambre!
El anciano silencioso escuchó a Jorge. Luego le dijo: No te comás las mazorcas ni les des de comer las hojas a tus animales porque la madre naturaleza está enferma ¡Mirá la tormenta! De repente un fuerte viento corrió y el anciano desapareció. El hombre atemorizado regresó a su casa, pero no escuchó el consejo del anciano. Comió las mazorcas y dio las hojas a sus animales.
Al día siguiente la tormenta continuaba. Jorge salió en busca de sus animales. Su sorpresa fue que todos estaban enfermos. Entonces, recordó las palabras del anciano. Se arrepintió por no haber hecho caso. Al pasar los días la tormenta pasó y los animales se mejoraron.
}}