El enfoque de género

De CNB
Ir a la navegación Ir a la búsqueda
Busca en cnbGuatemala con Google

En los últimos años, gobiernos y organismos internacionales han definido objetivos y mecanismos para el desarrollo sostenible y la cooperación internacional. También han establecido metas y estrategias para asegurar la igualdad entre hombres y mujeres en la distribución de recursos y el acceso a las oportunidades de la vida económica y social. Igualmente, se ha llegado a un consenso acerca del vínculo fundamental que existe entre desarrollo sostenible y género.

“El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Cómo aprendemos los comportamientos y valores propios del género femenino, si se es mujer, o masculino, si se es hombre, depende de un complejo proceso llamado socialización de género o socialización diferenciada. Los adultos que nos rodean nos sirven de modelo, las pautas de crianza, el sistema educativo y la sociedad en la que crecemos van a transmitirnos los roles de género, es decir, los comportamientos propios de mujeres y de hombres dentro de una determinada sociedad. Cuando los roles de género se generalizan y comparten por una sociedad llegan a convertirse en estereotipos de género.” [1] p. 10 Los roles y las relaciones de género varían en y entre sociedades según la clase socioeconómica, el grupo étnico, la etnicidad, la orientación sexual y la identidad de género, entre otros factores.

El enfoque de género[editar | editar código]

En el módulo Conceptos básicos sobre género[1] se establece que el enfoque de género implica identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.

Para lograr la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres se debe garantizar el acceso de ambos a los recursos y oportunidades que se generan dentro de la sociedad; por ejemplo: la educación, la salud, entre otros.

Contar con una guía que oriente en la integración del enfoque de género en los textos y materiales educativos puede ayudar al Mineduc en su trabajo para lograr la transversalización de este enfoque.

Estereotipos de género[editar | editar código]

Los estereotipos son ideas que un grupo acepta como válidas y que se transmiten por la mayoría de los integrantes de una sociedad a lo largo de los años; por ejemplo: a los hombres les gusta el futbol, a las mujeres les gusta el color rosado.

Los estereotipos pueden ser culturales, étnicos, sexuales, de género, entre otros; los culturales se refieren a las costumbres y los étnicos se manifiestan de acuerdo con el grupo étnico del que la persona forme parte. Por otra parte, “los estereotipos sexuales son creencias generalmente aceptadas y poco cuestionadas que podrían contribuir a cómo los hombres y las mujeres debemos expresar nuestra sexualidad.”[2] p. 48

Estereotipos de género son las ideas compartidas, generalizadas y distorsionadas por un grupo social sobre cómo son, cuál es el papel o a qué se dedican los hombres y las mujeres. Algunos ejemplos de estereotipos de género son: las mujeres se encargan de limpiar; son lindas, delicadas; los hombres no lloran, son los jefes de la familia, tienen iniciativa. En el caso de los niños y niñas, se cree que las niñas son ordenadas, usan ropa rosada, juegan con muñecas, son obedientes y ayudan en los oficios domésticos. Los niños son traviesos, usan ropa de color azul, les gusta jugar pelota, son rebeldes.

La publicidad reproduce estereotipos de género cuando presenta a las mujeres casadas, madres, dedicadas exclusivamente a los oficios domésticos y al cuidado de los hijos. Si las presenta como trabajadoras, los puestos que desempeñan son los de secretarias, enfermeras o maestras. Por otra parte, a los hombres los muestra fuertes, valientes, emprendedores, trabajadores, como ejecutivos o jefes. Estos estereotipos de género se manifiestan también en la literatura cuando, por ejemplo, el personaje masculino se caracteriza como fuerte, valiente y salvador del personaje femenino, siempre indefenso y hermoso.

Los estereotipos de género se evidencian en la escuela cuando se les da la palabra a los niños y no a las niñas o cuando se dice que los niños son “buenos” para matemática. Al respecto, la Dra. María Ángeles Espinoza afirma que, para educar en igualdad, se deben diseñar materiales didácticos “en los que se visibilice el papel de las mujeres en las diferentes áreas de conocimiento y con los que se pueda contribuir a que las niñas y las adolescentes elaboren una representación del mundo y de su papel dentro del mismo ajustada a la realidad. Además, la utilización de un lenguaje no sexista, tanto desde el punto de vista del fondo como de la forma. Proporcionando estrategias y recursos para una utilización correcta del lenguaje, acorde con la realidad que representa.”[3] p. 8

En esta misma línea de ideas, el estudio “Estereotipos culturales y lingüísticos en los libros de texto de la escuela primaria guatemalteca” conducido por Gabriela Núñez y Ligia Peláez afirma que “Si las imágenes culturales sobre los grupos sociales y étnicos, los roles de los individuos en el seno de la familia, de la comunidad y el país en los libros de texto tienen un carácter distorsionador de la realidad, definitivamente se está forjando en los niños una visión limitada que obstaculiza la aceptación, comprensión y entendimiento de su propia realidad.”[4] p. 2

Infortunadamente, los libros de texto y materiales educativos pueden ser portadores y contribuir a la divulgación y afianzamiento de estereotipos de género. Para disponer de libros de texto y materiales educativos de calidad es indispensable contar con lineamientos u orientaciones que permitan la integración del enfoque de género en los textos y materiales educativos.

Por eso, se ofrece esta guía para que esté a disposición del recurso humano del Mineduc y organizaciones de sociedad civil u organizaciones no gubernamentales, especialmente para docentes y equipos técnicos.

Notas[editar | editar código]

  1. 1,0 1,1 Naranjo, C. (2017). Paquete de formación sobre violencia basada en género.
  2. Pérez-Jiménez, D. (2012). “Estereotipos sexuales y su relación con conductas sexuales riesgosas. Revista Puertorriqueña de Psicología. Julio-dic: 23(2): 48-61.
  3. Espinoza, M. (2006). “La construcción del género desde el ámbito educativo: una estrategia preventiva”.
  4. Núñez, G. y L. Peláez. (1991). “Estereotipos culturales y lingüísticos en los libros de texto de la escuela primaria guatemalteca”. Boletín de Lingüística. Universidad Rafael Landívar. Año V, N. 27.

Indicadores de éxito de un plan escrito en forma específica.

Término introducido por Le Boterf, entendido como los conocimientos, procedimientos y actitudes que es preciso emplear para resolver una situación. Unos son recursos internos, que posee la persona, tales como conocimientos, procedimientos y actitudes

El género es un conjunto de valores, creencias e ideas sobre los comportamientos y actividades que en una determinada cultura son adecuados para las mujeres y los que son adecuados para los hombres, es decir, su identificación con la femineidad y con la masculinidad.

Son las ideas compartidas, generalizadas y distorsionadas por un grupo social sobre cómo son, cuál es el papel o a qué se dedican los hombres y las mujeres.

Consiste en identificar, cuestionar, reflexionar, analizar y tener en cuenta las diferencias y desigualdades entre mujeres y hombres, así como sus diferentes situaciones de partida, necesidades básicas e intereses estratégicos a la hora de diseñar y planificar cualquier actividad, proyecto, programa o política.

En el continuo de coaching es el rol de ser muy directo y enseñar, mostrar, guiar, etc.

Son los pensamientos, sentimientos y comportamientos expresados dentro de un grupo particular, varía dependiendo de la cultura, la persona y la época

Conjunto de sonidos articulados con que el hombre manifiesta lo que piensa o siente (DRAE). Facultad que sirve para establecer comunicación en un entorno social, se le considera como un instrumento del pensamiento para representar, categorizar y comprender la realidad, regular la conducta propia y de alguna manera, influir en los demás.