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Cuentos en familia/Historia de los pueblos del lago de Atitlán, Sololá (editar)
Revisión del 01:03 20 dic 2017
, hace 6 añosPágina creada con «{{Cuentos en familia - corto |tamaño1=400px |tamaño2=400px |texto1=Cuentan que hace mucho tiempo, San Pablo se aburrió de estar en el cielo. Pidió permiso al Señor y...»
{{Cuentos en familia - corto
|tamaño1=400px
|tamaño2=400px
|texto1=Cuentan que hace mucho tiempo, San Pablo se aburrió de estar en el cielo. Pidió permiso al Señor y bajó a la orilla del lago de Atitlán.
Allí se le apareció a unas personas, pero no les quiso decir quién era. Se fue a vivir a un lugar llamado Quia´k Quix, que quiere decir espina colorada.
Entonces, invitó a vivir a ese lugar a unas personas, para instruirlos en un oficio y les enseño a trabajar las fibras del maguey para hacer lazos, pitas y redes de pescar.
|texto2= Reunió a los hombres de aquel lugar, les habló de religión y les pidió que le hicieran una iglesia.
Les contó que era San Pablo, que le había gustado el lago y por eso ya no regresaría al cielo, pues quería tener su propia casa.
La gente le suplicó que se quedara y le hicieron una iglesia. Así surgió el pueblo de San Pablo, a las orillas del lago.
Se dice que como San Pablo estaba feliz con el lago, mando a llamar a todos los demás apóstoles de Jesús para que descansaran y vivieran en la orilla del mismo.
Les dijo que el lugar “es tan bonito que ni en el cielo hay uno igual”.
Por ello todos los pueblos de alrededor del lago tomaron el nombre de cada uno de los apóstoles que estuvieron con ellos.
|autor=Rosario Celeste Cuá García
}}
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Allí se le apareció a unas personas, pero no les quiso decir quién era. Se fue a vivir a un lugar llamado Quia´k Quix, que quiere decir espina colorada.
Entonces, invitó a vivir a ese lugar a unas personas, para instruirlos en un oficio y les enseño a trabajar las fibras del maguey para hacer lazos, pitas y redes de pescar.
|texto2= Reunió a los hombres de aquel lugar, les habló de religión y les pidió que le hicieran una iglesia.
Les contó que era San Pablo, que le había gustado el lago y por eso ya no regresaría al cielo, pues quería tener su propia casa.
La gente le suplicó que se quedara y le hicieron una iglesia. Así surgió el pueblo de San Pablo, a las orillas del lago.
Se dice que como San Pablo estaba feliz con el lago, mando a llamar a todos los demás apóstoles de Jesús para que descansaran y vivieran en la orilla del mismo.
Les dijo que el lugar “es tan bonito que ni en el cielo hay uno igual”.
Por ello todos los pueblos de alrededor del lago tomaron el nombre de cada uno de los apóstoles que estuvieron con ellos.
|autor=Rosario Celeste Cuá García
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