¿En qué ámbitos se puede aplicar la educación en igualdad y cómo se hace?

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Actitudes docentes[editar | editar código]

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Para reflexionar...

Como docente reflexione sobre, ¿cómo espera que se comporten las niñas?, ¿y los niños?, ¿considera que los problemas de las niñas tienen la misma importancia que los de los niños? Por ejemplo, si los niños arreglan un conflicto con una pelea, ¿considera algo normal en los niños actuar así? Si las niñas se quejan de que los niños las molestan, ¿considera esto algo normal en la relación entre niñas y niños?


Tanto el sexismo como la igualdad se aprenden desde muy temprana edad y según las experiencias de vida. La escuela es uno de los canales por los que se aprende. Es importante darse cuenta de que la actitud y el comportamiento del docente influye sobre el estudiantado. Los docentes son un modelo y un referente adulto, por lo tanto, usted no solo enseña sobre las áreas curriculares que trabaja, sino sobre la forma en que aborda a las y a los estudiantes, las actitudes que muestra, la forma de expresarse, las preferencias y el comportamiento.

En la valoración de las situaciones debe evitar que las expectativas influyan porque se puede estar pasando por alto la violencia y la desigualdad, y esto puede generar malestar y sufrimiento en la población estudiantil. En la siguiente tabla se muestran algunos ejemplos de actitudes sobre las que debe tomar conciencia para corregirlas.

Conductas sexistas a evitar Ejemplo Proponiendo alternativas
Variar el comportamiento hacia niños o niñas en función del área curricular debido a prejuicios sobre su rendimiento. Pensar que las niñas son mejores para la lectura y los niños para el deporte. Analizar cuáles son los referentes masculinos y femeninos que aparecen en los libros de texto y libros de lectura que utilizan y reflexionar sobre ellos.
Después, realizar una actividad de investigación que implique buscar referentes masculinos y

femeninos en todas las áreas curriculares.

Darle un valor distinto a una determinada conducta según se trate de un niño o de una niña. Regañar o no permitir que las niñas corran para no ensuciarse la ropa. Invitar a que las niñas y los niños debatan sobre cómo se sienten cuando los tratan de forma diferente por ser niños o niñas; y reflexionar sobre sus sensaciones cuando utilizan diminutivos para dirigirse a ellos. Recapacitar sobre cuáles les parecen que son buenas para todos, ubicarlas en la pared y tenerlas siempre presentes.
Utilizar diminutivos, tonos de voz y gestos relacionados con estereotipos femeninos. Ay muchachita, mire mi hijita linda, patojo chispudo.
Observar con preocupación las expresiones de afectividad en niños. Un amigo que abraza a otro. Realizar la dinámica “se regalan abrazos” que implica que todos se abracen. Cada uno de los participantes se acercará a otro y le dará un abrazo, cerrará los ojos y le dirá lo importante que es para él. Fomentar que esto ocurra entre niños, que haya muestras de cariño entre ellos. Incentivar que expresar el afecto es algo positivo.
Utilizar expresiones de violencia sexistas. “A las niñas no se les pega”, “no le pegues que tú eres más fuer te y la vas a lastimar”. Realizar actividades de convivencia pacífica y resolución de conflictos tanto con niños como con niñas para evitar la violencia (no importando quién la utilice). Utilizar las clases para posicionar la idea de que el diálogo es la mejor manera de visibilizar nuestras diferencias.
Pensar que las niñas son bien portadas, por lo tanto, no necesitan tanta atención. Dar menos la palabra a las niñas por considerarlas poco participativas o pensar que no les gusta hablar en público. Dar el mismo número de turnos de palabra a niñas y niños. Si hay alguien que levanta menos la mano preguntarle al azar para fomentar la intervención de quienes son menos par ticipativos. Utilizar dinámicas como la “papa caliente” para dar aleatoriamente el turno de palabra y que todos tengan oportunidad de participar.
Pensar que es necesario cuidar más a las niñas cuando llegan a la adolescencia. Evitar que tengan novio para prevenir embarazos no deseados. El docente deberá exponer en clase que la responsabilidad de cuidarse de embarazos no deseados es de ambas partes, tanto del joven como de la joven que deciden tener relaciones sexuales. Es recomendable que los docentes se tomen al menos unas horas a la semana para trabajar temas de educación integral en sexualidad.
Poner más atención a los movimientos de los niños. “Estate quieto”, “no te movás”, “sentate bien”... Realizar actividades lúdicas y ejercicios de estiramiento que permitan a niñas y niños moverse entre un periodo de clase y otro.
Consentir piropos no pedidos ni deseados por las niñas bajo la creencia de que a ellas les gusta que les digan que son bonitas o que les alaben alguna parte de sus cuerpos. Tan chula esa patoja, qué bonita está usted hoy. El docente no debe emitir valoraciones sobre el aspecto o el cuerpo de las niñas y niños, aunque estas sean apreciaciones positivas.


Otro esfuerzo importante dentro de la educación en igualdad es contribuir a sensibilizar a madres y padres de familia. Para ello, es muy importante informales de las acciones que se estén realizando en los centros educativos, invitarles a participar en su planificación y desarrollo, tomándolo como una oportunidad para debatir y reflexionar sobre los patrones de crianza y desaprender estereotipos sexistas o discriminatorios que perjudiquen a niños y niñas. Por ejemplo, la creencia de que no hace falta que las niñas estudien porque su función es ayudar, casarse o apoyar a su esposo. Los niños también pueden padecer el peso de sentir que son los responsables de mantener a su familia o que siempre deben ser duros y fuertes.

La recreación[editar | editar código]

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Para reflexionar...

¿Ha escuchado alguna vez comentarios acerca de que las niñas no deben jugar fútbol y que otros deportes son más adecuados para ellas?, ¿le parece preocupante que un niño juegue a la comidita, con muñecas o a la familia?, ¿usted se ha fijado cómo se reparte el patio?, ¿quién tiene prioridad en utilizarlo en sus juegos? ¿Cómo sería un día el patio del recreo sin pelotas? ¿a qué se jugaría? ¿habría más relacionamiento y colaboración?


Generalmente se habla de juegos de niños y de juegos de niñas, de deportes de niños y de deportes de niñas. Esto significa que desde que son pequeños, están oyendo qué prácticas son adecuadas e incluso valoradas para los niños y cuáles para las niñas. Como docentes deben comenzar por observar a qué juegos, deportes y otras actividades dedican el tiempo escolar y de recreación las niñas y los niños, y qué importancia tienen estas actividades en su desarrollo. ¿Cómo son de importantes para ellos y ellas los espacios en los que realizan esas actividades y en qué medida los cuidan?, ¿los comparten? Las respuestas a estas preguntas pueden dar mucha información para aplicar el enfoque de educación en igualdad, ya que legitimar un uso desigual de los espacios y los tiempos en función del sexo puede hacer creer a los niños que tienen más derechos en su utilización y a las niñas que deben conformarse con desarrollar sus actividades en el espacio sobrante que los niños no utilicen en sus juegos.

El fútbol o el básquetbol son deportes importantes con gran reconocimiento social, orientados generalmente a los niños y a los que usualmente se les da más importancia. Las niñas utilizan para sus juegos el espacio que queda una vez se elimina el campo de fútbol o las canchas de básquet, un espacio que suele ser mucho menor.

Hay que respetar que niños y niñas tienen intereses diferentes, por lo tanto, la cuestión no es que jueguen a lo mismo, sino que ambos tengan las mismas posibilidades de disponer del espacio para realizar actividades, sin considerar unas más importantes sobre otras.

A la vez, ambos deben comprender que el cuidado del espacio y de los materiales es su responsabilidad. Compartir cómo se sienten ante las posibilidades que tienen de usar los recursos y llegar a acuerdos sirve para trabajar el respeto, el diálogo, la escucha, la expresión de la efectividad y las emociones. Como docente puede ayudarles en esta tarea utilizando preguntas generadoras, así como ejemplos de situaciones reales observadas en el patio para analizar y canalizar las intervenciones haciendo hincapié en “cómo se comportaron”, “qué pensaron”, y “cómo se han sentido”.

Practique lo aprendido...


En este recuadro se explica una experiencia de educación en igualdad dedicada al patio de juegos infantiles. Como personal docente puede tomar ideas para transformar el patio de recreación de su centro educativo y desarrollar buenas prácticas de educación en igualdad.

Esta es una experiencia de educación en igualdad en el patio de juegos de educación infantil[1] llevada a cabo con niñas y niños de 0 a 3 años en 6 escuelas infantiles públicas del Ayuntamiento de Barberà del Vallès (Barcelona, España) durante el curso escolar 2010- 2011. El equipo docente, guiado por las investigadoras realizaron una observación en el patio de recreo y decidieron realizar una intervención para transformarlo. Dividieron el patio en diferentes espacios en los que hubiera distintos materiales de juego. La idea era lograr que niños y niñas tuvieran las mismas oportunidades para jugar y que pudieran jugar con diferentes materiales. Sobre todo, se buscaba que niñas y niños aprendieran a divertirse de distintas maneras.

Se implicó a las familias en esta acción de educación en igualdad y se les envió una carta pidiendo a las madres y padres que dibujaran su patio de juegos ideal, explicándoles antes con qué materiales se contaba. Madres y padres podían dibujar su patio ideal juntamente con sus hijos e hijas si lo deseaban. Finalmente, con todos los aportes, el equipo docente hizo un diseño final para el patio y lo compartió con las familias en una reunión.

Con la colaboración de las familias, el equipo docente dividió el patio en tres zonas: zona de juego motriz (es un juego que implica actividad física, por ejemplo utilizando deslizaderos, sube y baja, columpio), zona de juego simbólico (en este tipo de juego las niñas y los niños reproducen escenas de la vida real que ven en su contexto inmediato y que modifican según sus necesidades, por ejemplo, jugar a las comiditas) que fue delimitado por macetas, mesita con banquitos, crayones, papel y zona de circuito (para correr y jugar a tenta, al escondite). Al día siguiente se explicó a niñas y niños qué cambio se había hecho en el patio (aunque ya participaban en el proceso de diseño), por qué se hizo y cómo iba a funcionar.

Recomendaciones importantes:

  • Explorar diferentes formas de divertirse y poner en valor tanto lo propio de las mujeres como de los hombres. Es importante que todo el estudiantado participe en todo tipo de juegos: neutros (son los juegos que no se atribuyen específicamente a niños o a niñas, sino que ambos suelen jugar por igual, por ejemplo, tenta), supuestamente masculinos (por ejemplo, el fútbol) y supuestamente femeninos (por ejemplo, jugar a las cocinitas).
  • Tomar conciencia de las habilidades que desarrolla cada juego y explorar juegos nuevos.
  • Evitar que haya juegos que ocupen todo el espacio y otros que queden en los rincones.
  • Explorar la aplicación de valores para la convivencia pacífica a través de las reglas de los juegos.
  • Consensuar de forma participativa con la comunidad educativa (incluyendo madres y padres) el diseño del patio, los juegos y materiales que se incluirán en él.
  • Fomentar la colaboración, el respeto, la equidad, el cuidado de las personas y del medio. Como actividad de educación en igualdad sugerida podría tratar de rediseñar el patio de juegos de su centro educativo en rincones de aprendizaje por los que todo el estudiantado tenga que pasar tomando en cuenta las recomendaciones señaladas y tratando de involucrar a niñas, niños y familias en el proceso.

Materiales escolares: texto e ilustraciones[editar | editar código]

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Para reflexionar...

¿En qué cree que debería fijarse para saber si un material escolar transmite estereotipos sexistas?


Los libros de texto y materiales educativos, incluidos los creados por los docentes y por el estudiantado, usados en el aula, son una de las herramientas que guían el aprendizaje. Describen el contexto, los modelos sociales, la organización política, tradiciones, costumbres, valores, referentes sociales y profesionales, modelos de familia, formas de relacionarse, entre otros. Si los libros de texto y materiales educativos transmiten modelos sociales estereotipados y discriminatorios tendrán como resultado que la forma en que comprenden y ven el mundo las niñas y los niños se vea limitada por prejuicios y que su comportamiento y actitudes reproduzcan la desigualdad. Por lo tanto, los materiales, ya sea en sus textos, imágenes o dibujos, no deben mostrar ideas estereotipadas sobre cómo deben ser las mujeres y los hombres; esto puede limitar las expectativas de niñas y niños y frenarlos a la hora de soñar sobre su futuro. Por ejemplo, cuando hablamos de ciencias, si en los textos o en las imágenes sólo se mencionan como referentes a científicos hombres, se corre el riesgo de que se reduzca la posibilidad de que una niña se plantee ser científica cuando sea grande.

Algunos ejemplos clásicos de sexismo en los libros de texto y materiales educativos que poco a poco han ido desapareciendo van en la línea de representar a las madres cocinando, realizando otras tareas domésticas y cuidando de los bebés; y a los hombres manejando carros, comerciando o en su lugar de trabajo. Analizar las imágenes es muy importante porque no solo apoyan lo que dice el texto, sino que aportan información complementaria que ayuda a comprender los conceptos.

En el caso de los materiales que llegan ya elaborados al aula, puede analizar los potenciales estereotipos sexistas o vacíos en términos de igualdad de género para trabajar con el alumnado el cuestionamiento y la mirada crítica. En el caso de los materiales que el personal docente o el alumnado desarrollan, por ejemplo, carteles, fichas de trabajo, ejercicios en hojas o escritos en la pizarra, lecturas, oraciones, cuadernos de los estudiantes etc., puede ejercer una mayor influencia para visibilizar modelos igualitarios.

Lenguaje incluyente[editar | editar código]

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El lenguaje es fundamental en la práctica educativa. En un centro escolar las palabras son el centro de las relaciones entre docentes, docentes y estudiantes, estudiantes entre sí, o madres y padres con el centro educativo. También se utiliza para transmitir los contenidos del Currículo Nacional Base.

Es importante que todas y todos se sientan representados en el lenguaje y a través de él se creen realidades donde todos estemos presentes. Algunas claves que le pueden ayudar a utilizar un lenguaje incluyente son:

  • Utilizar un lenguaje que represente a ambos sexos: “la infancia”, “el estudiantado”, “el profesorado”, “la dirección” y “la familia” entre otros.
  • Prestar atención y analizar las expresiones que utilizamos en el lenguaje cotidiano, por ejemplo: “los niños que hayan entregado la tarea se pueden ir a su casa”. ¿Y las niñas?
  • Analizar los libros de textos con el estudiantado preguntándose dónde están las mujeres en cada relato de la historia y si estaban haciendo lo mismo que los hombres. Al nombrar a las mujeres, se sacan a la luz sus logros y experiencias. Por ejemplo, si están estudiando el proceso de independencia de Guatemala, pregúntense dónde estaban las mujeres y qué papel jugaron.
  • Utilizar los títulos de las profesiones en femenino para designar a las profesionales mujeres, por ejemplo, ingeniera, diputada, doctora, etc.
  • Analizar el uso que hacemos de insultos, expresiones despectivas e incluso refranes que se refieren despectivamente a las mujeres y cómo su utilización puede ofender y discriminar.
Practique lo aprendido...[2]


Esta es una buena práctica realizada en otro país que usted podría tomar como referencia para llevarla a cabo en el aula con sus estudiantes. En el siguiente vínculo puede leer una noticia sobre una buena práctica de educación en igualdad con estudiantes de secundaria a partir de su propia reflexión acerca de las definiciones que aparecen en el Diccionario de la lengua española sobre los significados de la palabra “fácil” cuando se aplica a las mujeres, considerándola discriminatoria.
Una actividad que pueden realizar en el aula es seleccionar palabras o expresiones populares que consideren discriminatorias para las mujeres o para los hombres, reflexionar sobre por qué es así y cómo se podría reescribir para que deje de ser discriminatoria. Incluso, elaborar junto al estudiantado alguna iniciativa para sensibilizar a las familias y a la comunidad sobre palabras y expresiones sexistas, utilizando el arte y la creatividad.

Transcripción textual de la noticia

Un IES tinerfeño (Tenerife, España) logra que la RAE cambie el matiz machista de ‘fácil’

El alumnado de Primero de Bachillerato del IES Manuel González Pérez consigue que la Real Academia Española recoja su propuesta ‘#HazloFácilRAE’ y modifique el significado de la palabra fácil, al eliminar “dicho especialmente de una mujer” y se refiera a personas. “No soy fácil, soy Alba, Paula, Claudia, Emma”. Así comienza el vídeo que los alumnos de Primero de Bachillerato del IES Manuel González Pérez, de La Orotava, editaron a finales de enero para que la Real Academia Española (RAE) atendiera su petición y modificara la quinta acepción de la palabra fácil, discriminatoria para la mujer ya que aludía al adjetivo “que se presta sin problemas a mantener relaciones sexuales”, y la sustituyera por persona. “Si ella es fácil, yo también lo soy”, dicen cada uno de los varones de la clase a continuación y culminan todos juntos con el lema: “no somos fáciles, somos iguales”. El viernes, un día después de que España viviera una jornada histórica a favor de la igualdad y en contra de la violencia machista, los alumnos y el centro educativo se enteraron por casualidad que su propuesta había sido recogida por la RAE, pese a que nadie de esta institución se los comunicara formalmente.

Todo comenzó el 25 de enero cuando Alba, una alumna del curso, vio en Instagram la definición de fácil y le preguntó a su profesora de Lengua Castellana y Literatura, Marisa Baute, si era real o una manipulación. Inmediatamente lo buscaron y comprobaron lo injusto del significado así que decidieron hacer algo rápido teniendo en cuenta que la imagen ya circulaba por redes sociales. Ese mismo día, en un recreo, acordaron que lo primero era hacer la petición a la RAE a través de la Unidad Interactiva del Diccionario (Unidrae), una herramienta que se creó en 2011 para recibir las propuestas y sugerencias externas relacionadas con el diccionario.

Rellenaron el formulario con el nombre de Alba, debido a que había sido la promotora de la iniciativa, pero nunca recibieron respuesta, ni siquiera un correo que confirmara que había sido recibida, cuenta Marisa. Al día siguiente grabaron el vídeo por la mañana y por la tarde ya se había hecho viral. En menos de dos meses consiguieron 11,154 visitas. El 26 de febrero volvieron a dirigirse a la RAE para repetir su propuesta, pero tampoco obtuvieron contestación. Debido a ello optaron por colgarlo en Twitter y la iniciativa comenzó a moverse. La RAE se manifestó diciendo que no censuraba, sino que recogía las palabras y que “fácil” se empleaba así desde hacía mucho tiempo. Una explicación que no convenció a los alumnos, dado que ellos sí creían en la posibilidad de modificar el significado. “No querían que la quitaran del diccionario, sino que hiciera referencia tanto a hombres como a mujeres”, especifica la docente. Fue Bárbara, una alumna de la Escuela de Arte Fernando Estévez, de Santa Cruz, la que comprobó que lo habían logrado debido a que este centro de educación superior se sumó a la campaña #HazloFácilRAE y editó un video reivindicativo con motivo del 8 de marzo. La noticia comenzó rápidamente a circular por Twitter y no tardaron en hacerse eco en medios nacionales con el mismo hashtag. A partir de ahora habrá un antes y un después para el alumnado del IES Manuel González y en especial para Primero de Bachillerato, porque han demostrado que los cambios son posibles, que comienzan en las aulas, pero tienen que ser ellos los principales impulsores.


Orientación profesional[editar | editar código]

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Para reflexionar...

Haga un ejercicio de reflexión: imagine a alguien manejando un tuc tuc, ¿la primera imagen que le viene a la cabeza es de un hombre?, ¿o de una mujer?, ¿y de una persona que estudia albañilería, electricidad, plomería o herrería? Probablemente un hombre. Si se le pide que se imagine a alguien que realice trabajo de comadrona, ¿la primera imagen que le viene a la cabeza es la de un hombre o la de una mujer?, ¿y de una persona que estudia peluquería? Es posible que su primera opción fuera una mujer. En la participación ciudadana, ¿quién suele liderar un Cocode?, ¿un hombre o una mujer?, ¿y una alcaldía? Es posible que se encuentre de forma más habitual a líderes o alcaldes que a lideresas o alcaldesas. Si pensamos en quién dirige una escuela, ¿suelen ser hombres o mujeres? Cuando llegan a repartir pedidos a las tienditas, ¿son hombres o mujeres quienes trabajan en el reparto? Y las personas que tejen ropa, ¿piensa primero en un hombre o en una mujer?


Tradicionalmente, se ha visto cómo las mujeres se ocupaban del cuidado del hogar y de la familia y los hombres generalmente realizaban trabajos fuera del hogar. Esto se conoce como la “división sexual del trabajo”. Se da cuando existe una separación en la realización de determinados trabajos en función del sexo. Incluso, a nivel social puede ocurrir que genere desconfianza encontrar a alguien en una profesión habitualmente realizada por el sexo contrario.

En la educación en igualdad la posición que se debe tomar en la práctica docente es que no hay trabajos para hombres o para mujeres, sino que el trabajo que se realiza debe estar determinado por las capacidades, habilidades, actitudes, gustos, intereses y motivaciones de las personas. Desde la escuela se debe presentar al estudiantado todas las opciones posibles, de modo que puedan analizar la información, conocer sus posibilidades y tomar decisiones para su plan de vida y su futuro.

Algunas claves para el equipo de docentes:

  • Ayudar a descubrir talentos e incentivar todo aquello que llame la atención.
  • Procurar dar el mismo protagonismo en las intervenciones a las niñas y a los niños.
  • Promover el trabajo en grupos con la participación equitativa de niñas y niños.
  • Asignar roles de coordinación de grupos de manera equitativa, etc.
  • Incluir al estudiantado en el proceso de educación en igualdad para que aprendan que existen prejuicios de género y que deben aprender a localizarlos para que no les influyan en la toma de decisiones futuras.
  • Orientar sobre la importancia de analizar la información de que se dispone y conocer las opciones posibles antes de tomar decisiones.
Practique lo aprendido...[3]


En el siguiente vínculo encontrará una noticia sobre un grupo de siete mujeres estudiantes de la Universidad del Valle de Guatemala, que son parte del proyecto CubeSat y contribuyen al desarrollo de un satélite guatemalteco que será lanzado al espacio. Seis de ellas son estudiantes de ingeniería y una de comunicación. Ellas se han convertido en mujeres referentes del sector científico que inspirarán a que las niñas sigan sus pasos y elijan carreras técnicas.

Una actividad de educación en igualdad que puede desarrollar en el aula es seleccionar un grupo de fotos de referentes profesionales, hombres y mujeres, que desarrollen profesiones en campos donde tradicionalmente hay más hombres o más mujeres (por ejemplo, una mujer conductora de camioneta o un hombre peluquero). Después deben pedir a los niños y a las niñas que intenten adivinar a qué se dedican y por qué. Finalmente, se les explicará quiénes son cada una de esas personas, en qué trabajaban y qué aportes hicieron a distintos campos del saber. Se reflexionará con el grupo sobre si les sorprendió saber acerca de esas personas y por qué. Es importante trabajar en desaprender estereotipos de género y argumentos sexistas. Sobre todo, debe terminarse de forma positiva invitando a soñar sobre su futuro.

Transcripción de la noticia

CubeSat Guatemala. Ellas construyen el satélite guatemalteco
Un entusiasta grupo de siete mujeres estudiantes son parte del proyecto CubeSat, cuyo aporte es relevante para llevar al espacio este aparato.“Con su participación y trabajo, estas jóvenes son un claro ejemplo de que las mujeres tienen la misma capacidad que los hombres para estudiar y desempeñarse en todos los campos científicos y tecnológicos”'- indica Víctor Ayerdi, director del Departamento de Ingeniería Mecánica e investigador de Universidad del Valle de Guatemala (UVG). “Más allá del excelente trabajo que desempeñan para que este satélite pueda ser una realidad, contribuyen a romper estereotipos que impiden que muchas mujeres puedan realizarse en estos campos y que nuestra sociedad, en consecuencia, pierda esos talentos. Ellas pueden ser la inspiración para que más niñas y jóvenes se den cuenta de lo que son capaces de hacer y sigan sus pasos”-dice.

'María Fernanda Pineda, de 19 años, cursa Ingeniería Mecatrónica. “Me uní al proyecto, porque me animó saber que Guatemala podrá lanzar su primer satélite. Me anoté como voluntaria y me siento bastante dichosa de ser parte de él”- dice Pineda, quien está en el módulo de Potencia. “Me motiva saber que más mujeres se han integrado, para demostrar que somos capaces de seguir una ingeniería y cumplir grandes proyectos. Creo que este satélite será n gran paso para Guatemala y la universidad”-añade.

'María Angulo, de 20 años, estudia Ingeniería Mecatrónica. “Me uní al proyecto hace unas tres semanas. Hay mucho trabajo por hacer, pero sé que se puede” - dice María, que trabaja en la parte de Comunicaciones y Control en Tierra. “Nos están dando una buena oportunidad de demostrar que somos capaces y que podemos hacer junto a los hombres un excelente trabajo. Tenemos mucho apoyo y eso me motiva para participar en proyectos en los que no estamos acostumbradas las mujeres” - agrega.

Cecilia Marsicovetere, de 22 años, cursa Ingeniería Mecatrónica. “Estoy en el módulo de Potencia, todo lo que tiene que ver con la alimentación eléctrica del satélite” - dice Cecilia. “Es uno de los pocos módulos que están siendo diseñados 100 % por estudiantes. Ha sido un gran reto, pero bastante satisfactorio” - añade. “Cuando me uní al equipo, en el 2017, solo había otra estudiante y me emocioné que no iba a ser la única mujer. Me gustaría que, con el tiempo, esto cambie y que sea algo totalmente normal que en los equipos seamos mitad mujeres y mitad hombres”- refiere.

Lucía Lara, de 22 años, se encarga de la divulgación del proyecto. Estudia Ingeniería Industrial y es parte del equipo de Medios y Contenido Creativo. “Este proyecto me permite poner mi granito de arena en la historia de Guatemala, para dar a conocer en qué consiste el CubeSat” - dice. “Es importante que las personas estén enteradas de las cosas maravillosas que se están creando aquí - UVG -, y que puedan entender la magnitud y complejidad que involucra lanzar el satélite. Estoy segura de que hay muchas cosas más por aprender” - añade.

Nancy Mazariegos, de 19 años, cursa Ingeniería Mecatrónica. “Este proyecto muestra que Guatemala, pese a ser un país en vías de desarrollo, está dando todo de sí” - dice Nancy, que está en el área de Comunicaciones y Control en Tierra. “Como mujeres, vivimos un desafío tecnológico, porque debemos demostrar que somos lo suficientemente capaces de estudiar estas ingenierías. Va a ser un trabajo largo, con muchos desafíos, pero, al mismo tiempo, inspiraremos a otras mujeres para que sigan nuestros pasos” - agrega.

María Fernanda Lee, de 22 años, estudia Ingeniería Mecánica. Decidió estudiar ingeniería pese a algunas críticas porque estaba segura de que iba a lograr su sueño. Es la primera estudiante mujer que se integró al proyecto, con la idea de apoyar el campo espacial del país. Se encarga de los subsistemas Potencia y Térmico. “Me presentaron esta idea y no dudé en unirme a ella, porque sabía que iba a ser capaz de cumplir metas y que sería una motivación para que otras mujeres también trabajen con nosotras” - dice

María Fernanda. Fernanda Solórzano, de 22 años, estudia Comunicación y Letras. Fernanda es la única integrante mujer del equipo que no estudia Ingeniería. Pidió ingresar como voluntaria al proyecto, porque e encanta la astronomía y astrofotografía. “Pensé que no me aceptarían, pero no fue así. Me encargo de hacer el plan de comunicación del CubeSat. Ha sido un poco difícil porque debo entender tecnicismos y procesos tecnológicos” -explica la joven, quien se ha sentido tan motivada que, al concluir su carrera, continuará estudiando Nanotecnología.


Convivencia pacífica[editar | editar código]

Para reflexionar...

Los niños, a menudo, en sus juegos pelean y hacen uso de la fuerza física para competir entre ellos y resolver conflictos, se acepta como algo normal y como forma de experimentar con su masculinidad. ¿Por qué entre las niñas no sucede lo mismo?, ¿si las niñas pelearan entre sí a golpes, serían reprendidas igual que a sus compañeros hombres?, ¿cuál es la reacción de los adultos cuando los niños usan la violencia?, ¿y cuándo la usan las niñas?


El sexismo y la desigualdad entre hombres y mujeres son parte de nuestro sistema social y uno de los resultados es la violencia contra las mujeres. En este sentido, la escuela tiene un gran poder transformador de las relaciones. El modelo de educación en igualdad se basa en el respeto, el conocimiento y valoración de la diversidad. Hay que incorporar el enfoque de la educación en igualdad en la forma de relacionarse, la convivencia en el centro educativo y la resolución de conflictos. Sin embargo, para lograr un cambio integral es necesario involucrar al resto de la comunidad educativa.

Las y los adolescentes que tienen un gran dominio en el uso de tecnologías de información pueden llegar a utilizarla como herramienta para ejercer violencia, es lo que se ha llamado “ciberbullying”. Este tipo de acoso reproduce las mismas conductas sexistas de la vida real en las redes sociales.

A continuación, se presentan algunas claves para trabajar la convivencia pacífica:

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  • Autoconocimiento. Trabajar con las y los estudiantes, el que se conozcan a sí mismos e identificar cómo se sienten y poder expresarlo con asertividad, es decir de forma clara, sincera y directa. En las relaciones de género es muy importante poder hablar abiertamente las cosas y explicar cómo nos sentimos respecto a determinadas actitudes y comportamientos. Escuchar y respetar es una forma de crecer hacia la igualdad.
  • Cercanía con el estudiantado. Debe desarrollar la paciencia, la comprensión y la confianza para que las y los estudiantes puedan realizarle cualquier tipo de pregunta y recurrir a usted ante cualquier situación por la que estén pasando. Parte de este proceso educativo es ser empáticos logrando ponerse en el lugar del estudiantado para comprender sus vivencias, escuchar y orientar.
  • Compartir valores positivos. Los valores tradicionalmente asignados a las mujeres como el cuidado y la expresión de la afectividad y los atribuidos a los hombres como la autonomía y el liderazgo se deben abrir a todo el estudiantado al margen de su sexo, de modo que todos se beneficien de estos valores positivos y sean personas completas.
  • Educación integral en sexualidad. Las relaciones entre adolescentes están marcadas por los primeros noviazgos, el amor, las emociones, el descubrimiento del cuerpo e incluso los conflictos. Como docente, debe ver esta etapa en la vida de los estudiantes como una oportunidad para fomentar las relaciones sanas en igualdad y guiarlos en el descubrimiento y en el cuidado de su salud. El hogar también es un espacio importante para trabajar la educación integral en sexualidad. Recalque a las y los adolescentes la importancia de relacionarse con libertad y la idea de que nadie puede obligarlos a tener una relación, ni controlarlos.
  • El diálogo. Este es un medio para poner en práctica la asertividad, respetar las opiniones diferentes, intercambiar ideas y compartir información y conocimientos. El diálogo es también una herramienta de resolución de conflictos y una forma de expresar las emociones. La escuela no solo educa futuros profesionales, sino personas con emociones y valores que deben aprender a gestionar su vida.
  • Tolerancia cero hacia la violencia. La escuela es un espacio en el que se puede comenzar la detección de conductas violentas en cualquiera de sus manifestaciones: psicológica, física y simbólica. Para prevenir la violencia en la comunidad educativa es importante adoptar la postura de no tolerancia y trabajar activamente en la adquisición de comportamientos y actitudes de convivencia pacífica. Igualmente, hay que trabajar con las y los estudiantes el conflicto como un elemento positivo pues presenta la oportunidad de exponer de forma pacífica diversas opiniones, las emociones que generan, incentivar el diálogo y lograr acuerdos. En este sentido, es importante explicarles a los y las estudiantes que los conflictos no tienen por qué suponer violencia y animarlos para que de ellos surjan propuestas, soluciones y cuestionamientos.
Practique lo aprendido...


Le proponemos realizar una actividad de teatro con sus estudiantes. Divida la clase en grupos. Cada grupo deberá elegir una situación de conflicto que se da en el centro escolar y preparar una representación. Al finalizar la obra, el resto de los compañeros podrá decir qué les pareció, que estaba mal en la forma en que los personajes abordaron el conflicto (algunas preguntas clave de dinamización son: ¿cómo se hablaban los personajes?, ¿se escuchaban entre sí?, ¿había respeto?, ¿cuál era la actitud de las niñas hacia los niños?, ¿y de los niños hacia las niñas?).

Después se pedirá que indiquen qué cambiarían en la obra para que el conflicto se solucione de forma pacífica y satisfactoria para todos. El personal docente deberá guiar la reflexión invitando al estudiantado a que vea ejemplos prácticos de los componentes estudiados para la convivencia pacífica. Además, debe relacionar las normas de convivencia ya existentes en el centro educativo con la forma en que se resuelven los conflictos, para que el estudiantado no las sienta como algo externo impuesto, sino como algo necesario, que pueden completar y modificar con sus sugerencias.

El momento de la reflexión tras las representaciones es un buen espacio para discutir y generar normas de convivencia. Si no están disponibles, puede aprovechar para redactarlas en una cartulina con ayuda del estudiantado y colocarlas en un lugar visible del aula o del centro educativo.

Notas[editar | editar código]

  1. Subirats, Carreras, & Tomé, La construcción de los géneros en la etapa 0-3: primeras exploraciones., 2012.
  2. Fuente: Diario El Español (2018) extraído de https://diariodeavisos.elespanol.com/2018/03/ies-tinerfeno-logra-la-rae-cambie-matiz-machista-facil/
  3. Fuente: Prensa Libre (2018) extraído de http://www.prensalibre.com/vida/tecnologia/ellas-construyen-el-satelite-guatemalteco

Son los pensamientos, sentimientos y comportamientos expresados dentro de un grupo particular, varía dependiendo de la cultura, la persona y la época

Crecimiento o aumento en el orden físico, intelectual o moral.

Se refiere a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, las cuales vienen dadas por los cromosomas, las gónadas, las hormonas y los órganos sexuales. Es la corporalidad, el funcionamiento y forma del cuerpo. Es algo innato, biológico, que cambia de forma y funcionamiento de acuerdo a la edad.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

Un grupo de personas que trabajan hacia una meta común para el cual todos son mutuamente responsables.

Acción que se realiza como diversión o entretenimiento. Del símbolo, relacionado con él o expresado por medio de él.

Dar el apoyo necesario para que una persona o personas con menos oportunidades puedan estar a la par con los demás. Un sistema educativo es equitativo cuando trata a todos los alumnos como iguales, favoreciendo especialmente a los más desfavorecidos, como defiende Rawls, en una redistribución proporcional a las necesidades. Todos los alumnos deben tener garantizado el “currículum básico” indispensable al término de la escolaridad obligatoria, es decir, aquel conjunto de saberes y competencias que posibilitan la participación activa en la vida.

Se refiere a la igualdad de derechos, responsabilidades y oportunidades de las mujeres y de los hombres y de las y los jóvenes. Significa que los derechos, las responsabilidades y las oportunidades de los hombres y de las mujeres no deben depender de su sexo.

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.

1. Seleccionar excluyendo. 2. Dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental, etc.

Destrezas fonológica que consiste en dividir los fonemas o sílabas de una palabra.

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Son las ideas compartidas, generalizadas y distorsionadas por un grupo social sobre cómo son, cuál es el papel o a qué se dedican los hombres y las mujeres.

Término utilizado, a menudo, como un saber hacer. Se suele aceptar que, por orden creciente, en primer lugar estaría la habilidad, en segundo lugar la capacidad, y la competencia se situaría a un nivel superior e integrador. Capacidad es, en principio, la aptitud para hacer algo. Todo un conjunto de verbos en infinitivo expresan capacidades (analizar, comparar, clasificar, etc.), que se manifiestan a través de determinados contenidos (analizar algo, comparar cosas, clasificar objetos, etc.). Por eso son, en gran medida, transversales, susceptibles de ser empleadas con distintos contenidos. Una competencia moviliza diferentes capacidades y diferentes contenidos en una situación. La competencia es una capacidad compleja, distinta de un saber rutinario o de mera aplicación.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.

Sistema social para expresar ideas y manifestarlas al prójimo. Este sistema existe dentro de un entorno social (sistema social) y un sistema lingüístico (ejemplos son el español, francés, k’iche’, kaqchikel, etc.) Tienen que existir ambos sistemas para que pueda existir la comunicación.

Las “promesas” que los miembros de un equipo hacen uno al otro sobre su comportamiento.