Revisión diaria

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La revisión diaria puede fortalecer aprendizaje previo y conducir a una memoria fluida.

Hallazgos de investigación[editar | editar código]

La revisión diaria es un componente importante de la enseñanza. La revisión puede ayudarnos a reforzar las conexiones del material que hemos aprendido. La revisión de aprendizaje previo puede ayudarnos a recordar palabras, conceptos y procedimientos sin esfuerzo y automáticamente cuando necesitamos este material para resolver problemas o entender nuevo material. El desarrollo de pericia requiere miles de horas de práctica y la revisión diaria es uno de los componentes de esta práctica.

La revisión diaria fue parte de un exitoso experimento en matemáticas de educación primaria. Los docentes en el experimento fueron enseñados a utilizar ocho minutos diarios en revisión. Los docentes usaron este tiempo para revisar la tarea, repasar problemas en los que hubo errores y practicar conceptos y habilidades que requirieron de práctica hasta volverse automáticos. Como resultado, los estudiantes en estas aulas obtuvieron un mayor puntaje en desempeño comparado con los de otras aulas.

La práctica diaria de vocabulario puede conducir a ver las palabras como una unidad, a ver la palabra completa automáticamente, en lugar de letras individuales. Cuando los estudiantes ven palabras como una unidad, tienen mayor espacio disponible en su memoria activa, y este espacio puede ser usado para comprensión. La resolución de problemas matemáticos también es mejorada cuando las habilidades básicas (adición, multiplicación, etc.) son sobreaprendidas y se vuelven automáticas, liberando de esta forma la capacidad de memoria.

En el aula[editar | editar código]

Los docentes más efectivos en los estudios de enseñanza en el aula entendían la importancia de la práctica y comenzaban sus lecciones con una revisión de cinco a ocho minutos de material cubierto previamente. Algunos docentes revisaban vocabulario, o fórmulas, o eventos, o conceptos aprendidos previamente. Estos docentes proporcionaban práctica adicional sobre datos y habilidades requeridas para que la memorización sea automática.

Las actividades del docente podían incluir también la revisión de conceptos y habilidades que eran necesarias al hacer la tarea, hacer al alumno corregir la tarea del otro, hacer preguntas en relación con aspectos en los cuales los estudiantes tenían dificultad o cometían errores, y revisar o proveer práctica adicional en hechos y habilidades que necesitaban ser sobreaprendidas. Estas revisiones aseguraban que los estudiantes tuvieran un dominio sólido de las habilidades y conceptos que serían requeridos para la lección del día.

Los docentes efectivos repasaban el conocimiento y conceptos relevantes para la lección del día. Es importante que el docente ayude a los estudiantes a recordar conceptos y vocabulario que serán relevantes para la lección del día, porque nuestra memoria activa es pequeña. Si no revisamos el aprendizaje previo, entonces tendremos que hacer un esfuerzo especial para recordar material viejo mientras adquirimos nuevo material, y este proceso dificultará a los estudiantes aprender el nuevo material.

La revisión diaria es particularmente importante para el material que se utilizará en aprendizaje subsecuente. Algunos ejemplos incluyen el leer palabras conocidas (esto es, cualquier palabra que es reconocida automáticamente por el lector), gramática, hechos matemáticos, computación matemática, factorización matemática y ecuaciones químicas.

Al planear una revisión, el docente querrá considerar qué palabras, hechos matemáticos, procedimientos y conceptos necesitan volverse automáticos; y cuáles palabras, vocabulario o ideas requieren ser revisados antes de que la clase comience. Además, el docente puede considerar el hacer lo siguiente durante su revisión diaria:

  • Corrección de tarea;
  • Revisión de los conceptos y habilidades que fueron practicados como parte de la tarea;
  • Hacer preguntas a los estudiantes acerca de los puntos en los cuales hubo dificultad o cometieron errores;
  • Revisión del material donde fueron cometidos errores;
  • Revisión del material que necesita sobreaprendizaje (esto es, habilidades recientemente adquiridas que deben ser practicadas mas allá del dominio inicial para llevar al automatismo).

Lecturas sugeridas[editar | editar código]

  1. Miller, G.A. (1956). "The magical number seven, plus or minus two: some limits on our capacity for processing information". Psychological review, 1956, 63, 81-97.
  2. Laberge, D.; Samuels, S.L. (1974). "Toward a theory of automatic information processing in reading". Cognitive psychology, 6, 293-323.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.