Tema 2. Fluidez lectora

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Inicio[editar | editar código]

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Indicadores de logro

Primer Grado 2.1. Regula su fluidez lectora, según el tipo de texto.
Segundo Grado 2.1. Mejora su fluidez lectora, según el tipo de texto.
Tercer Grado 2.1. Lee textos digitales con fluidez.

A continuación le presentamos una serie de actividades de desafío para que usted realice personalmente o con otros docentes. También los puede aplicar en clase, para explorar lo que sus estudiantes del Ciclo Básico saben o creen saber.

  1. Comente en grupo, ¿qué es fluidez lectora?
  2. Escriban, en papelógrafos, las ideas que tiene el grupo acerca de la fluidez lectora. Expongan en clase.
  3. Piense en el lector adolescente. Elabore una lista de temas que cree interesantes para los alumnos y alumnas.
  4. Comente en parejas, ¿qué creen que son los vicios de lectura?
  5. Escriban, en papelógrafos, una lista de los vicios de lectura que identifican en sus estudiantes del ciclo básico.

En la fase de desarrollo puede realizar alguna actividad que sirva de conexión con el tema que va a presentar en clase.

Desarrollo[editar | editar código]

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1. Lea, en silencio, el siguiente poema.

2. Reúnase en parejas y vuelvan a leer el poema en voz alta.

3. Comenten qué diferencias encontraron en su lectura silenciosa y la lectura en voz alta.

  • ¿Cómo leyeron cada verso del poema?
  • ¿Qué forma de lectura les fue más fácil y por qué?

4. Recuerde y anote las palabras que se le dificultó expresar al leer el poema.

5. Reflexione cuál fue el motivo de esa dificultad (la vista, desconocimiento del vocablo, nervios).

Nuevos aprendizajes[editar | editar código]

Según la página Psicólogos Infantiles Madrid /Centro de Psicología Madrid, fluidez lectora es la capacidad de leer palabras y textos de manera correcta y con un ritmo determinado. No es lo mismo que velocidad lectora. Cuando un niño aprende a leer, decodifica y conforme reconoce las letras y palabras adquiere velocidad lectora. Este proceso dará paso a la fluidez. Leer fluidamente implica no cometer errores en el reconocimiento de las palabras lo que le permite al lector llegar a procesos de comprensión de lo que lee. Esta se adquiere en educación primaria y es una base para alcanzar otros procesos lectores más complejos como inferir, comprender, analizar y crear a partir de la lectura.

Pikulski (2006) define en el Diccionario de lectoescritura: La fluidez lectora es un proceso que incluye habilidades eficaces de decodificación que permiten al lector comprender el texto. Existe una relación recíproca entre la decodificación y la comprensión. La fluidez se manifiesta en la lectura oral precisa, rápida y expresiva y es aplicada durante la comprensión lectora silenciosa.

Dicho autor propone estas sugerencias para mejorar la fluidez lectora:

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Observar que los estudiantes tengan dominio de la decodificación de los signos escritos.
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Utilizar textos apropiados a la edad de los estudiantes.
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Tomar en cuenta el desarrollo lingüístico y el contexto familiar y social de los estudiantes.
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Motivar a los estudiantes a través de textos interesantes según la edad que tienen.

Samuels (2006) Afirma que: La esencia de la fluidez no es la velocidad lectora y la expresividad total de la lectura, sino la habilidad de decodificar y comprender un texto al mismo tiempo.

Vicios de lectura[editar | editar código]

Existen algunos aspectos que pueden dificultar la fluidez lectora, lo que provoca, a su vez, poca o nula comprensión al leer. Estos suelen denominarse como vicios de lectura, y pueden estar relacionados con aspectos físicos o intelectuales del lector. Por ejemplo: entre los aspectos físicos puede ser que alguien tenga alguna enfermedad visual como miopía o astigmatismo y esta le dificulte la lectura. Entre los aspectos intelectuales podría mencionarse el desconocimiento de algunos vocablos, poca o nula experiencia previa que se relacione con el tema, y falta de atención debido a la escasa motivación que presente un tema a leer.

Es importante tomar en cuenta estos aspectos antes de leer[1]:

  • Tener un buen estado de los ojos.
  • Evitar leer con los ojos cansados y en un lugar poco iluminado.
  • Leer globalmente sin detenerse en cada palabra.
  • Hacer fijaciones en ciertas cantidades de palabras para comprender mejor el mensaje.
  • Tener interés por el tema.
  • Fijar objetivos claros del porqué se lee.

Si las anteriores habilidades se encuentran poco desarrolladas en la persona que lee, esta podría presentar vicios de lectura. Estos son:

Regresiones

Algunas veces, cuando alguien lee, tiene o siente la necesidad de regresar hacia alguna palabra porque no la entiende o porque quiere profundizar más en la idea que le brinda el texto. Sin embargo si esto se vuelve un hábito o se hace por distracción, este dificulta la comprensión lectora.

Subvocalización

Esta se refiere a los movimientos que se realizan con los labios en el momento de hacer una lectura silenciosa. Estos interfieren en la relación que debe existir entre el ojo y la mente.

Leer palabra por palabra

Leer palabra por palabra no ayuda a la comprensión de un texto ya que cada una por sí sola no aporta mucha información para lograr otros procesos cognitivos que se requieren para comprender un mensaje escrito.

Vocalización

Se da cuando el lector pronuncia en voz alta lo que lee. Esto provoca falta de concentración y por lo tanto poca comprensión del texto.

Movimientos corporales

Seguir la lectura con el dedo, mover los brazos o las piernas, movimiento de la cabeza. Todos estos también se consideran como vicios que dificultan alcanzar fluidez y comprensión lectora.

Lectura significativa[editar | editar código]

  • ¿Considera que ha leído textos poco valiosos o importantes para su vida y su formación?
  • ¿Recuerda el nombre de algunos textos significativos para usted?
  • ¿Por qué los considera significativos?

En muchas ocasiones se leen textos a los que no se le encuentra sentido a pesar de poder decodificarlos. En esos casos, el problema no necesariamente está en el texto mismo, sino en la forma en que se lee. Una persona que no puede interactuar con los textos que lee se dice que carece de la competencia lectora. Esta se logra cuando el proceso lector permite sacar conclusiones, interactuar, vincular la lectura con la realidad propia, etcétera. Solo entonces se logra lo que Galera (2001) llama lectura significativa.

La lectura significativa exige al lector interactuar con el texto; involucrarse intelectual y emocionalmente con su contenido. El lector competente es capaz de reconocer por encima de las palabras, oraciones y párrafos, las ideas principales que dan coherencia a un texto. Eso implica identificar su organización global.

Pero esta destreza intelectual no depende solo de la capacidad de comprender lo que el texto dice. Depende, sobre todo, de dos operaciones mentales: la capacidad de relacionar lo que el texto dice con los conocimientos previos que se poseen y la habilidad para realizar inferencias lógicas a partir de la lectura misma. Veamos lo anterior en la siguiente frase de Nelson Mandela, aparentemente sencilla, pero que exige las dos operaciones mencionadas antes:

Como se aprecia en el ejemplo anterior, sin los conocimientos previos, la comprensión de un texto resulta muy pobre. Pero estos no se refieren solo a saber el significado de las palabras. También influye la profundidad de los conocimientos que se tengan sobre el tema tratado. Por ejemplo, en la frase de Mandela, la palabra “arma” genera muchos más significados para quien conozca alguna teoría social relacionada con ese concepto. Alguien que sepa poco sobre el mismo podrá pensar que “armas” se refiere solo a los artefactos para matar a personas o animales.

Entonces, interpretará que en la frase se indica que entre más armas más educación… o que la educación es peligrosa. En cambio, alguien que haya leído teorías sobre educación constructivista inmediatamente pensará en que por medio de la educación se puede llegar a construir una realidad más justa.

Por lo dicho, la lectura es una actividad que exige atención no solo a lo que se lee sino también a los datos que se poseen de antemano y que permiten comprender e interpretar mejor. Entre más se sepa acerca del tema, mejor se interpreta al leer. A la vez, entre más se lee, más sabemos. Lo anterior se debe a que “(...) la comprensión de un texto se consigue en el encuentro entre lo que el lector sabe y lo que el texto aporta” [2]

Quien lee requiere de dos clases de conocimientos previos: los generales y los específicos sobre el tema.

  • Los conocimientos generales son el acervo cultural con el que el lector llega a un texto que le permiten decodificarlo con facilidad. Por ejemplo, el titular anterior puede ser comprendido con facilidad por un estudiante de secundaria o diversificado. Si ellos poseen una cultura general más o menos sólida, no tendrán problemas para entenderlo. Aunque tal vez desconozca la ubicación geográfica de La Danta, podrá inferir que se trata de un lugar específico.
  • Los conocimientos específicos se refieren a las nociones que se poseen sobre el tema tratado en el texto leído. Por ejemplo, en el titular anterior un conocimiento específico será el relacionado con el descubrimiento arqueológico realizado en Petén.

Alguien que estudia Arqueología o Ciencias Sociales no tendrá problema en interpretar que el titular se refiere a un hallazgo que demuestra la grandeza de la arquitectura maya. Ese conocimiento específico no lo posee el estudiante de secundaria, por ejemplo, salvo que suela leer o escuchar noticias. Pero también sería un conocimiento específico el que ayudaría a un estudiante, por ejemplo, conocer el significado de “pirámide”.

Ahora veamos lo que ocurre con las inferencias. Como vimos, los textos no expresan todo lo que “dicen”, pues mucha información necesaria para comprenderlo se presupone ya sabida por el lector. Sin embargo, no basta con poseer una cultura general amplia. Es necesario también poseer la capacidad para realizar inferencias.

Se llama así a un procedimiento mental en el que, a partir de cierta información o dato, se obtiene una información o dato nuevo. Por ejemplo, cuando alguien dice “¿Supiste lo que le pasó a Anabela?” se infiere de inmediato que ocurrió un hecho importante. Las inferencias se basan en procesos mentales que ayudan a comprender una información.

Cuando se lee un texto ocurre lo mismo que en las conversaciones: es necesario desarrollar o aplicar la capacidad para inferir datos.

Cierre[editar | editar código]

Actividades de integración[editar | editar código]

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1. Reúnanse en equipos y lean por turnos y en voz alta el siguiente texto.

2. Observen la fluidez lectora de cada participante. Luego comenten sus impresiones.

La paradoja de nuestro tiempo

La paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos y temperamentos más reducidos, carreteras más anchas y puntos de vista más estrechos. Gastamos más, pero tenemos menos; compramos más pero disfrutamos menos. Tenemos casas más grandes y familias más chicas, mayores comodidades y menos tiempo. Tenemos más grados académicos, pero menos sentido común; mayor conocimiento, pero menos capacidad de juicio; más expertos, pero más problemas; mejor medicina, pero menos bienestar general. Bebemos demasiado, fumamos demasiado, despilfarramos demasiado, reímos muy poco, manejamos muy rápido, nos enojamos demasiado, nos desvelamos demasiado, amanecemos cansados, leemos muy poco, vemos demasiada televisión y oramos muy rara vez. Hemos multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores. Hablamos demasiado, amamos demasiado poco y odiamos muy frecuentemente. Hemos aprendido a ganarnos la vida, pero no a vivir. (...)

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Hemos logrado ir y volver de la Luna, pero se nos dificulta cruzar la calle para conocer a un nuevo vecino. Conquistamos el espacio exterior, pero no el interior. Hemos hecho grandes cosas, pero no por ello mejores.

Hemos limpiado el aire, pero contaminamos nuestra alma. Conquistamos el átomo, pero no nuestros prejuicios. Escribimos más, pero aprendemos menos.

Planeamos más, pero logramos menos. Hemos aprendido a apresurarnos, pero no a esperar. Producimos computadoras que pueden procesar mayor información y difundirla, pero nos comunicamos cada vez menos y menos.

Estos son tiempos de comidas rápidas y digestión lenta, de hombres de gran talla y corta edad de carácter, de enormes ganancias económicas y relaciones humanas superficiales. Hoy en día hay dos ingresos en las familias que aún tienen trabajo, pero más divorcios; casas más lujosas para quienes pueden solventarlas, pero hogares rotos. Son tiempos de viajes rápidos, pañales desechables, moral descartable, “encuentros de amor” de una noche, cuerpos obesos, y píldoras que hacen todo, desde alegrar y apaciguar, hasta matar (…) Acuérdate de abrazar a quien tienes cerca, porque ese es el único tesoro que puedes dar con el corazón, sin que te cueste ni un centavo. (…)

Un beso y un abrazo pueden reparar una herida cuando se dan con toda el alma. Acuérdate de tomarte de la mano con tu ser querido y atesorar ese momento, porque un día esa persona ya no estará contigo. Date tiempo para amar y para conversar, y comparte tus más preciadas ideas. Y siempre recuerda: La vida no se mide por el número de veces que tomamos aliento, sino por los extraordinarios momentos que nos lo quitan.

George Carlin

3. Reflexionen sobre el ejercicio y los vicios de lectura.

  • Comenten sobre algunos de los vicios de lectura que se mencionaron anteriormente.
  • ¿Creen que sus compañeros o compañeras presentan alguno?
  • ¿Qué recomiendan para no cometerlo?

4. Lea el texto y mencione qué conocimientos previos le permitieron comprender el mensaje.

Sempiterno

Que durará siempre; que, habiendo tenido principio, no tendrá fin.

Ejercicios del tema[editar | editar código]

1. Lea el texto en forma individual y resuelva las actividades.

Nivel: recuerdo[editar | editar código]

2. Conteste.

  • ¿Por qué el personaje del cuento no se levantaba?
  • ¿Cuál era la hora ideal, según el personaje, para levantarse?
  • ¿Qué razón tenía para permanecer más tiempo en la cama?

Nivel: comprensión[editar | editar código]

3. Escriba cuál es el tema central del cuento.

4. Redacte una oración sobre cómo inicia el cuento y cómo finaliza.

5. Comente con un compañero o compañera ¿cuál podría ser la causa de que el personaje no descanse mientras duerme?

Nivel: análisis[editar | editar código]

6. Explique las consecuencias que le puede traer al personaje levantarse después de la hora acostumbrada.

7. Compare la indecisión del personaje con alguna situación parecida que le haya pasado.

Nivel: utilización[editar | editar código]

8. Reúnase en pareja y por turnos, lean en voz alta el cuento.

  • Copien esta tabla de cotejo en hojas y determinen si leen fluidamente o tienen algún vicio de lectura.
No
Retrocede al leer
Hace pausas sin respetar la puntuación.
Lee con adecuada entonación.

9. Lea la información que aparece en este enlace: https://es.scribd.com/doc/51114941/Los-Defectos-de-La-Lectura-6.

  • ¿Cuáles de estas estrategias recomendaría a alguien que tenga algún vicio de lectura?

10. Elaboren, en grupo, una lista de lecturas que consideran adecuadas para los adolescentes.

  • Tomen en cuenta las sugerencias teóricas que plantea este documento.

Hoja de trabajo para reproducir[editar | editar código]

A continuación, se presenta una lectura y actividades como recurso para que usted pueda reproducir. Esta hoja de trabajo la puede aplicar con sus estudiantes del Ciclo Básico.

1. Organice equipos de cuatro estudiantes y pida que lean en voz alta por turnos.

El higo más dulce

Monsieur Bibot, el dentista, era un hombre muy exigente. Tenía su pequeño apartamento muy bien ordenado y limpio, lo mismo que su consultorio. (…) Una mañana, Bibot encontró a una anciana que lo esperaba frente a la puerta de su consultorio. Tenía dolor de muelas y le rogó al dentista que la ayudara.

—¡Pero si no tiene cita! —dijo él. La mujer dejó escapar un gemido. Bibot consultó su reloj.

Tal vez tenía tiempo de ganarse unos cuantos francos más. La hizo pasar y le revisó la boca.

—Tendremos que sacarle la muela —dijo con una sonrisa y, una vez que hubo terminado, añadió—: Le daré unas píldoras para el dolor.

La anciana estaba muy agradecida:

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—No puedo pagarle con dinero —dijo—, pero tengo algo mucho mejor. —Sacó un par de higos de su bolsillo y se los tendió a Bibot.

—¿Higos? —dijo él, enfadado.

—Estos higos son muy especiales —susurró la mujer—.

Pueden hacer que sus sueños se hagan realidad. —Le guiñó un ojo y se llevó un dedo a los labios.

Esa tarde, (...) antes de irse a la cama, el dentista decidió tomar un bocadillo.

Se sentó en la mesa del comedor y se comió uno de los higos que le había dado la anciana.

Estaba delicioso. Era tal vez el mejor higo que se había comido en su vida.

A la mañana siguiente, mientras caminaba por la acera atestada, Bibot notó que la gente se le quedaba mirando. “Admiran mi traje”, pensó. Pero cuando se vio reflejado en el ventanal de un café, se detuvo horrorizado. Solo tenía puesta la ropa interior. El dentista dio la vuelta y se metió corriendo a un callejón.

“Sacré bleu —pensó—, ¿qué ha pasado con mi ropa?”

Y entonces se acordó del sueño que había tenido la noche anterior: había soñado que estaba justo frente a ese mismo café, en ropa interior.

Pero algo más había pasado en su sueño, y Bibot se esforzaba por recordar qué. Marcel, acechando desde la sombra del callejón, comenzó a ladrar.

El dentista alzó la vista y vio cómo el resto de su sueño se hacía realidad. Bibot comprendió que la anciana de los higos le había dicho la verdad, así que no iba a desperdiciar el segundo higo. (...) El dentista leyó docenas de libros sobre hipnotismo.

Cada noche, antes de meterse a la cama, se miraba en el espejo y repetía, una y otra vez: —Bibot es el hombre más rico del mundo (...) Y al poco tiempo, en sus sueños, Bibot era exactamente eso. Un hombre rico.

Un día, al anochecer, Bibot tomó el segundo higo de la alacena. No podría durar para siempre.

“Esta noche, es la noche”, pensó el dentista. Puso el fruto maduro en un plato y se dirigió a la mesa. Al día siguiente, al despertar, sería el hombre más rico del mundo. Miró a Marcel y sonrió. (...)

Mientras el dentista abría la alacena para sacar un poco de queso, escuchó un ruido como de porcelana que se rompe.

Se volvió, pero solo para ver cómo Marcel, trepado en una silla y apoyando las patas delanteras sobre la mesa, se comía el último higo. ¡Bibot estaba furioso!

Persiguió al perro por todo el departamento. Cuando Marcel se metió debajo de la cama, Bibot le gritó: —¡Mañana te enseñaré una lección que no olvidarás jamás! —y luego, enojado y con el corazón destrozado, el dentista se fue a dormir.

Cuando despertó, a la mañana siguiente, Bibot se sintió muy confundido. Estaba debajo de su cama. De repente, una cara apareció frente a él: ¡era su propia cara!

—Es hora de tu paseo —dijo la boca de aquel rostro—. Ven con Marcel.

Una mano se deslizó debajo de la cama y lo atrapó. Bibot quiso gritar, pero todo lo que pudo hacer fue ladrar.

Chris Van Allsburg

2. Copie estas actividades en el pizarrón y pida a los grupos que las resuelvan y escriban en papelógrafos.

  • Escriban una oración que responda a estas preguntas: ¿Cómo inicia el cuento? ¿Qué sucede después? ¿Cómo finaliza la historia?
  • Describan cómo es el señor Bidot.
  • Elaboren una lista de palabras que resultaron difíciles de entender.
  • Comenten qué hacen cuando no conocen el significado de una palabra.
  • Expliquen qué les gustó y que les desagradó de la historia.
  • Redacten tres oraciones de las formas en que pueden mejorar su lectura.
  • Dibujen la última escena del cuento.

3. Organice una puesta en común para comentar la lectura El higo más dulce.

  • Tome en cuenta estas preguntas:

¿La lectura le pareció interesante? ¿Por qué? ¿Qué modificarían?

4. Solicite que propongan un final diferente para la historia de Monsieur Bibot.

Respuestas modelo a las actividades[editar | editar código]

Compruebe sus respuestas a los ejercicios del tema 2 con esta tabla.

Respuestas de la fase de inicio[editar | editar código]

Actividades de conocimientos previos

  1. ¿Qué es la fluidez lectora? La capacidad de leer sin interrupciones, pronunciando adecuadamente y comprendiendo lo que se lee.
  2. Lista de temas que les interesan a los adolescentes: Aventuras, acción, enamoramiento, cambios por el crecimiento, descubrimientos científicos, autoconocimiento, animales, medio ambiente, guerras o luchas, otros.
  3. ¿Qué son los vicios de lectura? Son todos los aspectos que perjudican una buena lectura (mala vista, ruidos...)

Respuestas de la fase de desarrollo[editar | editar código]

Puente cognitivo

Lectura oral y en pareja de poema.

Respuestas de la fase de cierre[editar | editar código]

Ejercicios del tema

1. Actividades de integración

Lectura en grupo La paradoja de nuestro tiempo.

En esta actividad deben observar con mucho respeto la forma como todos los integrantes del grupo leen. Es importante que se den cuenta de vicios de lectura que se pueden dar.

Lectura No hay prisa en abrir los ojos

4. ¿Por qué el personaje del cuento no se levantaba?

Por cansancio. No durmió bien.
¿Cuál era la hora ideal, según el personaje, para levantarse?
Las ocho de la mañana.
¿Qué razón tenía para permanecer más tiempo en la cama?
Que había pasado una mala noche, se sentía agotado.

5. El tema central del cuento es el conflicto de un hombre que no se quiere levantar de su cama.

6. Escriba una oración sobre cómo inicia el cuento y cómo finaliza.

Inicia: Eran las ocho de la mañana, ya era hora de levantarse.
Finaliza: Eran ya las ocho de la mañana, ya no podía seguir con los ojos cerrados.

7. ¿Cuál podría ser la causa de que el personaje no descanse mientras duerme?

Nervios, preocupaciones, malos hábitos alimenticios, etc.

Referencias[editar | editar código]

  1. Según Niño Rojas (2008)
  2. Galera (2001).

(En lectura). Capacidad de leer un texto con entonación, ritmo, precisión y velocidad adecuada. El propósito de desarrollar la fluidez es lograr que la decodificación sea automática, para facilitar la comprensión.

(En escritura). Se refiere a la automatización de los movimientos de escritura. Si el estudiante escribe con fluidez puede concentrarse en la producción de textos.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa.

Aplicar estrategias para entender y recordar. Implica estar en capacidad de comunicar lo que se ha leído y escuchado.

Capacidad o destreza para hacer algo bien o con facilidad.

convertir los grafemas en fonemas cuando se lee, dar el sonido que le corresponde a cada letra escrita.

“Propiedad del texto que selecciona la información y organiza la estructura comunicativa de una manera determinada”. (Cassany, D. (1999). Construir la escritura. Barcelona: Paidós. pág. 30)

Habilidad, facilidad o arte para hacer algo bien hecho.

Combinación de dos o más palabras usadas con valor comunicativo. La frase puede ser parte de una oración o usarse de manera independiente.

Conjunto de acciones (formas de actuar o de resolver tareas), con un orden, plan o pasos, para conseguir un determinado fin o meta. Se trata de saber hacer cosas, aplicar o actuar de manera ordenada para solucionar problemas, satisfacer propósitos o conseguir objetivos. Forman los contenidos procedimentales.

Narración de las acciones que les suceden a unos personajes en un espacio y un tiempo determinados.

Espacio vital en el que se desarrolla el ser humano. Conjunto de estímulos que condicionan al ser humano desde el momento mismo de su concepción.

Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.

Perteneciente o relativo al conocimiento. La dimensión cognitiva está formada por conceptos como construcciones o imágenes, que representan la realidad mediante clases o categorías. Está formada igualmente por un conjunto de procesos (percepción, memoria, lenguaje, pensamiento). A nivel más abstracto, también los principios, que relacionan o ligan determinados hechos o conceptos de un modo determinado.