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== Fundamentos psicológicos ==
 
== Fundamentos psicológicos ==
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El abordaje de programas para prevenir la violencia frecuentemente está basando en una perspectiva cognitiva conductual. Pero esto dependerá de la finalidad que se desea alcanzar y de la magnitud con que se está viviendo el fenómeno de la violencia escolar. Se considera que la violencia es una conducta que se aprende a través de la observación o modelada por el ambiente donde el estudiante se desarrolla (Krauskopf, 2006). Por lo mismo, las conductas violentas también se pueden desaprender y adquirir nuevos hábitos para promover una convivencia pacífica y la construcción de ciudadanía.
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El abordaje de programas para prevenir la violencia frecuentemente está basando en una perspectiva cognitiva conductual. Pero esto dependerá de la finalidad que se desea alcanzar y de la magnitud con que se está viviendo el fenómeno de la violencia escolar. Se considera que la violencia es una conducta que se aprende a través de la observación o modelada por el ambiente donde el estudiante se desarrolla<ref>Krauskopf, D. (2006). ''Estado del arte de los programas de prevención de la violencia en ámbitos escolares''. Recuperado el 22 de enero de 2015, de Organización Panamericana de la Salud: http:// www.paho.org/hq/dmdocuments2009/arte.violencia.escolares.pdf?ua=1</ref>. Por lo mismo, las conductas violentas también se pueden desaprender y adquirir nuevos hábitos para promover una convivencia pacífica y la construcción de ciudadanía.
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Por otro lado, las intervenciones que se promueven desde un enfoque sociohistórico de la psicología de la actividad, favorecen la inclusión y la participación de todos los actores escolares de grupos heterogéneos, sin distinción alguna, que luchan contra cualquier tipo de exclusión (Díaz-Aguado, 2005). Asimismo, este tipo de intervenciones brinda a los estudiantes las oportunidades para adquirir responsabilidad y empoderamiento en la toma de decisiones, no solo para mejorar su aprendizaje, sino además para solucionar de manera asertiva los conflictos derivados de situaciones cotidianas en el ambiente escolar. Por tanto, el enfoque psicológico para las intervenciones dependerá del tipo de prevención que se necesite implementar y del grado de violencia que se esté viviendo.
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Por otro lado, las intervenciones que se promueven desde un enfoque sociohistórico de la psicología de la actividad, favorecen la inclusión y la participación de todos los actores escolares de grupos heterogéneos, sin distinción alguna, que luchan contra cualquier tipo de exclusión<ref>Díaz-Aguado, M. (2005). La violencia entre iguales en la adolescencia y su prevención. ''Psicothema'', 17(4), 549-558.</ref>. Asimismo, este tipo de intervenciones brinda a los estudiantes las oportunidades para adquirir responsabilidad y empoderamiento en la toma de decisiones, no solo para mejorar su aprendizaje, sino además para solucionar de manera asertiva los conflictos derivados de situaciones cotidianas en el ambiente escolar. Por tanto, el enfoque psicológico para las intervenciones dependerá del tipo de prevención que se necesite implementar y del grado de violencia que se esté viviendo.
    
Para efectos de la intervención de esta propuesta, ambos enfoques pueden ser aplicados para prevenir la violencia, ya que las conductas de convivencia pacífica y armónica deben iniciar con los adultos que están vinculados a los estudiantes. Los adultos deben servir como referencia para que los estudiantes los imiten ante situaciones que requieran la resolución de conflictos, y el trato amable hacia los demás en el diario vivir. Asimismo, se considera que para prevenir la violencia en los establecimientos educativos, todos los actores de la comunidad educativa deben jugar un papel relevante en la toma de decisiones. De manera que es indispensable incluir a los estudiantes, además de sus padres, como partícipes activos en la toma de decisiones para prevenir la violencia.
 
Para efectos de la intervención de esta propuesta, ambos enfoques pueden ser aplicados para prevenir la violencia, ya que las conductas de convivencia pacífica y armónica deben iniciar con los adultos que están vinculados a los estudiantes. Los adultos deben servir como referencia para que los estudiantes los imiten ante situaciones que requieran la resolución de conflictos, y el trato amable hacia los demás en el diario vivir. Asimismo, se considera que para prevenir la violencia en los establecimientos educativos, todos los actores de la comunidad educativa deben jugar un papel relevante en la toma de decisiones. De manera que es indispensable incluir a los estudiantes, además de sus padres, como partícipes activos en la toma de decisiones para prevenir la violencia.

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