Mensaje de bienvenida
Tradicionalmente las universidades han concebido su tarea limitada a la generación y transmisión del conocimiento de las diferentes disciplinas, por lo que no es para sorprenderse que muchos académicos no estemos acostumbrados a considerar los temas pedagógicos ni de enseñanza-aprendizaje. No obstante, viejos temas de debate sobre el sentido de la educación han cobrado renovada vigencia ante los retos que presenta la sociedad de información. Las universidades —y en particular las públicas— tenemos la responsabilidad de usar nuestros conocimientos, nuestra tradición y capacidad innovativa para preparar el futuro.
El informe del proyecto Tuning Educational Structures in Europe (2004) señala acertadamente que los retos que ofrece una sociedad en constante proceso de cambio son de tal magnitud que se exige que los estudiantes, cualquiera que sea su edad, desarrollen sus capacidades generales junto con sus conocimientos. Necesitan, asimismo, desarrollar cualidades personales que les permitan seguir aprendiendo a lo largo de sus vidas, y aplicar lo aprendido de formas tan diversas que nosotros hoy en día sólo podemos imaginar vagamente. Para las universidades esto implica elaborar una mezcla novedosa de enfoques de enseñanza y aprendizaje para estimular —o permitir que se desarrollen— cualidades tan valiosas como la capacidad de análisis y síntesis, la independencia de criterio, la curiosidad, el trabajo en equipo y las habilidades para comunicarse de manera oral y por escrito.
De manera paralela, en 2005 ANUIES recomendó a las universidades mexicanas que la educación debe de enfrentar los nuevos retos sociales centrando el proceso educativo en el aprendizaje.
La Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco, se ha pronunciado por centrar la educación en el estudiante. La tarea es ardua porque obliga a cambiar enfoques y objetivos de aprendizaje, la dinámica en el aula y modificar los métodos de evaluación, para que estos consideren no sólo el conocimiento y los contenidos, sino también habilidades, actitudes y valores. Más aún, a los docentes-investigadores nos invita a reflexionar sobre el sentido de nuestra práctica docente y a cambiar los roles tradicionales con los que nos hemos desempeñado.
Habilidades docentes busca apoyar a los docentes en el difícil tránsito a una educación centrada en el estudiante, por lo tanto se privilegia este enfoque.
Esta colección puede usarse para consultar de manera sintética los principales enfoques educativos contemporáneos, técnicas didácticas y variados instrumentos de evaluación. Pero también puede utilizarse como apoyo para los docentes en su planeación didáctica, por eso brinda un formato de guía de estudios.
La planeación didáctica de cualquier UEA exige al docente que reflexione sobre el enfoque educativo en el que se inscribe a sí mismo, las actitudes y valores que desea promover en el aula y los objetivos de aprendizaje que busca alcanzar. Para lograr las metas que el docente se propone es necesario articular los objetivos de aprendizaje, las técnicas y los instrumentos de evaluación.
Pese a que la colección enfatiza las técnicas e instrumentos de evaluación que responden a los enfoques centrados en el estudiante, no por ello se han dejado de incluir técnicas centradas en el grupo y centradas en el docente (como la clase expositiva y la demostración) para apoyar a los docentes que se sienten más cómodos con este estilo de enseñanza. Asimismo, se brindan diversas técnicas e instrumentos de evaluación centrados en el desempeño, propios de lo que se ha llamado educación basada en competencias.
En cada apartado se ha incluido un enlace a lecturas sugeridas para orientar a los interesados en profundizar en algún aspecto específico. Espero que sea de utilidad.
María Luna Argudín
Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.
Un grupo de personas que trabajan hacia una meta común para el cual todos son mutuamente responsables.
En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.
Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.
Capacidad o disposición que ha desarrollado una persona para afrontar y dar solución a problemas de la vida cotidiana y a generar nuevos conocimientos. Es la capacidad para actuar de manera pertinente ante una situación compleja, movilizando de manera integrada los recursos necesarios para resolverla de modo adecuado.Tiene una doble dimensión: a) posesión de un conjunto de recursos o capacidades (cognitivos, de procedimientos y de actitudes), y b) capacidad para movilizarlos en una situación de acción.